En diferentes puntos del Gran Santo Domingo se observan personas con claras deficiencias mentales deambulando por calles y avenidas, donde hacen asentamientos o protagonizan desórdenes en las vías públicas.
Aceras, calles y bajo elevados, esos son los sitios donde predominan los asentamientos de enajenados mentales en el Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo, los cuales no tienen ninguna clase de dolientes y pasan sus días en las penurias de ser los hijos de nadie.
El Malecón, debajo del paso a desnivel de la Leopoldo Navarro, en la Zona Colonial y banquetas de parques, son algunos de los tantos refugios que estos utilizan para dormir o “echar” sus días.
Las precariedades que van desde la completa suciedad e incluso enfermedades, cuyas heridas se ven a simple vista en estado de casi descomponerse.
En los últimos meses, los avistamientos de personas en condiciones de calle y afectados en el ámbito de la salud mental ha presentado un crecimiento notorio y las autoridades correspondientes tampoco han tomado cartas en el asunto para corregir o subsanar las necesidades de los afectados, que también se ven reflejadas en el entorno social que les rodea, ya que cuando estos entran en crisis pueden agredir o ser agredidos.
Hablando solos por las calles y en ocasiones persiguiendo otros ciudadanos, lo que deja entrever claramente que no se encuentran con su psiquis en buenas condiciones, a pesar de esto las autoridades responsables de la salud a nivel local especifican que en su mayor proporción quienes deambulan por las calles no tienen este padecimiento.
Varios de los hospitales llamados a trabajar en los servicios de esta área de la salud inclusive no le brindan acceso a la prensa, ya que su funcionamiento es parcial o casi nulo en esa área.
Desde no contar con los medicamentos y equipamientos necesarios hasta falta de personal son una parte de las carencias en las unidades de salud mental del Estado.
Casos
Uno de los casos que más llamó la atención de reporteros del Listín Diario es la cantidad de personas que están en estados notables de deterioro y que se congregan debajo del elevado de la avenida 27 de Febrero, que en su parte baja queda debajo de la avenida Leopoldo Navarro, donde una cantidad de más de seis personas se visualizan en el lugar.
Estos parecen rondar en edades de 40 a 70 años de edad y en su mayoría son del sexo femenino e incluso una de ellas es extranjera.
Este mismo panorama se observa en la Zona Colonial, específicamente el parque Cervantes, donde varias personas dormían en los entornos, mientras un hombre de aproximadamente 50 años se dedicaba a correr y arrastrar un cartón mientras vociferaba cosas al viento.
En el Malecón de Santo Domingo, ubicado en pleno centro del Distrito Nacional, un hombre totalmente desnudo caminaba por los sitios aledaños, donde transitan turistas, vehículos, pese a ser un espacio propicio para el esparcimiento familiar, ya que cuenta con parques de diversión para menores.
¿Qué dice Salud Pública?
En director de salud mental del Ministerio de Salud Pública, el psiquiatra Alejandro Uribe, explicó que existe un protocolo de atención a los enajenados mentales que viven a la intemperie en diferentes puntos del país.
“Hay un protocolo, este inicia marcando al *462, ellos canalizan la formación de un equipo que hace un descenso, o sea, va al lugar de los hechos, un equipo directamente de salud mental o con algún miembro de la especialidad y dependiendo a la conclusión del paciente a la que lleguen se toman medidas”, explicó.
Sepa más
Evaluación.
Uribe dijo que el equipo de evaluación decide si la persona necesita un internamiento en una unidad de intervención en crisis.
El psiquiatra precisó también que no todos los pacientes que se ven en las calles son psiquiátricos.
“Según la experiencia la mayoría de los que se encuentran en la calle no son pacientes psiquiátricos y no tienen problemas mentales, es necesario como primer paso hacer una evaluación en el lugar de los hechos, lo primero que hay que asegurar es si hay un problema mental”, explicó.
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