El británico Lewis Hamilton (Mercedes) ganó ayer domingo el Gran Premio de Singapur de Fórmula 1 y se coloca al frente del Mundial por delante de su compañero alemán Nico Rosberg, que abandonó al principio de la carrera por problemas eléctricos en su bólido.
Saliendo el primero, el campeón del mundo de 2008 completó una carrera sin errores en la que hizo tres paradas en boxes, y terminó con 13 segundos de ventaja sobre el alemán Sebastian Vettel (Red Bull), segundo tras tres años seguidos ganando en el circuito urbano de la ciudad estado asiática.
“Por la noche soñé que esto iba a ocurrir así pero como sabeís bien los sueños no se cumplen todos los días”, desveló Hamilton sin olvidarse de agradecer a su equipo “todo el trabajo realizado este año”.
El otro Red Bull, del australiano Daniel Ricciardo, llegó tercero al final de una carrera interrumpida una vez por la salida del coche de seguridad, entre la vuelta 31 y la 37, el tiempo que tardaron los comisarios en limpiar los restos del alerón delantero del mexicano Sergio Pérez que había sobre la pista.
El español Fernando Alonso (Ferrari), que intentó una apuesta arriesgada al cambiar de neumáticos cuando salía a la pista el coche de seguridad, terminó cuarto tranquilizando un poco a los dirigentes de la Scuderia.
Justo detrás de él llegó su excompañero brasileño Felipe Massa (Williams) y el francés Jean-Eric Vergne (Toro Rosso), que firmó una gran última parte de la carrera gracias a un juego de neumáticos en buen estado.
La carrera nocturna estuvo iluminada por un Hamilton perfecto, muy rápido de principio a fin, que se impuso a sus rivales, ya fuera con gomas blandas o súper blandas.
Es la 29™ victoria de Hamilton en la Fórmula 1 y la segunda consecutiva tras la cosechada en Monza en el Gran Premio de Italia.
Hamilton podrá ahora afrontar el futuro con más tranquilidad. A finales de agosto, después de un incidente con Rosberg en Spa, estaba a 29 puntos del alemán, dos carreras más tarde tiene 3 puntos de ventaja, cuando faltan cinco Grandes Premios por disputarse, incluido la última prueba en Abu Dabi, a finales de noviembre, que contará doble (50 puntos para el vencedor).
Rosberg asistió impotente a la victoria de su compañero, al que llamó “el otro” el sábado por la noche tras la clasificación.
El alemán vivió este domingo su segundo abandono de la temporada, que decidió el director de la escudería de las Flechas de Plata, Toto Wolff, cuando se dio cuenta que sería complicado que se pudiera competir con un coche con varios problemas electrónicos, sobre todo en el volante, que tuvo que ser sustituido en vano antes de la salida
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