El pronunciamiento en radio y televisión de este viernes en que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, prometió combatir los incendios que destruyen la Amazonía fue interrumpido en numerosas ciudades del país por cacerolazos y bocinazos de críticos del líder ultraderechista.
El boicot al discurso fue convocado en las redes sociales y tuvo una mayor acogida en ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores del país, en las que en algunos barrios tanto acomodados como en favelas el ruido de los cacerolazos fue notorio.
En Río de Janeiro los cacerolazos se concentraron en los barrios de la zona sur, la región más turística y acomodada, así como en algunos de la zona oeste, especialmente en Barra de Tijuca, barrio de clase alta en el que el mandatario tiene su residencia.
Además de Río de Janeiro y Sao Paulo, las protestas durante el discurso también fueron ruidosas en las capitales de varios de los estados del noreste de Brasil, que son gobernados por partidos de oposición a Bolsonaro.
El mandatario aseguró en su pronunciamiento que el país está cumpliendo con su deber de cuidar de la Amazonía y explicó que los incendios forestales en la región son recurrentes en los meses de sequía en el norte del país.
"La protección de la selva es nuestro deber. Estamos conscientes de eso y actuando para combatir la deforestación ilegal y cualquier otra amenaza que coloque la Amazonía en riesgo", dijo. "Somos un Gobierno de tolerancia cero con la criminalidad y no es diferente en el área ambiental", agregó.
Según datos divulgados esta semana por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), la región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71.497 incendios forestales detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83 % superior al del mismo período de 2018.
Bolsonaro recordó que este mismo viernes firmó un decreto que permite el envío de miembros y equipos de las Fuerzas Armadas a los estados amazónicos que los soliciten para ayudar a frenar la deforestación y combatir los incendios.
La decisión fue la primera medida efectiva contra los incendios del mandatario, quien en primera instancia llegó a afirmar que los incendios habían sido provocados por activistas de oenegés que responderían a los intereses de países interesados en la riqueza amazónica.
Además de los cacerolazos, miles de manifestantes protestaron contra los incendios y la supuesta omisión del Gobierno para controlarlos en al menos una decena de ciudades de Brasil.
Las protestas, la mayor de las cuales en Sao Paulo con cerca de 3.000 participantes, defendieron la preservación de la mayor selva tropical del mundo y fueron especialmente críticas al líder ultraderechista.
"Fuego a los fascistas", "Guerra a Bolsonaro", "Viva la Amazonía", "Fuera Bolsonaro" y "Fuera Salles", en referencia al ministro brasileño de Medio Ambiente, Ricardo Salles, destacaron entre las consignas lanzadas por los manifestantes.
Las principales manifestaciones, convocadas la víspera por organizaciones no gubernamentales en las redes sociales, se registraron al final de la tarde de este viernes en Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia.DE EFE
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