Santo Domingo
Alarmados por la falta de seguridad que afirman reinó durante el 2015, recibieron el 2016, los residentes en diversos sectores de la capital, que afirman han tenido que cambiar su estilo de vida para no ser víctimas de los constantes asaltos y atracos que, según contaron a Listín Diario, se producen a cualquier hora del día.
Durante un recorrido por los barrios San Antón y Buenos Aires de Herrera, y los ensanches Espaillat, 27 de Febrero y Luperón, los residentes manifestaron que a pesar del incremento del patrullaje puesto en marcha desde el 4 de diciembre, por el jefe de la Policía Nacional, mayor general Nelson Peguero Paredes, los asaltos y atracos se incrementaron en este último mes del año.
Baury Bautista, quien reside en el ensanche 27 de Febrero, es una de las víctimas de atracos. Cuenta que solo en este mes ha sido despojado de sus pertenencias en tres ocasiones en la ruta desde su lugar de trabajo a su hogar en horas de la mañana.
“La primera vez que me atracaron fue a inicios de este mes, la segunda fue el 24 y la tercera el 25. Los tres atracos fueron a punta de pistola y me quitaron mi celular y dinero en efectivo”, expresó.
Cabizbajo lamentó que por miedo a ser despojado nuevamente de sus pertenencias ha tenido que cambiar totalmente su estilo de vida por la inseguridad que afecta al sector donde vive.
“Ahora he tenido que cambiar el horario que tenía, por que salía de aquí a las 7 de la mañana para llegar al trabajo a las 8, ahora tengo que salir a las 4 de la mañana para poder llegar sano y salvo”, expresó.
Aseguró que la Policía se va de ese sector a las 6:30 de la mañana, y ahí mismo, comienzan a llegar los delincuentes. “A las 8:00 a.m. llega nuevamente la Policía cuando los desaprensivos han despojado de sus pertenencias a los que salen a tempranas horas de la mañana”.
Entiende que las autoridades deben implementar nuevas medidas para enfrentar esa realidad, “aunque es difícil, porque se está diciendo que ellos mismos son los que están robando, porque la forma en que están asaltado es muy experta”.
Hablarle de seguridad ciudadana a Radhamés Sánchez es mencionarle algo que para él nunca ha existido.
“La seguridad ciudadana ha estado siempre igual, inexistente. Los asaltos se realizan a plena luz del día, y son todos los días”, expresó.
Contó que la semana pasada asaltaron a un policía que estaba compartiendo con él, y en cuestión de minutos se efectuaron varios asaltos más a miembros de la institución del orden, lo que confirma, según dijo, que los delincuentes tienen bajo terror también a las autoridades.
“La vigilancia es algo que no se ve por aquí, la Policía pasa cada dos horas, es por eso que la delincuencia tiene este barrio azotado”, lamentó. Consideró que las autoridades saben lo que tienen que hacer, pero no tienen la intención de hacerlo.
Asimismo, Milagros Sánchez, quien tiene más de 50 años viviendo en el ensanche 27 de Febrero expresó que prácticamente todos los días de este mes de diciembre en horas de la mañana solo escuchan los gritos de las personas que fueron asaltadas.
“A tempranas horas de la mañana he visto a delincuentes atracando, pero uno no puede decir nada, porque cuando viene a ver se devuelven y atentan contra la vida de uno”, lamentó.
La situación que se vive en el ensanche Espaillat es similar, Sonia Saldaña contó a LISTÍN DIARIO que los atracos se realizan a plena luz del día, a pesar del patrullaje de las autoridades.
“La policía pasa cuando los ladrones ya asaltaron a todos los que quisieron. Ellos pasan, incluso hicieron un operativo y recogieron muchos supuestos ladrones, pero esto sigue igual, realmente no se sabe qué es lo que pasa”, dice.
En tanto, Yolanda, quien también vive en ese lugar, dijo que la Policía pasa, pero que a la hora de la verdad, que es cuando pasan los atracos, no aparece ninguno.
Del mismo modo, Jesús Cabrera entendió que las autoridades no están trabajando para garantizar la seguridad del país.
“La Policía los apresa y los delincuentes les ofrecen dinero y al otro día ya están libres atracando. La vigilancia está muy fría, pasan cada tres horas dos o tres policías, y detrás de ellos vienen los delincuentes a atracar”, aseguró.
Con un tono molesto por la alta cantidad de atracos que asegura hay en el ensanche Espaillat, Salomón Rivera, quien trabaja como taxista, manifestó que los atracos son las 24 horas del día y que muchas veces tienen que dejar de trabajar para evitarse un problema.
Dijo que ha tenido que cambiar su forma de vida por la situación, ya que antes trabajaba hasta las 8 o 9 de la noche, y ahora desde que dan las 5 de la tarde tiene que dejar de hacerlo “por temor a una desgracia”.
Dijo que la Policía se debe sentar y planificar un plan que sea efectivo, porque el que tienen no está funcionando.
En tanto, Nelson Cabrera, residente en el Barrio San Antón, dijo que los delincuentes están acabando con todo.
“No nos podemos descuidar ni un chin, porque en un abrir y cerrar de ojos te quitan todo”. “Yo no veo que estamos tan seguros, eso es uno haciendo esfuerzo por cuidarse, porque si es por las autoridades no estamos seguros”, expresó.
Aseguró que asaltan a todas horas a pesar del monitoreo de las autoridades.
Dijo que su estilo de vida ha cambiado, porque ya no puede caminar de noche, solo lo puede hacer por lugares claves y que estén iluminados, “de lo contrario, me quitan todo”.
(+) INSEGURIDAD AFECTA A LOS COMERCIANTES
Danny Castillo, quien administra un colmado en el barrio Buenos Aires de Herrera, expresa que ha tenido que cambiar el horario para abrir el negocio debido al incremento de la delincuencia.
Danny Castillo, quien administra un colmado en el barrio Buenos Aires de Herrera, expresa que ha tenido que cambiar el horario para abrir el negocio debido al incremento de la delincuencia.
“Antes yo abría más temprano porque las amas de casa se levantan a comprar desayuno para que sus hijos se vayan a la escuela, pero ahora he tenido que comenzar a abrir más tarde y cerrar más temprano”, manifestó.
En tanto, Eulogio Lara, quien es dueño de un colmado, dijo que antes podía cerrar su negocio de madrugada porque la situación estaba calmada, pero ahora tiene que cerrar antes de las 10 de la noche.
“Los colmados están quebrados, ya no se puede cerrar tarde como uno acostumbraba, porque ya los ciudadanos no salen de su casa por la delincuencia, y si no hay clientes debemos cerrar”, expresó.
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