En algunas áreas del Malecón de Santo Domingo, en vez de edificios modernos lo que se observan son locales y viviendas en avanzado deterioro. SANTO DOMINGO.- A pesar de que el Malecón de Santo Domingo es uno de los más bellos de todo el Caribe, algunas de sus áreas están rezagadas en lo que respecta a edificaciones, las cuales no están a tono con el vigoroso desarrollo arquitectónico que muestra el resto de esta capital.
En las mismas, en vez de edificios modernos lo que se observan son locales y viviendas en avanzado deterioro.
En un recorrido este-oeste, comenzando en la estatua a Fray Antón de Montesinos, lo primero que salta a la vista del visitante es un conjunto de casas y locales grandes que fueron levantadas en el siglo pasado y las cuales ahora están abandonadas porque no han sido reparadas. Varias de ellas se han parcialmente derrumbado.
Entre los dos obeliscos (el “Hembra” y el “Macho”) hay bares y otros establecimientos también de pobre aspecto.
Aunque el panorama cambia un poco con el parque Eugenio María de Hostos y los edificios del Ministerio de Cultura y de los hoteles Quinto Centenario y Jaragua, vuelve a tornarse deprimente (con un solar yermo frecuentemente utilizado para actuaciones de circos, el clausurado centro cervecero La Ceniza, un gran terreno que ha sido cercado con una pared de cemento y el Cinema Centro, el cual pese a estar en un lugar privilegiado frente a Guibia, tiene ya cuestionada apariencia).Al lado están la Torre Veiramar, cuya construcción está detenida debido a problemas judiciales, así como lo que se creía iba a ser un gran hotel (El Prado), de 20 pisos, de arquitectura moderna, también paralizado desde hace más de una década porque sus promotores han tenido problemas para obtener financiamiento.
De la intersección con la avenida Máximo Gómez en adelante hay “altas y bajas” en materia de edificaciones. En este tramo, lo primero que sobresale es el Malecón Center, un complejo que al final de cuentas se convirtió en un “elefante blanco” de escaso éxito inmobiliario. Este cuenta con 3 torres residenciales, dos torres de 31 niveles y una de 32 niveles, además de un hotel de 22 pisos con 288 habitaciones. (Aunque las torres de apartamentos y el hotel han tenido una relativa acogida, lo mismo no ha ocurrido con una gigantesca área de este complejo diseñada para tiendas y oficinas, las cuales permanecen deprimentemente vacias).
Siguiendo hacia el oeste, al lado de Malecón Center, hay un edificio de apartamentos con una gran tienda en el primer y segundo nivel. Pero a seguidas están edificaciones deprimentes correspondientes a bares, restaurantes, discotecas y otros negocios que otrora tuvieron esplendor y actualmente están cerrados (discoteca Bella Blu, restaurante Vesubio, discoteca Alexander, Doll House, Hotel Santo Domingo, etc).
En la avenida 30 de mayo (continuación del Malecón) solo pueden ser tomadas en cuenta tres torres de apartamentos construidas en los últimos tiempos así como un edificio que aloja las oficinas administrativas de la Cervecería Nacional Dominicana..
Comerciantes, hoteleros y representantes de otros sectores coinciden al exigir más esfuerzos para cambiar las edificaciones del Malecón, el cual -con su poco más de diez kilómetros de longitud y abundantes palmeras- es punto de referencia obligatorio de la más antigua de las ciudades de América.
Algunos opinan que una buena fórmula seria que el Gobierno y el Ayuntamiento del Distrito Nacional eliminaran pasivos tributarios, auspiciaran una tasa preferencial en los bancos y crearan otros incentivos a los inversionistas interesados en desarrollar proyectos en esta vía, pues ningún esfuerzo por atraer más turistas a Santo Domingo será exitoso si no se cambia la fisonomía de esta vía.
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