EFE
Washington (EE. UU.).- Los bombardeos que Estados Unidos inició este lunes en Siria no tienen como único objetivo el Estado Islámico (EI), sino también la filial de Al Qaeda conocida como grupo Khorasan, que preparaba un ataque "inminente" contra el país norteamericano e intereses occidentales, informó este lunes el Pentágono.
"EE. UU. lanzó ocho ataques contra el grupo Khorasan al oeste de Alepo en campos de entrenamiento, almacenes de explosivos e instalaciones de control y comunicaciones", explicó el Mando Central estadounidense en un comunicado.
Esta operación fue exclusiva de las fuerzas de EE. UU., mientras que que en los ataques aéreos contra el EI participaron también las "naciones aliadas" de Baréin, Jordania, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes, confirmó el Pentágono en su nota.
Se considera que el grupo Khorasan pertenece al Frente al Nusra, la mayor filial de Al Qaeda en Siria, que combatió tanto contra el régimen de Bachar al Asad como contra el EI por territorio en el norte del país.
Este grupo no era en principio objetivo de la ofensiva que lidera Estados Unidos para frenar al EI y que este lunes pasó a una nueva fase con el inicio de los bombardeos en Siria.
"Fuerzas de EE.UU. y de naciones aliadas comenzaron los ataques contra el EI en Siria usando una combinación de cazas, bombarderos y misiles Tomahawk", anunció en un comunicado el portavoz del Departamento de Defensa, el contralmirante John Kirby.
Con el inicio de los ataques en Siria ya están en marcha todas las operaciones de la ofensiva contra el EI anunciadas por Obama en un solemne discurso a la nación el pasado 10 de septiembre.
"Los ataques (contra el Estado Islámico) dañaron múltiples objetivos de los yihadistas en las proximidades de Al Raqa (bastión principal del EI), Deir al Zur, Al Hasaka y Albu Kamal", indicó el Mando Central estadounidense en su nota.
Obama se había resistido hasta ahora a atacar en Siria, donde hace un año se negó a intervenir contra el régimen de Bachar al Asad por el uso de armas químicas.
El avance en los últimos meses del EI, grupo fortalecido en la guerra civil siria, y la brutalidad de sus acciones, como las decapitaciones de occidentales televisadas, obligaron al mandatario a lanzar una nueva operación militar en Oriente Medio tras una década de guerras en Irak y Afganistán heredadas de George W. Bush.
Obama insiste en que esta operación será diferente de esas contiendas porque en ningún caso implicará el despliegue de tropas de EE. UU. sobre el terreno, pero se enfrenta al escepticismo de quienes creen, incluso dentro del Pentágono, que es imposible vencer al EI sin combates en tierra.
Desde el anuncio de la ofensiva el 10 de septiembre, el Gobierno y el Congreso de Estados Unidos fueron dando pasos para materializar la estrategia dibujada por el presidente Obama.
El día 15, Estados Unidos lanzó el primer ataque contra el EI cerca de Bagdad en el marco de la ampliación de su ofensiva en Irak con el envío de 475 militares más, una cifra que completa un total de más de 1.600 desde el inicio de los ataques aéreos en ese país el pasado 8 de agosto.
Hasta entonces, la ofensiva estadounidense contra el EI en Irak se había limitado a posiciones de los yihadistas en el norte del país para proteger a su personal o por razones humanitarias.
Tres días después, el Congreso estadounidense autorizó el armamento de los rebeldes sirios que luchan contra el Estado Islámico, un "elemento clave" para Obama en su estrategia para frenar al grupo yihadista.
El EI no sólo ha ganado poder y terreno en los últimos meses, sino también visibilidad. Sus avances en Irak y las brutales decapitaciones televisadas de occidentales conmocionaron al mundo y presentado a este grupo como una amenaza más temible aún que Al Qaeda.
Estados Unidos continúa construyendo una coalición lo más amplia posible de países para vencer a los yihadistas porque una de las líneas rojas de Obama es que EE. UU., a diferencia de lo ocurrido en los años de Bush, no actúe en solitario. DE EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario