La maternidad va más allá de llevar a otro ser humano en el vientre durante nueve meses. El amor y la entrega de una madre están ahí para sus hijos a lo largo de toda la vida y se manifiestan de muchas formas distintas.
Adoptar y cuidar como propios los hijos engendrados por otra mujer o vivir de tal modo que los hijos vean en mamá el mejor ejemplo a seguir son solo dos maneras en que se expresa este cariño. Conoce hoy a madres únicas.
Madre de hijos ajenosLa mayoría de las mujeres coinciden en que no hay amor más grande y sublime que el de una madre.
Pero ¿qué pasa cuando, por cosas del destino y como caídos del cielo, llegan a tu vida tres niños fruto de la relación de tu pareja con anteriores compañeras? Hay quienes ponen una barrera a esta relación, mientras que otras abren su corazón y desbordan todo el amor que sienten e instinto maternal en esos pequeños que Dios puso en su camino para ayudar en su crianza y educación.
Este es el caso de “Silmama”, apodo que le dieron los hijos de su pareja, Orlando Sturla, a Silvia Montes Jorge, gerontóloga y copropietaria del Centro de Evaluación Integral para la Tercera Edad (CEITE).
Basta con escuchar a José Orlando Sturla Pellerano, de 22años; María Alejandra y Orlando José Sturla González, de 15 y 14 años, respectivamente, quienes dicen que Silmama es una de las mejores personas que conocen, que no se imaginan un día sin ella, sin sus abrazos, sus consejos, sin su alegría contagiosa.
Así se expresa Mariale, estudiante del St. Michael School, quien dice que, además de ser una segunda madre, “es mi amiga del alma, mi compañera, quien me escucha y siempre tiene en cuenta lo que es mejor para mí. Me sacrificaría por ella sin pensarlo dos veces”.
Mientras que el estudiante de medicina de Unibe José Orlando dice que en estos cinco años ha tenido la oportunidad de compartir como familia con su papá y Silvia en viajes al exterior y las provincias del país y destaca en ella su cariño y alegría, la confianza que les transmite y le agradece que siempre está dispuesta a escuchar. El benjamín de la familia, Orlando José, también adora a “Silmama”, de quien “he aprendido muchas cosas, a cocinar, a tener paciencia y ser siempre una mejor persona”.
Historia
Esta historia de cariño incondicional, pese a que no hay lazos sanguíneos, empezó cuando Silvia Montes conoció a Orlando Sturla, primero como amigo y luego nació un fuerte y sublime amor, como lo describe.
Esta historia de cariño incondicional, pese a que no hay lazos sanguíneos, empezó cuando Silvia Montes conoció a Orlando Sturla, primero como amigo y luego nació un fuerte y sublime amor, como lo describe.
“Conocer a José Orlando, Mariale y Orlando José fue una experiencia divertida y sorprendente por tantas cosas que teníamos en común. Aprendí a quererlos y a crear juntos una dinámica familiar, ya que para crear una familia perfecta no hay una fórmula o clave; todo conlleva trabajo, sacrificios, tiempo, comunicación y mucho amor. Entiendo que nuestra clave ha sido que cada uno puede ser él/ella mismo/a y que sabemos que cualquier situación la afrontamos juntos, con paciencia y amor”.
En estos 5 años y por la relación con los niños Silvia Montes dice que aprendió a valorar más a sus padres y a entender muchas cosas.
((Hogar
“Cada hijo es diferente”
Cada hijo es diferente, dice Silvia Montes. “José es encantador, sincero, muy maduro, apasionado con sus estudios de Medicina y su gimnasio. Mariale tiene una gran fortaleza y belleza espiritual a tan corta edad. Tenemos una química que nos lleva de cómplices a confidentes, de reír a llorar juntas, de enseñar a ser quien aprende; ya de solo mirarnos sabemos lo que está pensando la otra”.
“Cada hijo es diferente”
Cada hijo es diferente, dice Silvia Montes. “José es encantador, sincero, muy maduro, apasionado con sus estudios de Medicina y su gimnasio. Mariale tiene una gran fortaleza y belleza espiritual a tan corta edad. Tenemos una química que nos lleva de cómplices a confidentes, de reír a llorar juntas, de enseñar a ser quien aprende; ya de solo mirarnos sabemos lo que está pensando la otra”.
