Los principales hospitales en las provincias de la región Este del país están en estado de “emergencia”, a punto de colapsar sus estructuras y de cerrar por la falta de subvenciones, que son pírricas, mientras carecen de médicos especialistas, enfermeras y personal de limpieza.
La situación en las Unidades de Atenciones Primarias (UNAP), distribuidas en barrios y zonas rurales es peor, por la falta de médicos, medicamentos, agua, energía eléctrica y personal de limpieza.
Las subvenciones globalizan unos RD$ 10.2 millones, para unos 18 centros de salud en las capitales de provincias y unos 20 municipios y distritos municipales.
En algunos centros de salud de municipios como Miches y Sabana de la Mar, los palos para poner los mosquiteros son sacados de cualquier patio, lo que evidencia que alguien del gobierno debe acordarse de los pequeños hospitales de los pueblos, muchos con telarañas y comején en sus estructuras.
Muchos centros sobreviven gracias a los aportes de camas, sábanas, medicamentos, equipos que realizan fundaciones nacionales y extranjeras, así como empresas que se han mostrado preocupación por el deterioro que presentan los hospitales estatales en el Este del país.
En todos los hospitales de Higüey, La Romana, Hato Mayor, El Seibo, San Pedro de Macorís y los municipios de estas provincias, cuando llueve escampa afuera y llueve adentro, ya que el agua que filtran los techos cae sobre las camas a los pacientes y visitantes.
En las salas de parto, post parto y de cirugía las filtraciones son más patéticas, teniendo los facultativos que detener las intervenciones, para evitar que los pacientes adquieran bacterias.
Las pinturas en los techos lucen manchadas por la humedad, dando un aspecto de ruina a los centros hospitalarios estatales.
Estrechez
Para la reparación y ampliación de los centros en el Este se han hecho hasta dos y tres presupuestos, iniciando los trabajos, pero luego son paralizados de manera repentina y sin darles explicaciones a las autoridades médicas ni a la población.
Para la reparación y ampliación de los centros en el Este se han hecho hasta dos y tres presupuestos, iniciando los trabajos, pero luego son paralizados de manera repentina y sin darles explicaciones a las autoridades médicas ni a la población.
La estrechez en algunas áreas, como por ejemplo, las de emergencias, es tan marcada que dos médicos no pueden estar juntos atendiendo a los pacientes, mientras que las morgues son verdaderos revolcaderos de burros. La situación más crítica la presenta el hospital regional “Dr. Antonio Musa”, en San Pedro de Macoris, donde el Equipo de Gestión Hospitalaria denuncia que el centro asistencial estatal está a punto de colapsar debido al “estrangulamiento” económico a que ha sido sometido en la actual gestión de gobierno.
El Antonio Musa es un hospital que funge como provincial, municipal y regional a la vez, y su demanda de servicios se ha incrementado en 40%, producto del cierre de los hospitales Leopoldo Martínez, de Hato Mayor, y Teófilo Hernández, de El Seibo.
En los centros hospitalarios de Hato Mayor, El Seibo, Higüey, La Romana, Sabana de la Mar, Miches, El Valle, Guaymate, Consuelo, Quisqueya, Ramón Santana, Los Llanos y San Rafael del Yuma, existen debilidades en la oferta de los servicios y la falta de buenas salas de cirugías es un problema que preocupa grandemente a la clase médica y de enfermería en la zona.
Los servicios de hospitales del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, son pobres, lo que ha contribuido a agudizar la crisis hospitalaria en la región Este.
SÓLO OFRECE SERVICIOS EN SALA DE EMERGENCIA
El hospital “Dr. Leopoldo Martínez”, de Hato Mayor, está semi-paralizado en cuanto a los servicios de salud y solo se está asistiendo en la sala de emergencia, mientras que los pacientes que van accidentados y las mujeres que van a dar a luz son referidas al regional Antonio Musa. El centro está siendo afectado por grietas y filtraciones en los techos, la falta de agua y baños en mal estado, así como por falta de medicamentos, médicos especialistas y enfermeras.
El centro lleva más de dos años en reconstrucción, pero los trabajos son paralizados a menudo por los contratistas por la falta de pago.
Enfermeras y médicos que declinaron identificarse por temor a represalias, pidieron a las mujeres embarazadas no acudir a dar a luz al centro asistencial, porque no existen las condiciones sanitarias y de higiene por si presenta una emergencia en el parto. Médicos del hospital Leopoldo Martínez ahora son llevados a hacer guardia al regional Antonio Musa en San Pedro de Macorís, donde son llevados los pacientes que ameritan atenciones más especializadas. Los dos quirófanos están desvestidos, por lo que no se pueden realizar cirugías ni partos con espera.
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