martes, 15 de abril de 2014

Cuidado con el fanatismo

El fanatismo en cualquier área de nuestras vidas nos impide realizar un análisis objetivo de la realidad, obviando y descalificando la opinión de quienes nos rodean y piensan de forma diferente.Santo Domingo
Estamos en tiempos de diversidad, en los que todos los días podemos encontrar varias opciones y tendencias de vivir la espiritualidad de un modo diferente. Todas estas ofertas intentan garantizar la tan anhelada paz interior a través de la práctica de algunas creencias.
Desde tiempos ancestrales la búsqueda de equilibrio en el ser humano ha sido una de sus grandes metas y la religión presenta, a través de su filosofía y el cumplimiento de un estilo de vida diferente, esta posibilidad.
Independientemente de cuál sea la religión practicada, el común denominador de las religiones principales en Occidente es amar a nuestros semejantes, creer en un solo Dios y no cometer faltas consideradas pecaminosas para la doctrina que se ha elegido.
Si revisamos los libros que rigen las religiones, como, por ejemplo, la Biblia, es posible que no encontremos nada que pueda hacer daño a la vida del ser humano, salvo sea un asunto de interpretación de su contenido. Entonces,  nos preguntamos por qué la práctica de la religión, filosofía de de vida o doctrina puede convertirse en dañina para el ser humano? Las respuestas pueden ser varias. 
Sin embargo, la creencia de que se posee la verdad absoluta de forma irracional, pensar que todas las personas están equivocadas y defender con agresividad y soberbia estas creencias, juzgando siempre a quienes no la cumplen de acuerdo con interpretaciones que, en ocasiones, podrían resultar hasta delirantes, podría ser una de las principales causas que hacen de cualquier religión o práctica algo que termina destruyendo en lugar de construir la salud mental. Esto define lo que conocemos como fanatismo.
El fanatismo en cualquier área de nuestras vidas nos impide realizar un análisis objetivo de la realidad, obviando y descalificando la opinión de quienes nos rodean y piensan de forma diferente. 
El fanático no acepta ser cuestionado y pierde la capacidad de comunicarse de forma ecuánime debido a que no escucha ni respeta a su emisor a quien siempre ve  como oponente cuando este va en contra de sus creencias. 
((Secuela
Consecuencias hasta funestas

En el aspecto conductual el fanatismo puede desencadenar, a veces, trastornos de alta envergadura, ya que la persona asume un estilo de vida a través del cual afecta su relación con el medio que la rodea. Esto hace que se aisle y en algunos casos puede cometer acciones autodestructivas a fin de defender sus creencias. 
En este sentido, debemos estar conscientes de que la elección de una religión o filosofía de vida puede ayudar al individuo a desarrollarse espiritualmente para fomentar el equilibrio; sin embargo, es importante tener pendiente el hecho de que no todos somos iguales y respetar las creencias y reconocer que la elección del credo es un derecho.

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