sábado, 10 de febrero de 2018

Aún se desconoce móvil del asesinato de madre y tres hijos


Víctor Alexander Portorreal es escoltado por dos agentes de la Dirección Central de Investigaciones (Dicrim) de la Policía Nacional, luego de ser apresado en el sector El Cacique. Portorreal confesó que asesinó a su pareja y a sus tres hijos, pero no ha revelado qué lo llevó a cometer el cuádruple asesinato.
La Policía informó que capturó al principal sospechoso y que continúan investigando. Manejan varias hipótesis
El director de la Policía Nacional, Ney Aldrin Bautista Almonte, anunció que el principal sospechoso del asesinato de una madre y sus tres hijos, en el sector El Cacique del Distrito Nacional, fue detenido y será presentado a los tribunales.
Durante sus declaraciones, Bautista se mostró bastante consternado y resaltó que se trata de Víctor Alexander Portorreal Mendoza, de 32 años de edad, quien fue detenido durante la mañana de ayer en el sector 30 de Mayo. “Portorreal Mendoza es el principal sospechoso de haber ocasionado la muerte a su concubina Reyna Isabel Encarnación González y de sus tres hijastros”, dijo.
Explicó que las investigaciones arrojaron que Portorreal ultimó a las niñas Ángela, de seis años, y Daniela Encarnación, de 10, y la madre de estas, Reyna Isabel, la mañana del pasado domingo y que el lunes mató al niño Rahamín Encarnación, de 11 años, luego de pasear con él el día entero.
Agresión sexual pudo ser detonante
Una de las hipótesis que cobra mayor fuerza es que el principal sospechoso, Víctor Alexander Portorreal, habría cometido el crimen cuando se vio descubierto al tratar de perpetrar una agresión sexual en contra de una de las menores.
De acuerdo con los avances de la investigación, lo que está claro es que Portorreal, quien se dedica a reparar motocicletas de alta cilindrada, se encontraba el pasado domingo 4 de febrero en el interior de la vivienda junto a su concubina y sus tres hijastros.
De acuerdo con la escena del crimen, el presunto homicida podía encontrarse trabajando, debido a que en la cocina se apreciaba aún enchufado un taladro y una extensión en el suelo.
La familia acababa de mudarse al lugar y por lo tanto estaban haciendo unas adecuaciones a la vivienda y aún estaban a la vista las fundas con las pertenencias de los niños y la pareja y enseres del hogar. La casa era un total desorden.
Los niños acababan de regresar de la casa de su abuela donde estuvieron hasta el sábado por la noche. La más pequeña de ellos, Ángela Encarnación, aún dormía en su habitación; el niño Rahamín Encarnación jugaba en el callejón y Daniela Encarnación, que era la mayor, ya estaba despierta y desempacaba algunas cosas de las fundas de la mudanza.
Portorreal pudo haber interrumpido los trabajos que hacía, por alguna razón que aún no se ha aclarado, y se dirigió al cuarto donde se encontraba Reina Isabel Encarnación.
Ahí discutieron sobre algo muy grave y fue cuando el presunto homicida le habría propinado la primera estocada en el cuello con un arma que aún no se ha especificado. A pesar de que se estaba desangrando, continuó propinándole heridas y finalmente la enrolló en una bufanda y cerró la puerta del cuarto con seguro.
Inmediatamente, se dirigió al pasillo de la casa, que en total tiene dos cuartos, una cocina y un solo baño, y le pidió el favor a Daniela, quien desconocía lo que había pasado, para que fuera al colmado a comprarle unos cigarros. Cuando la niña abandonó la casa, se dirigió al cuarto donde dormía la más pequeña, Ángela, y la ahorcó con una corbata. Tomó el cadáver y lo metió en la habitación junto a la madre de esta, quien probablemente estaba agonizante o ya había muerto desangrada.
Cuando Daniela regresó con los cigarrillos, este la recibió y también decidió quitarle la vida: la ahorcó con la misma corbata.
Todo ocurrió el domingo en la mañana. Tras asesinar a la madre y sus dos hijas, cerró la puerta de la casa y bajó las escaleras de metal en forma de caracol (porque la casa queda en un segundo nivel). Llamó al niño Rahamín y se lo llevó a dar un paseo.
Caminaron durante toda la tarde y finalmente regresaron, exhaustos, en horas de la noche.
Se acostaron en el cuarto del medio mientras en la habitación de al lado yacían los cadáveres de la mujer y sus hijas. El niño seguramente aún desconocía el paradero de su mamá y sus hermanas y comenzaba a hacer preguntas.
El director de la Policía, Ney Aldrin Bautista, aseguró que continúan investigando. Juan Valenzuela
Al día siguiente, el lunes por la mañana, el asesino tomó al niño y lo colgó con la misma corbata a una de las vigas del cuarto donde estaban los cadáveres.
Dos días después, el miércoles, la madre de Reyna Isabel Encarnación llamó al presunto homicida para preguntarle por su hija y sus nietos, debido a que tenía varios días sin saber de ellos y este le dijo que todos estaban bien, pero que el niño había dañado el celular.
¿Pero cuál fue el móvil que desencadenó toda esta tragedia? Aunque las autoridades continúan trabajando para conocer la verdad, no descartan ninguna de las hipótesis, incluida una previa agresión sexual a una de las niñas.
Tal vez, Portorreal intentó agredir sexualmente a una de las niñas y esta lo delató a su madre, quien furiosa por lo ocurrido enfrentó al agresor y desencadenó en él una reacción psicópata.
En el cuarto de las niñas, justo en la puerta, había un letrero dibujado con crayones donde se apreciaba una manito que decía “toque antes de entrar”. Esto es una muestra de que las pequeñas comenzaban a exigir privacidad, a pesar de tener escasos días en la vivienda.
Al padre de los niños le negaron la custodia

El padre de los menores asesinados, Daniel Bodden, quien se desempeña como portero en una escuela, explicó que lo que le pasó a él, le puede pasar a cualquiera y dijo sentirse impotente porque “la justicia no resolverá esto, como tampoco lo ha hecho en otros casos como el de Carla Massiel”. Señaló que sus hijos sufrieron y que espera lo mismo para el agresor. “Yo había pedido la custodia de mis hijos, pero las autoridades me la negaron”, expresó.

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