En un discurso de casi siete páginas en el que el presidente Danilo Medina enumeró drásticas medidas para hacer frente a la pandemia del coronavirus no dejó de lado su fe y la grandeza de Dios ante situaciones como las actuales.
Es por eso que apeló al siguiente versículo de la Biblia: “Tal como dice las sagradas escrituras en segunda de Crónicas 7:14, “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.
El mandatario terminó su discurso con emotivas palabras de alientos para que los dominicanos puedan superar juntos la alerta de salud pública más grave de las últimas décadas.
“Tengamos fe de que este mal no nos destruirá, no por mis fuerzas, ni por las fuerzas de ustedes, sino por el poder de Dios”, terminó diciendo con su rostro visiblemente afligido.
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