Un duro golpe a la democracia. Un hecho sin precedentes o simplemente “algo que se venía venir”, son algunas de las calificaciones que han dado distintos sectores políticos o la población a la suspensión de las elecciones municipales pautadas para este domingo.
Cualquiera que sea el calificativo lo cierto es que la decisión de la Junta Central Electoral (JCE), de suspender el proceso de las elecciones ordinarias generales municipales en todo el país, debido a inconvenientes presentados con las boletas automatizadas en los municipios con dicha modalidad de votación, no tiene antecedentes históricos.
El episodio de ayer es una otro capítulo en la historia electoral del país. Desde la restauración de la democracia, a partir de la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, que dirigió los destinos del país por 31 años, otros episodios de crisis se han escrito.
Pero a pesar de esos periodos de crisis, en el país desde el año 1962 se han celebrado con la regularidad que establece la Constitución sus procesos presidenciales, congresionales y municipales.
Incluso ese año se celebraron unas elecciones libres donde ganó el profesor Juan Bosch, que fue destituido mediante un golpe de Estado, siete meses después.
En el 1966 se denunció que hubo fraude, pero de todas formas salió victorioso el doctor Joaquín Balaguer, quien se reeligió cuatro años más tarde, en 1970, en unos cuestionados comicios donde se retiró la oposición, personalizada por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el profesor Juan Bosch.
En el llamado Acuerdo de Santiago, que llevaba como candidato a Antonio Guzmán, se retiró, al igual que los demás partidos de la oposición, pero se quedó el partido que lideraba el contralmirante Homero Lajara Burgos “y se legalizaron los cuestionados comicios”, donde el PRSC se quedó en el poder.
Joaquín Balaguer asumió el poder en 1966, luego de la Guerra de Abril, permaneciendo en el poder por tres períodos consecutivos, en la llamada “Era de los 12 años”.
Llegó el 1978, y esta vez el esperado triunfo del opositor PRD y Antonio Guzmán, pero se produjo una crisis dramática con la suspensión del conteo de los votos y luego un fallo histórico por parte de la Junta Central Electoral que se conoce como el “Gacetazo”, que despojó a los ganadores de cinco senadores y varios diputados, que le permitió al caudillo colorado mantener el control del Congreso Nacional.
Con los conocidos enfrentamientos internos entre los líderes del PRD, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Jacobo Majluta y José Francisco Peña Gómez, se produjeron las elecciones de 1982 y 1986, en esta última se permitió el regreso de Balaguer a la presidencia.
El caudillo reformista ganó las elecciones del 1990 en medio de denuncias de fraude de Juan Bosch y el Partido de la Liberación Dominicana, que alegó le robaron el triunfo, y luego vino la gran crisis cuatro años más tarde. Esta fue en los comicios del 1994 donde participaron Balaguer y Peña Gómez, por el PRD.
El reclamo de fraude el partido blanco implicó la firma del “Pacto por la Democracia”, Peña Gómez calificó las elecciones de 1994 como un fraude, sugiriendo que se celebrara un nuevo proceso electoral.
Ante la posición de Peña Gómez y la crisis creada en aquel momento, se llegó a la firma del Pacto por la Democracia, rubricado por los dos mayores líderes del país en ese momento y por el restante grupo de partidos políticos y sectores sociales.
Este acuerdo señalaba que Balaguer (quien resultó ganador en las elecciones de 1994) reduciría su período presidencial a dos años, se celebrarían nuevas elecciones en 1996 y se separaban las elecciones presidenciales de las municipales y las congresuales.
Además, se prohibía la reelección en dos períodos consecutivos (mediante una reforma constitucional) y se establecía la segunda vuelta si ningún candidato obtenía más del 50% de los votos.
En principio, el acuerdo que Balaguer pedía era gobernar los dos primeros años (1994-1996) y luego dejar el mandato presidencial a Peña Gómez (1996-1998). Este último no aceptó y por eso se efectuaron elecciones en 1996.
Desde esa fecha, la situación electoral del país se había manejado con cierta estabilidad hasta lo sucedido este domingo. 26 años después de la gran crisis de 1994.
Las municipales, en cifras
Para este proceso, se inscribieron 846 personas de las cuales 122 son mujeres y 724 hombres. Compiten para las vicealcaldías unos 796 candidatos (674 mujeres y 122 hombres). Unos 6 mil 143 buscan el cargo de regidor y los puestos son mil 164. Del grupo hay 2 mil 597 mujeres y 3 mil 567 hombres; para suplentes de regidores se registraron 5 mil 254, 2 mil 248 mujeres y 2 mil 806 hombres.
Para directores de distritos compiten 143 féminas y 846 del sexo masculino para un total de 989 candidatos para 235 cargos disponibles en ese renglón.
Para subdirector de Distrito 922 personas se inscribieron, 131 hombres y 791 mujeres. Para vocales, mil 183 damas compiten y mil 802 hombres para un total de 2 mil 988 candidatos para 735 cargos disponibles. Del total de candidaturas las mujeres representan el 44.36% y los hombres 55.56. La Ley Electoral establece una cuota mínima de participación por género de 40% y debe aplicarse por localidad y no nacional. También 10 por ciento a los jóvenes.
Juan Bosch fue víctima de un fraude en las elecciones de 1990, lo que marcó una pauta dentro del contexto electoral en ese entonces.
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