“El que no conoce su historia está condenado a repetirla”, dice una resonante frase a la que al parecer se le ha hecho poco caso, a juzgar por las condiciones en que se encuentra actualmente la colección del Museo Nacional de Historia.
Piezas como el coche de Ramón (Mon) Cáceres, el carro desde donde le dispararon a Trujillo, la mesa donde se firmó la primera Constitución y el piano donde José Reyes tocó por primera vez el Himno Nacional, lucen en avanzado deterioro y la restauración implicaría una cuantiosa inversión económica, a juicio de la actual directora de la institución, la historiadora Reina Rosario.
Emergencia
Una comisión del Consejo Internacional de Museos (ICOM) ya acudió al lugar a evaluar la situación y en su informe determinó que la colección histórica del país debe ser declarada en situación de emergencia y así lo hizo constar en el documento presentado a la comisión evaluadora.
Las piezas que fueron sustituidas cuando se restauró el Altar de la Patria se encuentran rotas y estaban tiradas por pedazos en el suelo.
Rosario calificó como catastrófico el método utilizado para embalar la colección.
El museo fue cerrado en 2005 con la recomendación de demolerlo. Pero no fue hasta el año 2017 cuando se inició su reconstrucción y solo se demolieron varias paredes para darle fuerza a la infraestructura. El proyecto formaba parte de la iniciativa de la pasada gestión de rescatar la Plaza de la Cultura y con ella sus museos.
“Pero la estructura en general está en pie y solo fue reforzada, contrario a la recomendación técnica que demandaba demolición”, sostuvo Rosario.
La colección se encontraba embalada dentro de las mismas instalaciones del museo, pero cuando se inició el proceso de reconstrucción hace unos tres años, la compañía encargada del proyecto dispuso de dos furgones para almacenarlas y las piezas que no cabían en el lugar fueron colocadas en una caseta improvisada que se construyó para esos fines.
Pero lejos de cumplirse con el protocolo para esos fines, muchas piezas fueron tiradas dentro de los furgones con un embalaje inadecuado, provocando que se fueran deteriorando hasta el punto que muchas corren el riesgo de perderse.
“Desde el primer día que vine aquí y vi el estado de desastre en que fueron almacenadas todas esas piezas, eso a mí no se me ha quitado de la mente, porque este es nuestro patrimonio y el alma de todo museo es su colección, pero esta colección tiene un valor particular, porque es un museo que su período es el republicado”, asegura la historiadora.
Su biblioteca
La biblioteca del Museo de Historia era considerada la mejor con que contaba el país, y era la principal atracción de la estructura en los años 90 para historiadores nacionales e internacionales.
Para entonces tenía la mejor colección de libros y diarios, además de que allí se organizaban excursiones y congresos de Historia, lo que lo convertía en su atractivo principal.
La misión principal de este museo es mostrar al país y al mundo la madurez como República y el desarrollo de la democracia dominicana, lo que actualmente está en riesgo debido a que el gran deterioro de algunas de sus piezas de colección pone en duda su restauración.
Actualmente, la administración está en el proceso de inventariar todas las piezas que encontraron, para posteriormente identificar cuáles aguantan un proceso de restauración y cuáles no, para lo cual se hace necesario un equipo de expertos, entre ellos curadores, restauradores y otros conocedores del área.
Para tales fines se están haciendo consultas con historiadores y otros expertos, con el objetivo de llegar a un consenso y ofrecerle al país un museo que cuente lo que ha sido el desarrollo de la sociedad dominicana desde la fundación de la República.
Su infraestructura
Pero el problema del Museo de Historia no solo son sus piezas. A pesar de que su infraestructura es nueva, presenta serios vicios de construcción, incluyendo filtraciones considerables, lo que pone en peligro la colección cuando sea restaurada, por lo que su directora ya está en contacto con el director de Contrataciones Públicas para ponerlo al tanto de la situación. “Tiene serios problemas, vicios de construcción, llovió y entró el agua, encima del desastre que hay con la colección, en el lugar que hemos decidido seleccionar como depósito para darle tratamiento, que entonces hayan filtraciones, esa es una doble calamidad”, dijo Rosario, tras indicar que tampoco cuentan con energía eléctrica.
¿Reapertura?
Intervención
Si hay piezas que bien pueden salvarse, ya que solo necesitan una intervención técnica, la gran mayoría requiere de un proceso de restauración más profundo, asegura Rosario, por lo que entiende que en un año probablemente estarían disponibles para que el público pueda apreciarlas en su totalidad.
No obstante, sostuvo que tienen proyectado en enero inaugurar la Sala de Duarte con una exposición con motivo de conmemorarse el 208 aniversario de su natalicio y conjuntamente abrir el museo al público con exposiciones temporales y realizando actividades en su auditorio principal.
Recordó que la Sala de los Presidentes ya fue inaugurada recientemente, pero sus puertas aún permanecen clausuradas.
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