A las cinco de la madrugada de ayer, el barrio Eduardo Brito, de Pedro Brand, fue estremecido por una intensa balacera que se prolongó durante tres horas entre un escuadrón policíaco y los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez, abatidos en la acción, y a quienes la Policía les atribuye las muertes violentas de siete personas y heridas a por lo menos cuatro.
La casa donde estos dos jóvenes, oriundos de Moca, se amurallaron, está ubicada en la polvorienta calle María de Toledo, en el kilómetro 24 de la autopista Duarte, en un barrio de acceso complicado. Quedó marcada por profundos agujeros dejados por impactos de proyectiles de armas largas en sus paredes exteriores y externas, y una de las persianas laterales presenta una mancha negra, al parecer causado por un incendio todavía bajo investigación, aunque algunos de los vecinos dijeron que mientras transcurría el intercambio de disparos “ahí se quemó de todo”.
La casa contigua, a la derecha, recibió profundos impactos de bala de armas largas y cortas disparadas por los hermanos López Méndez contra los Swats. Vecinos cercanos escucharon el crujir de las balas escondidos debajo de sus camas y otros sitios de resguardo a sus vidas.
La casa donde finalmente cayeron mortalmente abatidos fue alquilada por un allegado a los hermanos López, la noche del 24, quien es propietario de un destartalado automóvil Hyundai, placa A- 4122525, del transporte público, que todavía la media tarde de ayer estaba estacionado, agujereado con impactos de bala y con el cristal delantero destrozado.
La noche de la Navidad pagaron al propietario un depósito de 8 mil pesos.
“Esa misma noche esos tipos estaban bebiendo en los colmados y uno los veía y parecían de ná; quién se imaginaba que eran dos delincuentes”, dijo un vecino del barrio, que además agregó que nunca había oído tantos tiros en su vida.
Xiomara Reyes, una vecina del sector, todavía recordaba la madrugada cuando empezaron los tiros, las explosiones, las detonaciones y “la zozobra en la que nos metieron; gracias a Dios que nadie más salió herido, pero pasamos un susto del diablo”.
La Policía Nacional informó al respecto que la refriega se produjo luego de que los presuntos vándalos se resistieron a acatar un llamado a entregarse a las autoridades.
En poder de los hermanos López fueron ocupados un fusil M-16, una pistola Glock y dos chalecos antibalas. Los cadáveres fueron trasladados al Hospital Marcelino Vélez, de Herrera, donde se les practicó las autopsias de lugar y luego entregados a sus familiares.Tras la tragedia, el sector donde tuvo lugar el suceso empezó a sentir un alivio y se integró a la vida normal.
ESTABAN EN BANDA QUE COMETÍA ASALTOS
La Dirección Cibao Central de la Policía Nacional informó ayer que los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez, abatidos a tiros en un alegado intercambio de disparos con agentes de esa institución en Pedro Brand, integraban una peligrosa banda que cometía asaltos en Santiago, Moca, La Vega y otras zonas de la región.
La Dirección Cibao Central de la Policía Nacional informó ayer que los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez, abatidos a tiros en un alegado intercambio de disparos con agentes de esa institución en Pedro Brand, integraban una peligrosa banda que cometía asaltos en Santiago, Moca, La Vega y otras zonas de la región.
La Policía dijo que el blanco principal de las dos víctimas eran miembros de la Policía y guardianes privados para despojarlos de sus armas de reglamento y de otras pertenencias.
La institución del orden indica en su informe que los dos individuos eran responsables de causar heridas de gravedad al sargento policial Enmanuel de Jesús Taveras Rosario, al que despojaron de un fusil M=16 en una ferretería ubicada en la carretera Duarte, entre Santiago y Licey.
“Eran bien peligrosos; se les buscaba por distintos hechos delictivos y crímenes”, dijo la uniformada.
De su lado, los familiares de los occisos dijeron ayer que dudaban de la versión de la Policía respecto a que los dos jóvenes, de 20 y 22años, murieron durante un enfrentamiento a tiros.
FALTA DE AFECTOS MUEVE A DELITOS
La falta de afecto, de auto control y un débil régimen de consecuencias son las principales causas que llevan a los adolescentes dominicanos a cometer un delito, o colocarse en una situación de conflicto con la ley.
Así lo establecen sendos estudios realizados por la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y el Instituto Tecnológico de Santo Dominico ( INTEC), con el apoyo del Ministerio Público y que se dieron a conocer en septiembre de este año.
En la primera investigación, titulada “Auto-Percepción de Factores Causales de la Delincuencia en Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal en la República Dominicana”, que realizó el centro de investigaciones de UNIBE, se explica que hay diferencias significativas en las motivaciones en función del tipo de delito cometido por los adolescentes.
“En los casos de delitos más serios como el homicidio y las agresiones que conllevaban lesiones o heridas la disregulación afectiva, la falta de autocontrol y la defensa propia eran las motivaciones principales”, dice.
Referente a los robos, categoría que constituyó el segundo delito de mayor frecuencia, vemos que muchas motivaciones se encuentran presente para este tipo de delito, agrega. Pertenecían a una familia muy distinguida de Moca
Cecilia Méndez, una orientadora escolar, madre de los hermanos López, se enteró la mañana de ayer del acontecimiento en el que sus dos hijos cayeron abatidos por la Policía.
Fueron los gritos de algunos parientes cercanos quienes llamaron su atención.
A través de las redes sociales, vía celular, los familiares le mostraron las fotografías de lo ocurrido y pudo reconocer de inmediato los cuerpos de sus hijos ya tendidos en el suelo, acribillados por varios impactos de balas.
Desde hacía varios meses había perdido el contacto con sus hijos. No llamaban a la casa ni habían gestionado ningún mecanismo para comunicarse con ella, ni le enviaban ningún mensaje.
Solo sabía que estaban vivos porque no habían dado la noticia de su muerte.
María Cecilia Méndez, trabajadora social de profesión, y maestra, se ha desempeñado durante mucho tiempo como docente: primero en la escuela de San Víctor, en Moca, y actualmente labora en la escuela Granada, de Monte de la Jagua, Moca. En sus momentos de tribulaciones siempre dijo no saber dónde falló la educación.
A ella siempre se le vio en el colegio de los Padres de Moca, donde estudiaban Omar y Alex. Tras las reiteradas quejas por su comportamiento, no pudo lograr los cambios y de allí fueron expulsados.
Su abuelo paterno, Óscar López, era diácono y presidente de asamblea en una iglesia católica salesiana de esta ciudad, conocido como una persona muy honesta.FUENTE LISIN DIARIO
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