En una noche histórica, el Salón de la Fama del Béisbol Latino le abrió las puertas a seis nuevas figuras, quienes a su paso por las Grandes Ligas brindaron lo mejor de su talento.
Un ceremonial donde Sammy Sosa fue el principal centro de atracción y quien como en su mejor época de jugador dejó plasmado el carisma que siempre le caracterizó. Por coincidencia, su ingreso al templo se produjo en la misma fecha en que su madre Mireya Sosa celebraba un natalicio màs de vida.
“Me siempre orgulloso y contento por esta exaltación que me realiza el Salón de la Fama del Béisbol Latino. De verdad, me siento agradecido por esta distinción”, expresó el bateador de 609 jonrones tras recibir su premio de manos de Roberto Alomar, José Serra y de su madre Mireya.
Serra y de su madre Mireya. “Tengo que agradecer a muchas personas, quienes hicieron posible el que haya tenido una gran carrera, a mi esposa Sonia, mis hijos y demás miembros de mi familia”, agregó el ex jugador mientras los demás exaltados lo felicitaban y les cantaban cumpleaños feliz a su progenitora.
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