Redacción Internacional, 19 jul (EFE).- Un grupo de expertos de la OSCE se convirtió hoy en el primer equipo internacional en acceder al lugar donde hace dos días fue derribado el avión malasio en el este de Ucrania, en medio del temor por la posible destrucción de pruebas y el robo de cadáveres denunciado por Kiev.
Según pudo constatar Efe, los investigadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) se internaron en el campo abierto junto a la localidad de Grabovo, en la región de Donetsk, donde permanecen desperdigados los cuerpos de las 298 víctimas del siniestro y los restos del avión.
El grupo, al que ayer le fue denegado el acceso, consiguió hoy visitar la zona a pie tras mantener una discusión con los milicianos armados que custodian el lugar, aunque se quejó de las trabas que les pusieron los rebeldes prorrusos.
"Si ustedes no me dejan hacer mi trabajo me quejaré a (Alexandr) Borodái (líder de los insurgentes prorrusos)", se dirigió a un comandante de las milicias el suizo Alex Hug, jefe de la misión internacional de la OSCE para Ucrania.
Tras casi media hora de discusión, los expertos se resignaron a seguir la ruta marcada por los milicianos, que les impidieron abandonar la carretera que corta en dos el descampado salpicado por los restos de la tragedia con la excusa de no obstruir el trabajo de los servicios de rescate.
La zona, a unos 80 kilómetros de la capital regional, Donetsk, ofrece un espectáculo dantesco. Un gran fragmento del fuselaje del avión deja ver claramente el emblema de la compañía aérea Malaysian Airlines, a la que pertenecía el avión supuestamente abatido por un misil tierra-aire, de cuyo disparo Occidente acusa a los insurgentes apoyados por Rusia.
Otros trozos más pequeños del aparato están diseminados en una amplia zona entre numerosos cuerpos de hombres y mujeres que viajaban en el fatídico vuelo. La mayoría, 192, eran ciudadanos de Holanda, que se encuentra conmocionada por la tragedia.
Decenas de miles de personas de todo el mundo han dejado mensajes de dolor y de apoyo en los registros de condolencias creados en Holanda en memoria de las víctimas, entre ellos el exsecretario general de la ONU Kofi Annan, que ha firmado hoy en el libro de condolencias abierto en el aeropuerto de Schiphol en Amsterdam.
Desde Kuala Lumpur, el ministro de Transporte de Malasia, Liow Tiong Lai, reclamó hoy que se proteja la integridad de la zona donde se encuentran los restos a través de un "corredor seguro".
"Es importante que no se comprometa la integridad del lugar del accidente y que se garantice que no se retiran pruebas de la escena", dijo en una rueda de prensa.
Según el ministro, que viajará hoy a Ucrania, "el mundo tiene la obligación moral de garantizar que los restos (de los fallecidos) son retirados con respeto (...) necesitamos ayuda para garantizar que no se manipula la zona ni las pruebas. Esperamos que la justicia prevalezca".
El presidente de EEUU, Barack Obama, confirmó ayer que, según la información de inteligencia en su haber, el avión que había salido de Amsterdam con destino a Kuala Lumpur fue abatido por un misil tierra-aire lanzado desde un área controlada por los separatistas respaldados por Rusia en Ucrania.
Obama no involucró directamente a Moscú, pero aseguró que "no es posible para esos separatistas operar de la forma que lo hacen (...) sin equipo sofisticado y un entrenamiento sofisticado y ambos proceden de Rusia".
El mandatario coincidió, en sendas llamadas telefónicas, con el primer ministro británico, David Cameron, y la canciller alemana, Angela Merkel, en que Moscú afrontará sanciones adicionales si no deja de alentar la inestabilidad en Ucrania.
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