Los 24 obreros sobrevivientes de los 27 que se intoxicaron mientras limpiaban túneles de la presa de Tavera-Bao, en la localidad de Sabana Iglesia, 20 kilómetro al suroeste de Santiago, se encuentran en sus residencias, pero la pobreza los arropa.
Algunos de los afectados devengan sueldos inferiores a los cinco mil pesos al mes, en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulico (Indri) y la Empresa de Generación Eléctrica Dominicana (EGEID), esta última que asumió los gastos y honorarios médicos de los centros de salud privados donde fueron ingresados.
Muchos de ellos a pesar de que fueron entregados a sus familiares, se encuentran postrados en camas en sus casas en medio de la misma pobreza que siempre han tenido, pero su situación se ha agravado, porque ellos eran los que garantizaban las comidas de sus familiares más cercanos.
“Ahora no pueden hacerlo”, dijeron personas allegadas.
De los 27 trabajadores hospitalizados en centros de salud privados de la ciudad de Santiago, fallecieron Tomás Hernández, de 36 años, José Ignacio Díaz (Yorki), de 21 y Brigido Acosta de 19.
“Esperamos que nos ayuden, estamos viviendo mal”, dijo Marley Ureña, pariente cercana de Enmanuel Ureña de 19, uno de los obreros que sigue postrado en cama.
Familiares de Cristián Espinosa revelaron que a éste no se le quita un dolor de cabeza y que presenta debilidades en las extremidades superiores que no les permiten mantenerse de pie por determinado tiempo.
La alarma se disparó, no solo en Sabana Iglesia y comunidades vecinas, sino también en toda la provincia de Santiago, cuando una adolescente de 16 años, hija de uno de los intoxicados, identificado como Higinio Alejandro Rosario Valerio, fue ingresada con los mismos síntomas que su padre en un centro de salud de esta ciudad de Santiago.
La joven se turnaba con otros familiares de su padre para atenderlo y fue ingresada con los mismos síntomas de los afectados, incluyendo su progenitor, como vómitos, nauseas, molestias estomacales y dolores de cabeza, en las extremidades y en todo el cuerpo.
Ante la alarma generalizada y la preocupación de habitantes del municipio de Sabana Iglesia y la provincia de Santiago, el 18 de este mes, funcionarios del Ministerio de Salud Pública, realizaron una rueda de prensa en Santiago, para aclarar que la histoplasmosis, enfermedad que, de acuerdo a lo que se estableció en las pruebas realizadas en un laboratorio de Estados Unidos, contrajeron los obreros, no se transmite de persona a persona, ni de animal a persona.
En esa reciente ocasión, José Manuel Puello, director general de Salud Colectiva del Ministerio de Salud Pública; Luis Roa, director de Salud Ambiental; Vanessa Quiñones y Eunice de los Santos, directora provincial de esa dependencia en Santiago, explicaron que la histoplasmosis, es una enfermedad que se puede contraer por larga exposición y contactos con excrementos de murciélagos y palomas.
Tras conocer la noticia de que una hija de uno de los obreros afectados fue ingresada en un centro de salud privado de Santiago, con los mismos síntomas que su padre, los familiares de estos, están temerosos.
También, en Sabana Iglesia, muchas personas rehúyen tener contacto con los parientes de los afectados, lo que ha obligado a las autoridades de Salud Pública hacer las aclaraciones correspondientes.
En tal sentido, revelaron que el Ministerio de Salud Pública dispuso que una comisión de técnicos de la Dirección de Salud Ambiental, de la Dirección general de Salud Colectiva se traslade al lugar y que hizo un levantamiento y un reporte oficial correspondiente
La mayoría de los afectados son oriundos de Monte de la Zanja, Palo Amarillo, Cruz Roja, La Lima, Yerba de Culebras y otras comunidades de Sabana Iglesia y Baitoa, de donde son oriundos la mayoría de los obreros.
Anyelis Ulloa Beato, declaró que su padre, José Ulloa, uno de los obreros afectados, sigue en un estado de salud preocupante, aunque los médicos se lo entregaron.
También familiares de Arturo Peña, Manuel Ureña, Luis Diaz, Tomás Fernández, Marino de Jesús Núñez, Cecilio Antonio Calderón, Miguel Antonio Vargas, Andrés Apolinar Jiménez, Ramón Leonardo Núñez, Cristian Espinosa y Ezequiel Beltré, dijeron que la situación que encaran es difícil porque son personas que viven la extrema pobreza.
En principios el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Olgo Fernández, aclaró que los intoxicados no pertenecían a esa institución, sino la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (Egehid).
Luego reconoció que 14 de ellos eran obreros temporales de la institución que dirige.
Los trabajadores y sus familiares se quejan del poco apoyo que le ha brindado el Indrhi, pero aclararon que están agradecidos del respaldo y la solidaridad que le ha ofrecido la empresa Egehid.
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