SANTO DOMINGO.- Gracias a un esfuerzo conjunto de los sectores público y privado, Santo Domingo ha registrado en los últimos tiempos una acelerada transformación física que se manifiesta en cientos de torres de apartamentos y otras edificaciones de diseño ultramoderno levantadas en casi todos los sectores.
La ciudad está registrando desde hace casi cuatro años un “boom de la construcción”, que ha hecho romper el criterio de viviendas unifamiliares que prevaleció durante siglos.
Por doquier se observan edificaciones multifamiliares, de sobresaliente arquitectura y decoración, en las que graciosamente se combinan los elementos dominicanos y los conceptos importados, en un ambiente de lujo y exquisitez.
Las más alta de todas es la torre Caney, un residencial de 63 niveles situado en la avenida Anacaona, frente al parque Mirador. Tiene una altura de aproximadamente 150 metros y un total de 58 apartamentos, uno por piso, cuyos precios oscilaron entre 6 y 6.6 millones de dólares. En esta misma avenida han sido levantadas otras torres de gran altura, que dejan en el visitante la impresión de que se encuentra en una ciudad norteamericana.
La ciudad tiene ahora casi todas sus calles asfaltadas, bien señalizadas y con abundante iluminación, lo que ha ayudado a agilizar el tránsito en todos los sentidos.
Grandes plazas y supermercados
Otro patrón que ha sido roto en los últimos años ha sido el de los establecimientos comerciales. Anteriormente éstos abundaban individualmente en las avenidas Mella y Duarte, y en la calle El Conde. En 1976 este esquema varió cuando fue construida en el ensanche Naco, “Plaza Naco”, la primera gran plaza comercial de Santo Domingo, la cual durante más de una década fue motivo de asombro y orgullo de los capitaleños.
Más tarde fueron levantados Megacentro, en la zona Oriental (hoy Santo Domingo Este), Galerías Comerciales, Plaza Central, Unicentro Plaza, Plaza Andalucía, Plaza Las Américas, Diamond Mall y otras que rompieron el esquema de tiendas individuales e hicieron más fácil la oportunidad de comprar, puesto que aglutinaban tiendas de todo tipo.
Pero en los últimos tres años el patrón ha vuelto a ser roto con el surgimiento de gigantescas plazas y grandes supermercados, en donde se puede comprar de todo, a precios que muchas veces son inferiores a los del extranjero. La mayoría son de un lujo y exquisitez que sobrepasa a los de cualquier gran ciudad norteamericana. Las plazas más grandes y lujosas son Agora Mall, Sambil, Bue Mol y Novocentro. Resulta verdaderamente curioso que todos estos establecimientos, a pesar de su gigantesco tamaño, siempre tienen en su interior una significativa cantidad de público.
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