El “Viernes Negro” logró congestionar las principales tiendas y negocios de múltiples características, convirtiendo la capital en un solo tapón que se extendió más allá de las siete de la noche en muchos tramos de la ciudad.
Hombres, mujeres, niños y niñas, familias completas acudieron a una especie de cita ya tradicional con el comercio de rebajas del “Black Friday”, lo que según muchos entendidos constituye una costumbre comercial que es factor determi- nante para dinamizar la economía, por los volúmenes de ventas que se registran.
Las grandes tiendas fueron abarrotadas desde el jueves pasado por clientes atraídos por las rebajas sustanciales exhibidas en las ofertas de precios de electrodomésticos y ajuares para el hogar. Electrodomésticos, entre ellos juegos de comedor, estufas, neveras, acondicionadores de aire, televisores modernos del tipo plasma; combos computacionales, impresoras, fueron de los artículos de mayor demanda según se constató en un recorrido.
En las Tiendas Corripio y Plaza Lama el tránsito de clientes que abarrotó las instalaciones era incontenible. Para Eudis Collado, de Tiendas Corripio, este año las expectativas de asistencia y de ventas superaban las del año anterior, aunque no se había determinado un monto que expresara los resultados de los 2 días de tradición comercial de origen estadounidense, que se ha enraizado entre los comerciantes del país, con buena receptividad de parte de los clientes.
En La Sirena de Multicentro Churchill, hubo una novedad: a la jornada de compras y ofertas especiales le llaman Viernes Amarillo, en franca alusión al color característico de ese importante centro comercial.
Desde las horas tempranas de la tarde, la avenida México con Duarte presentó un gran tapón que se extendía más allá del Club San Carlos, al igual que daban acceso a la 27 de Febrero. La John F. Kennedy aligeró pasadas las siete de la noche, pero en los puntos que convergían en los alrededores de Plaza Lama, la labor de los agentes de la AMET fue profunda tanto para los tapones externos como para los cientos y cientos de vehículos de todo tipo que no encontraron parqueos en ese establecimiento.
“Nosotros aprovechamos estas ofertas para comprar adquirir artículos, vamos ahorrando desde dos o tres meses antes, esperando que llegue este día”, dijo Manuel Bencosme, un cliente de Plaza Lama.
Y como nunca falta quien critique las cosas del sistema, Juan Evaristo Toledano, quien esperaba un taxi en una de las tiendas visitadas, dijo que acudía a comprar algunos artículos que hacían falta en su casa, para satisfacer a su esposa, porque él todavía no creía mucho en que había rebajas muy fuertes como anunciaban las promociones del Viernes Negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario