Aunque aún no se ha iniciado en la zona de la Duarte con París la reorganización de vendedores y buhoneros, ni los trabajos de excavación, ingenieros y arquitectos han tomado medidas y colocado señalizaciones para el desvió del tránsito.
Ya han transcurrido nueve días desde que el presidente Luis Abinader, junto a la alcaldesa Carolina Mejía y el ministro de Turismo, David Collado (exalcalde y responsable del inicio del proyecto), empresarios y representantes de los comerciantes informaran el inicio de los trabajos de intervención de esta área, programados para terminar a mediado de septiembre de este año......Antecedentes
Desde 1982 hasta la fecha cinco alcaldes intentaron solucionar, sin éxito, el desorden, la ocupación de calles y aceras, el hacinamiento, la insalubridad y el bullicio, que por décadas ha convertido a la Duarte con París en el lugar más deprimente y vergonzoso del Gran Santo Domingo.
Aunque no es la primera vez que se plantea la intervención de estas vías y su entorno, nunca un Presidente se había involucrado directamente y tampoco un alcalde (David Collado) había iniciado un proyecto que fuera continuado por su sucesora (Carolina Mejía) sin importar el costo político negativo que pudiera acarrearle.
En esta primera etapa la intervención abarcará dos manzanas de la avenida París y el entorno de incidencia de la avenida Duarte. La obra será ejecutada junto a un equipo de apoyo integrado por la Alcaldía del Distrito Nacional, Policía, Ministerio de Defensa y Migración, y tendrá un costo en esta etapa de algo más de 60 millones de pesos.
Por algo más de tres décadas lo que inició como un pequeño mercado callejero para vender verduras y otros productos agrícolas generó en un problema tan preocupante, que si fuera posible conseguir todas las páginas de diarios y revistas que escribieron reportajes sobre este mal, podrían cubrir todo lo ancho y extenso de ambas vías.
“Ya han venido los ingenieros de la CAASD, que son los primeros que trabajarán en la zona con el sistema del drenaje fluvial y alcantarillado. Desde que ellos avisen los comerciantes de una vez no iremos de la zona para que inicien los trabajos”, expresó el presidente de la Asociación de Buhoneros del Distrito Nacional, José Antonio Méndez.
Qué se quiere
Lo que se persigue es poner el orden. En la actualidad los buhoneros, comerciantes fijos y los vendedores callejeros de comida y productos que llegan diariamente, sumado esto a los choferes del transporte público y motoconchista han convertido este lugar por 30 años en tierra de nadie.
Ocupan calles y aceras
En la aceras ponen mesas y mostradores, en las calles se parquean y colocan sus mercancías, tiran basura por doquier y hacen sus necesidades quién sabe dónde. Ya es tiempo que las cosas cambien para bien.
“Bueno, Carolina está trabajando y ella sabe hablar con la gente. Con eso de traer al Presidente y a Collado esto tiene que terminar bien. Nosotros necesitamos a los vendedores pero también queremos orden y limpieza”, dijo Juan Antonio Ureña, motoconchista.
Estos trabajos buscan el rescate de las calles, aceras y espacios públicos, intervención del drenaje pluvial, soterramiento de cables e iluminación vial, reorganizar el tránsito vehicular y el transporte público, incorporar un nuevo arbolado urbano, construcción de rampas para discapacitados y las señalizaciones necesarias.
En los lugares preestablecidos se construirán los nuevos módulos comerciales para los buhoneros, los cuales estarán clasificados según el tipo de productos o servicios que ofrecerán.
Origen
Este proyecto que tuvo su génesis en la alcaldía pasada de Collado, quien tomó como modelo la alcaldía de Guayaquil, Ecuador, una ciudad que pasó por la misma experiencia que Santo Domingo en cuanto al caos de algunas de sus vías en manos de comerciantes.
Una representación de buhoneros de la Duarte con París, fue enviada por la alcaldía por varios días a compartir con sus homólogos de esa ciudad, para que pudieran oír y ver de los propios protagonistas el proceso de cambio y organización, y los resultados positivos obtenidos para todos.
Por. Jorge González
jgo.jorgegonzalez@gmail.com
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