lunes, 10 de abril de 2017

La Iglesia da bienvenida a la Semana Santa 2017 UNA MULTITUD SE SUMÓ A LA PROCESIÓN DE DOMINGO DE RAMOS AYER


Alabanza. El arzobispo Francisco Ozoria tuvo a su cargo la liturgia tras la llegada a la Catedral junto a los fieles que participaron en la procesión realizada por la Ciudad Colonial en señal de adoración a Jesucristo.                 Santo Domingo
La Arquidiócesis de Santo Domingo le dio la bienvenida a la Semana Santa con una procesión que inició en la iglesia Las Mercedes y culminó en la Catedral Primada de América, con una misa.
Una multitud se sumó a la caminata, la cual llevaba al frente una representación simbólica de los soldados romanos con sus espadas empuñadas y vestidura de armadura, seguidos por monseñor Francisco Ozoria y numerosos sacerdotres.
Entonando cánticos a Dios y con ramos nuevos de palma, la procesión recorrió parte de las calles Mercedes, Sánchez y Arzobispo Nouel.
La pedagogía del señor, es esta: Jesús llegó al éxito y al triunfo de la resurrección, pasando por el sacrificio de la cruz. Ojalá que entendamos esta lección. Su sacrifio lo que lo hizo triunfar.
SACRIFICIO PARA TRIUNFAR Monseñor Francisco Ozoria
A su llegada a la Catedral, sonaron las campañas y penetraron al templo, donde monseñor Ozoria tuvo a cargo la liturgia.En su homilía hizo énfasis en el sacrificio, por considerar que de este depende el éxito.
“El Señor nos enseña a llegar al triunfo a través de la muerte, el sacrificio y la humillación. Es la enseñanza que el señor nos hace hoy Domingo de Ramos”, dijo.
Enfatizó que la sociedad de hoy lucha por ser exitosa, y todo el mundo busca el triunfo en todos los sentidos, en lo político, en lo social y hasta en el sentido religioso para ser grandes.
“Hay una tendencia a esa grandeza, a tener éxitos, pero a través del engaño, la mentira, pisoteando a los otros, sin importar el daño a los demás”, agregó Ozoria.
Sin embargo, dijo que para los que siguen al Señor, el éxito y el triunfo debe llegar por medio del sacrificio.
Puso como ejemplo que Jesús siendo Dios y teniendo todo el poder, se sometió a la obediencia, al sufrimiento, a la pasión, a la muerte y a no ser nada.
“Jesús siendo Dios se hizo nada y por eso Dios lo levantó de la nada y lo exaltó dándole el nombre sobre todo hombre, de modo que a nombre de Jesús toda rodilla se doble”, agregó.
El prelado dijo que su sacrificio fue lo que lo hizo triunfar ante la muerte y el pecado. “El sacrificio lo tenemos que aplicar en todas partes, en todos los ambientes, porque no se puede llegar al triunfo aplicando como se aplica hoy, la ley del menor esfuerzo, sin sacrificio y sin fajarse, llegar a la cumbre”, agregó.

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