“Defender y conservar la naturaleza para mantener la vida”. Con este lema, la Sociedad Ecológica de Barahona (Soeba) se ha mantenido por 31 años como la gran defensora del medio ambiente y los recursos naturales de la región Enriquillo, en el Suroeste dominicano.
“Todo este tiempo lo hemos dedicado a proteger el medio ambiente de esta región, que comprende las provincias Barahona, Pedernales, Independencia y Bahoruco; y también del resto del país, porque defendemos todo lo que tiene que ver con recursos naturales. Dondequiera que hay un problema ambiental y debemos estar presentes, ahí estamos”, dice su presidente, Ángel Peña.
Soeba es la tercera sociedad ecológica fundada en el país (1984), luego de la del Cibao y la de Jimaní, y es propulsora de muchas otras creadas en diferentes municipios.
Los programas que desarrolla saltan a la vista en las áreas protegidas de la Sierra de Bahocuro (especialmente en el Monumento Natural Padre Domingo Fuerte), en la Reserva de la Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, en la laguna Rincón y en los espacios costeros de estas provincias. Pero su fuerte es la educación ambiental, dice Peña a LISTÍN DIARIO.
“Siempre tuvimos la parte de educación ambiental como el aspecto fundamental de la sociedad. Trabajamos con el campesinado, con los educadores y estudiantes. Damos charlas donde quiera que sea necesario”, explica Peña.
Así comenzaron, apunta, ofreciendo información a los habitantes del Parque Nacional Jaragua porque sus pobladores desconocían que vivían en un área protegida.
“Hicimos una campaña para que la gente, desde Juancho hasta Pedernales, supiera que estaba en un parque. Se asombraban, pero les hicimos ver el valor que eso tenía y sus funciones como parte de él”.
La SOEBA nació luego de que personas e instituciones de la región se unieran a principios de los 80 para impedir la introducción de residuos contaminantes en Pedernales procedentes del extranjero.
¿Quiénes son?
Un grupo multidisciplinario de ingenieros, médicos, arquitectos, contables, abogados, maestros de escuelas, ecólogos y catedráticos universitarios se encarga de mantener activa la Soeba. Todos ceden de manera voluntaria sus conocimientos y bienes a la causa ecológica.
Un grupo multidisciplinario de ingenieros, médicos, arquitectos, contables, abogados, maestros de escuelas, ecólogos y catedráticos universitarios se encarga de mantener activa la Soeba. Todos ceden de manera voluntaria sus conocimientos y bienes a la causa ecológica.
“Hemos compactado un equipo bien formado y muchos de nosotros han recibido formación por más de 20 años en el área de medio ambiente. Y algunos tenemos maestrías. Es decir, no somos ambientalistas por serlo, sino que somos ecologistas de profesión, y hay muy pocos en el país. Si hay 10 formados en esta área, 4 forman parte de SOEBA”, asegura Pedro Olivero, vicepresidente.
Olivares dice que no solo ejecutan programas ambientales, sino que hacen investigaciones científicas y acompañan a las comunidades en proyectos de desarrollo, especialmente ecoturísticos, para que el turismo genere recursos y capitales que beneficien a sus habitantes. “Para nosotros es un privilegio tener esa capacidad instalada y servirla a la región y al país de manera gratuita, porque esto es un trabajo de vocación, que nos sale del alma, y por eso lo hacemos con pasión, sin descuidarnos y sin irnos a los extremos porque sabemos que la ecología permite el uso racional de los recursos naturales. Hacemos esto como un sacerdocio y así lo explicamos a nuestros jóvenes y a las comunidades que impactamos”, continúa.
Reconocimiento
El trabajo de Soeba en 2014 le hizo merecer el premio Brugal Cree en su Gente 2015 en la categoría Defensa y Protección del Medio Ambiente, con una dotación de un millón de pesos. Ese año, la Soeba continuó con sus giras educativas, jornadas de reforestación, protección de lagunas y ríos, limpieza de costas y ejecución de programas y actividades que beneficiaron a más de 45,000 personas de manera directa.