“Orlando José, mi benjamín, es la alegría de la casa y de mi corazón. Su vida es su familia, el soccer y sus amigos. Tiene una gran habilidad de escuchar, aprender rápido y dejarse guiar. Siempre me alegra el día con sus chistecitos y ocurrencias. Es auténtico, lo más cariñoso y espontáneo del mundo”.
Silvia Montes Jorge concluye esta entrevista diciendo: “Me siento bendecida, privilegiada y agradecida con Papá Dios por el regalo más grande que la vida y Él me han dado: brindarme la oportunidad de ser parte de la vida de José, Mariale y Orlando José. Estoy muy orgullosa de mis tres tesoros”.
Mi madre: fuente de orgulloConcluir los estudios universitarios es para una persona uno de sus mayores logros, en especial cuando ha recibido un título de Medicina, que implica noches arduas de preparación. Pero cuando este logro es compartido con alguien tan especial como tu madre, constituye también para ella uno de los mayores regalos.
Esto le sucedió a Joanmeurys Rodríguez Pilar, quien compartió el mismo momento de graduación con su madre, como doctores en Medicina.
Ana Mercedes Pilar Geraldino, quien es también enfermera y licenciada en Derecho, cumplió hace unos meses una de sus mayores metas: ser doctora en Medicina.
Pero sus deseos no se han quedado ahí porque ahora está viendo cómo se especializa.
Para Joanmeury, como hijo, este evento significó un logro compartido que perdurará para toda la vida. Explica que la cualidad que más admira de su madre es la perseverancia, “ver lo luchadora que es y cómo frente a cada adversidad nunca se rindió ni desplomó, sino que vencía todos los obstáculos para llegar a la meta”.
Ana Mercedes siempre se las arregló para cumplir con todas sus responsabilidades y cuando se propuso estudiar Medicina, no vio el esfuerzo que implicaría, sino siempre fue positiva para lograr ese sueño.
Su hijo afirma que ese deseo de superación lo aprendió de su madre, que es una de las características que tienen en común.
Joanmeurys aprovechó la entrevista para expresarle a su madre que se siente muy orgulloso de ella, y que a pesar de que no se lo dice todos los días, la quiere mucho.
Admiración Otra hija que está muy orgullosa de su madre es la abogada Melissa Cuevas, quien admira de su madre, Cenia García, consultora jurídica del Ministerio de la Presidencia, por tener cualidades muy especiales, como su espíritu alegre, la pasión y el empeño que emplea al hacer las cosas, su integridad.
“Mi madre es una mujer bondadosa con todo el que la rodea y da sin medida. Admiro de ella su belleza, su capacidad de trabajo y espíritu de justicia”, afirma Melissa.
“Es sensible al dolor y sufrimiento de los demás y sin duda se identifica ayudándolos con sus problemas. Es lo que la hace ser una mujer admirable”, dice.
Manifiesta que le enorgullece su ejemplo de superación y lucha constante en la búsqueda de la justicia y el bienestar social. Su capacidad de adaptación ante las situaciones que enfrenta y su disposición de solidaridad y apoyo hacia los demás, sobre todo me enorgullece su nivel de lealtad hacia sus principios, valores y las personas en quienes cree.
Melissa explica que, contrario a la relación tradicional de madre e hija, la suya se basa en la amistad y la complicidad.
((Lección
El más valioso de los aprendizajes
De su madre, Cenia García, Melissa Cuevas ha aprendido a ser intensa, a que prevalezca su integridad y afán por hacer las cosas bien, su perfeccionismo.
El más valioso de los aprendizajes
De su madre, Cenia García, Melissa Cuevas ha aprendido a ser intensa, a que prevalezca su integridad y afán por hacer las cosas bien, su perfeccionismo.
“Yo tengo de ella Su inteligencia, perseverancia, luchamos por lo que queremos. Realmente hoy soy lo que soy gracias a ella”, dice.
Melissa finaliza diciendo: “Mami, gracias por todo tu amor y dedicación. Eres mi ejemplo a seguir y mayor inspiración. Te amo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario