El servicio de agua se ha desplomado en esta ciudad, mientras la Corporación del Acueducto y Alcantarillado (Coraasan) dispuso un aumento en la tarifa, lo que ha generado protestas entre los usuarios.
La queja de los abonados de Coraasan radica en que mientras el suministro de agua es cada vez más precario, las facturas que religiosamente envía la institución distribuidora de agua es cada vez más elevada.
También se quejan de que en muchos sectores y barrios muchas personas no pagan el servicio y tienen lavaderos clandestinos e incurren en desperdicios desproporcionales del líquido y Coraasan no hace nada para controlar la problemática.
Otra de las quejas consiste en que después del conflicto entre Coraasan y el Ayuntamiento local y en el que hubo un acuerdo, los usuarios han tenido que soportar alzas abusivas de la tarifa de agua.
Hay personas que dicen que hace seis y ocho meses pagaban entre 700 a 900 pesos, pero que ahora le elevaron la tarifa a 1,300 y 2,800 pesos, lo que entienden un abuso.
Denuncias y protestas
En sectores como Cienfuegos, así como en las comunidades de La Jagua, los Ciruelos, López, Castillo, Mora, Don Juan, los Picos, Doña Agueda, los Melaos, el Cinco y otras de Baitoa, Santiago, se han producido protestas por la carencia de agua.
En sectores como Cienfuegos, así como en las comunidades de La Jagua, los Ciruelos, López, Castillo, Mora, Don Juan, los Picos, Doña Agueda, los Melaos, el Cinco y otras de Baitoa, Santiago, se han producido protestas por la carencia de agua.
Organizaciones de la zona dijeron que la mayoría de las obras de infraestructuras del acueducto Cibao Central que suple de agua a las provincias de Santiago y Espaillat, se encuentran en la zona de Baitoa y sin embargo, esas localidades carecen del servicio.
Mientras habitantes de los barrios de Pekín, ensanche Bermúdez, Cristo Rey, Hato Mayor, Gurabo, Bella Vista, ensanche Peralta, los Salados, Buenos Aires, dijeron que el líquido se ausenta hasta por dos días.
Igualmente hay sectores como proyecto Zona Franca, en la urbanización Don Jaime, donde solo un seis por ciento de sus habitantes paga agua y hay desperdicios constantes que realizan los clientes morosos a los que Coraasan no se preocupa por cortarle el servicio.
Problema. Mientras persiste la crisis, residentes en barrios se quejan de que en muchos sectores se desperdicia el líquido y hay lavaderos clandestinos, pero Coraasan no toma medidas.
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