El trabajo de Soeba en 2014 le hizo merecer el premio Brugal Cree en su Gente 2015 en la categoría Defensa y Protección del Medio Ambiente, con una dotación de un millón de pesos. Ese año, la Soeba continuó con sus giras educativas, jornadas de reforestación, protección de lagunas y ríos, limpieza de costas y ejecución de programas y actividades que beneficiaron a más de 45,000 personas de manera directa.
Entre sus logros, Soeba elaboró un aplaudido documental educativo sobre los recursos naturales y atractivos de la Reserva de la Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo en el que se resalta “el potencial ambiental, cultural, social y económico de los parques nacionales Sierra de Bahoruco, Jaragua y Lago Enriquillo y las comunidades que habitan en sus áreas de amortiguamiento, realizado en un 100% en la región”.
Este proyecto incluyó la pintura de murales alusivos a esta área protegida, la elaboración de 4,000 cartillas educativas y la confección de paneles temáticos sobre la flora y la fauna del Bahoruco Oriental que serían colocados en los senderos interpretativos de El Cachote.
En el casco urbano del municipio continuaron con las demandas que exigen mejorar el área del malecón, respetar los espacios públicos y controlar la contaminación de las fuentes acuíferas.
“Te das cuenta del peso que ha tenido la Soeba en la región cuando miras por ejemplo la sierra de Bahoruco, lo poco deforestada que está. Y es porque nosotros hemos estado aquí y cuantas veces se ha asomado algo de deforestación hemos estado al tanto, haciendo denuncias puntuales”, expresa Manolo Sánchez, expresidente de la entidad.
La situación en la sierra sigue siendo grave, sostiene, pero no ha ido a peor por el trabajo que realizan.
Proyección
Soeba ejecuta muchos programas en los municipios Paraíso y Polo porque allí hay muchos ríos, una montaña muy grande que preservar y una gran producción de agua. De manera especial se concentran en el Monumento Natural Padre Domingo Fuerte, donde están las lomas Cachote y Cortico.
Soeba ejecuta muchos programas en los municipios Paraíso y Polo porque allí hay muchos ríos, una montaña muy grande que preservar y una gran producción de agua. De manera especial se concentran en el Monumento Natural Padre Domingo Fuerte, donde están las lomas Cachote y Cortico.
De ganar el premio que concede cada año la Fundación Brugal, la Soeba se comprometió a dedicar el 50 % del dinero que recibió en la construcción de un centro para visitantes en la comunidad de Cortito.
El objetivo, dice Soeba, es establecer allí un espacio que sirva de laboratorio para la educación ambiental, “además de constituir para la institución un mecanismo de autogestión con miras a seguir brindando los servicios de educación ambiental que requiere la región y el país”.
Otro 25 % sería destinado a fortalecer el programa de educación ambiental y el restante 25 % al apadrinamiento durante un año a cinco centros educativos para desarrollar con ellos campañas de clasificación, aprovechamiento y uso adecuado de los desechos generados en sus centros de enseñanza.
Estos proyectos beneficiarían a unas 15,000 personas de manera directa.
Relevo
Hace tres años nació el Grupo Juventud Ecológica de Barahona (JUEVA), la asociación de la SOEBA integrada por jóvenes interesados en seguir la labor de la sociedad. ¿Qué hacen? “Participamos en las jornadas de limpieza de playas y ríos, en proyectos educativos y comunitarios y nos formamos en temas sobre cambio climático y sus efectos en esta región”, dice Wander Cuevas, su coordinador.
Hace tres años nació el Grupo Juventud Ecológica de Barahona (JUEVA), la asociación de la SOEBA integrada por jóvenes interesados en seguir la labor de la sociedad. ¿Qué hacen? “Participamos en las jornadas de limpieza de playas y ríos, en proyectos educativos y comunitarios y nos formamos en temas sobre cambio climático y sus efectos en esta región”, dice Wander Cuevas, su coordinador.
Aunque ser miembro representa un sacrificio porque muchos de los 15 integrantes trabajan y estudian, Cuevas asegura que “cuando a uno le nace hacer algo y le gusta hacerlo, no hay obstáculos que no se rompan”.FUENTE LISTI DIARIO
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