domingo, 2 de octubre de 2022

El Naranjal, una comunidad olvidada en Puerto Plata En El Naranjal la gente no esconde su desesperanza por el abandono al que han estado sumidos en cada una de las administraciones que ha tenido el país.

 

  • El Naranjal, una comunidad olvidada en Puerto Plata
  • El Naranjal, una comunidad olvidada en Puerto Plata
Edgar Lantigua
Puerto Plata, RD

Mientras las principales ciudades del país avanzan en su desarrollo con modernas infraestructuras viales, edificaciones y tecnología, algunas comunidades van quedándose atrás olvidadas por los sucesivos gobiernos. Esto ha ocurrido con El Naranjal, uno de los parajes de la sección de El Cupey en Puerto Plata.

Un trillo es en la actualidad lo que debería ser una carretera o un camino vecinal. Cuando hay varios días de lluvia la mayoría de sus residentes están condenados a permanecer en sus viviendas, ya que la mayoría no dispone de vehículos todo terreno y depende de un motoconcho para el traslado a El Cupey o al municipio cabecera, o de camionetas que dan el servicio de transporte en algunas horas del día.Además, El Naranjal no cuenta con servicio del acueducto y algunos residentes han tenido que instalar agua por gravedad desde la montaña cercana, un servicio del que no disfruta la mayoría de sus residentes.

Precario servicio eléctrico

El servicio eléctrico es igualmente precario en esta comunidad, los residentes han tenido que hacer ellos mismos sus propias conexiones con alambras colocadas en finas varas de piñón y otros árboles que no resisten las inclemencias del tiempo y que tienen que estar reparando con regularidad.

Inicialmente tenían una tarifa fija y personal de Edenorte les visitaba mensualmente para cobrar el servicio. Sin embargo, desde hace dos años, la tarifa se ha incrementado y deben viajar a San Marcos o a Puerto Plata para realizar el pago de la precaria energía que reciben a precios muy por encima de los menguados recursos de que dispone la mayoría. 

En los últimos años, personas con mayores recursos económicos,  oriundos de la comunidad o de otros lugares, han construido algunas viviendas de concreto con todas las comodidades para pasar fines de semana en el lugar y cuentan con servicios básicos construidos por ellos mismos.

Los moradores dicen que están cansados de tanto esperar y reclaman ser tomados en cuenta, que arreglen los caminos que le den los servicios que necesitan para una vida más digna.

Hace algún tiempo recibieron como un rayo de esperanza el anuncio del arreglo de uno de los caminos próximos al cementerio que, aunque no es la vía principal para ellos, mejoraría el acceso a una parte de las comunidades de la zona.

Recientemente el Gobierno inició una nueva reparación a la carretera de El Cupey en la zona de la Vigía, la cual aparentemente solo requería un bacheo pero se ha retirado toda la carpeta asfáltica, lo que por el momento complica más el acceso a una comunidad que luce olvidada en el tiempo ubicada relativamente cerca del lugar donde se realiza la feria ganadera de la región y de nuevos desarrollos de eco turismo como El Gallo Eco Lodge, una iniciativa privada que genera creciente interés en la zona, así como lugar de excursiones en vehículos safaris que disfrutan turistas nacionales y extranjeros.

En El Naranjal la gente no esconde su desesperanza por el abandono al que han estado sumidos en cada una de las administraciones que ha tenido el país.

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