jueves, 8 de agosto de 2019

ECOTURISMO ¿Adiós al salto El Limón? SIN SU CORTINA BLANCA, SE REDUCEN LAS VISITAS AL ÍCONO ECOTURÍSTICO DE SAMANÁ

  • ¿Adiós al salto El Limón?
     Así cambió el salto entre marzo de 2018 y julio de 2019. ©Yoneidy León
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  • ¿Adiós al salto El Limón?
Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo
La sequía no es la única culpable del bajo nivel de agua que registra el río Arroyo Chico y que ha dejado sin cortina blanca al salto El Limón, en Samaná.

El conuquismo, la quema sin control, la tala de árboles y el cambio en el uso de suelo en las comunidades ubicadas alrededor del área protegida y su zona de amortiguamiento inciden en la pérdida del líquido que alimenta la cascada de 40 metros.

La información la comparte con Listín Diario el vicepresidente de la Asociación Comunitaria Ecoturismo Salto del Limón (Acesal), Salvador Alcalá.

El salto está seco desde mayo de este año, dice Alcála. En el 2015, debido también a la sequía, las excursiones se pararon por un mes.

Alcalá descarta, ante todo, que se trate de robo de agua en la parte alta del río.

Pozo Hondo, El Jamo y La Funia, los manantiales más importantes que le dan agua a Arroyo Chico, están secos ahora mismo, señala.

“No hay agua para robar. No hay estancamiento de agua, el río está seco a la mitad. Antes de llegar a la cascada hay un ojo de agua pero es débil. La sequía disminuye el caudal del agua por el conuquismo, la quema sin control y la tala de árboles. Son las consecuencias del problema que tenemos en Samaná”, afirma el gestor social.
IMPACTO EN EL TURISMO

Apagado el mayor atractivo ecoturístico de montaña de la provincia, la visitación se ha reducido en un 70%, apunta.

De un promedio de 70,000 visitas al año, se esperan menos de 40,000 para finales de 2019. En verano, los turistas locales son los que más visitan el salto.

“La mayoría de nuestros turistas extranjeros vienen de Bávaro, pero están suspendiendo las excursiones por lo que está sucediendo. Estamos teniendo interrupciones fuertes de visitación. Cuando llueve, el salto retoma un hilito, pero ahora no se sabe cuánto va a durar la sequía”.
Entre las comunidades que más se benefician del ecoturismo figuran Juana Vicenta, Rancho Español, Arroyo Chico, Arroyo Zurdido, El café y El Limón.

“En estos momentos la economía se siente afectada, los negocios están disminuyendo las ventas y hay una recesión en la zona, pero seguimos haciendo excursiones, las mínimas, advirtiéndoles a los visitantes que no verán mucha agua”.
PROPUESTAS

Para Alcalá, una de las opciones podría ser la agroforestería realizada de manera sostenible.

Comenta que ahora mismo la gente siembra yuca y ñame y que, fuera de esto, solo quedan las fincas de ganado.

Y ahí está el problema, asegura.
“Están cambiando el uso de suelo y el impacto ambiental ya comienza a verse, porque no favorece a la recaudación de agua en las montañas. Cuando llueve, el agua baja rápido al río y no se queda en la montaña. Mira este ejemplo entre dos personas, una sin cabello y otra con un afro. Al echarle agua, la cabeza que tiene afro pasará más tiempo mojada. Lo mismo pasa con la montaña. Cuando le quitas la zona montañosa, el agua no se retiene y baja rápido al mar, y esto tiene un impacto también en la zona de playa, porque llega y la sedimentación daña los arrecifes”.

Por eso hay que seguir trabajando, agrega, para cambiar la actividad agrícola y ganadera por una actividad sostenible de manera que la gente de las comunidades siga trabajando.

Entre las propuestas, indica que han solicitado al Ministerio de Medio Ambiente -se han hecho reuniones al respecto- hacer un acuerdo de comanejo del área protegida entre la entidad estatal y la Acesal.

Con recursos para administrarla, podrán trabajar tanto dentro como fuera de la zona protegida, que abarca 16.14 kilómetros cuadrados, y hacerlo en colaboración con el clúster de turismo de la provincia, la gobernación, el ayuntamiento de Santa Bárbara y las comunidades.

“Lo que ocurre en el salto ya necesita una respuesta del Estado porque ahora se necesitan muchos recursos para trabajar, porque hay que llevar técnicos para identificar como cambiar la actividad agrícola en Arroyo Chico. Tal vez el terreno no es hábil para agroforestería. Quisiéramos que el presidente se dé una vuelta por aquí”, explica.

Alcalá es el propietario del Rancho Parada La Manzana, uno de los muchos establecimientos que ofrecen servicios a los turistas.

Arroyo Chico es una sección del municipio de Santa Bárbara ubicada a siete kilómetros de la comunidad El limón.

Muchos grupos ambientalistas se han ofrecido para realizar labores de reforestación en esta zona, pero para Alcalá, aunque la reforestación en Arroyo Chico ayuda, sin un plan de acción de monitoreo y vigilancia constante esta no sirve de mucho.

En la zona de Arroyo Chico y La Guásara no hay guadaparques porque no pertenecen a la zona protegida, por ejemplo.

“Lo que queremos es buscar un modelo sostenible más allá del salto. La debilidad que tenemos como país es que no tenemos un ordenamiento del territorio donde se le diga al ciudadano aquí se puede hacer un conuco, aquí una casa. La gente va haciendo las cosas dependiendo de lo que entiende. Con esa debilidad, ni el propio Estado puede decirle a la gente lo que puede o no puede hacer. Por eso hay que llevar a la gente a un nivel de conciencia en esta zona. Hay que trabajar con la comunidad para que cambie este estilo de vida”.
Alcalá también informa que enviaron una carta al presidente Danilo Medina a través del mayor general Rafael Emilio De Luna Pichirilo, director ejecutivo de la Unidad Técnica Ejecutora de Proyectos de Desarrollo Agroforestal.

“Le solicitamos que el programa de reforestación que se está instalando en el Sur llegue a Samaná, para ver si amortiguamos un poco la deforestación. Porque no es solo en el salto, es en toda la provincia”.
IMPRESIONES:
“El objetivo de nosotros como Acesal y comunidad es que El Limón pueda ser conservado porque tiene problemas de manejo y todos estos problemas vienen arrastrándose desde que lo convirtieron en área protegida en 1996. En el 2000 comenzamos las reuniones con el Ministerio de Medio Ambiente, tratando el tema de la sequía, porque nosotros somos campesinos y conocemos de los montes. Lo venimos hablando, de que esto podía pasar, y pasó. Porque no podemos controlar todo. Aquí hay un problema de Estado que sobrepasa al Ministerio de Medio Ambiente. Hay que hacer una acción directamente con el Gobierno”.

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