El precio del petróleo cayó hoy hasta niveles que no se veían desde el inicio de la crisis económica ante las turbulencias en la bolsa china, que sufrió su mayor caída en más de ocho años y contagió al resto de parqués mundiales y mercados de materias primas.
El barril de Brent, de referencia en Europa, cerró en Londres en 42,69 dólares, un 6,09 % menos respecto al viernes y el mínimo desde principios de 2009, mientras que el crudo Texas (WTI) acabó en Nueva York en 38,24 dólares -un descenso del 5,46 %-, por primera vez en seis años por debajo de la barrera de los 40 dólares.
La volatilidad de los índices en China y las dudas cada vez más extendidas sobre la economía del gigante asiático, segundo consumidor mundial de petróleo, han aumentado en las últimas semanas la presión sobre los precios del crudo, que ha perdido cerca de un 35 % de su valor en el International Exchange Futures (ICE) desde mayo por el exceso de producción que ha saturado el mercado.
Los analistas temen que una ralentización del crecimiento de China pueda tener un efecto demoledor sobre su consumo energético, lo que agravaría la actual crisis de escasez de demanda de petróleo.
"La principal preocupación ante estas caídas bursátiles es la falta de capacidad del Gobierno chino para contenerlas. Además, existe un temor sobre el efecto dominó que pueden provocar en los mercados asiáticos y, en cierta medida, en las economías europeas y estadounidense", aseguró a Efe Richard Mallinson, de la firma británica Energy Aspects.
Con todo, el miedo a que la demanda del segundo consumidor mundial de crudo se desplome es por el momento una conjetura más que una realidad, dado que en los últimos meses Pekín ha aumentado mes a mes su compra de petróleo.
China ha aprovechado los bajos precios, provocados en primer término por la negativa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a reducir su producción, para abastecer sus reservas estratégicas de crudo a bajo coste.
"La demanda china es mucho más sólida de lo que la gente parece creer. Quizás se está fijando demasiado la atención en las señales del mercado bursátil", apuntó Mallinson.
"Aún así, si la economía china continúa ralentizándose, al final también lo hará el crecimiento de la demanda de crudo. Es improbable que llegue a retroceder, pero sí que veremos como el crecimiento baja su ritmo", resaltó el analista.
Para Lei Mao, profesor de Finanzas de la escuela de negocios de la Universidad de Warwick, "la economía china se está ralentizando más rápido de lo que se esperaba y hay previsiones de que el yuan se devaluará aún más durante este año".
Más allá de los efectos de la evolución de la demanda china, los precios continúan afectados por el pulso de la OPEP, liderada por Arabia Saudí, con Estados Unidos, principal consumidor mundial y un productor cada vez más potente.
La modernización de la industria estadounidense y la proliferación de yacimientos de hidrocarburos derivados del esquisto han disparado las reservas de EEUU a su máximo en al menos ocho décadas, lo que acarrea una reducción de sus importaciones y empuja los precios a la baja.
Los países de la OPEP se han negado a reducir su bombeo de 30 millones de barriles diarios, un techo de producción que mantienen desde 2011, a pesar de que esa decisión contribuye al desplome del precio y añade dificultades a sus economías.
Arabia Saudí y sus aliados esperan que un petróleo por debajo de los 50 dólares durante demasiados meses consecutivos minará los presupuestos de algunas compañías que extraen petróleo en Estados Unidos y otros países, y servirá a la larga para asegurar la hegemonía de la OPEP en los mercados.
La táctica ha funcionado en parte, y la inversión en extracción y yacimientos en Estados Unidos ha sufrido una notable reducción desde principios de año, si bien los efectos de ese movimiento todavía no se han traducido en la práctica en un descenso de la producción.
"El mercado necesita ver evidencias de esa ralentización (en la producción) antes de que los precios del petróleo comiencen a subir", consideró Mallinson.
"Creo que los precios del petróleo son ahora mismo cifras desconectadas de la economía real. Podrían continuar cayendo durante las próximas semanas, pero esa tendencia terminará hacia final de año", pronosticó el analista.
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