AUSTRIA.- Rusia y Ucrania intercambiaron acusaciones el lunes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por los ataques contra la planta nucleoeléctrica de Zaporiyia, los cuales, según el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, han puesto al mundo “peligrosamente cerca de una catástrofe nuclear”.
Sin atribuir culpas, Grossi dijo que su agencia ha podido confirmar tres ataques contra la nucleoeléctrica de Zaporiyia desde el 7 de abril.
“Estos imprudentes ataques deben cesar de inmediato”, dijo al Consejo de Seguridad. “Aunque, afortunadamente, no han resultado en un incidente radiológico en esta ocasión, aumentan significativamente el riesgo… en un lugar donde la seguridad nuclear ya está en peligro”.
Debido a que los drones que han impactado la planta son controlados a distancia, resulta imposible determinar a ciencia cierta quién los lanzó, dijo Grossi a los reporteros después de la reunión.
“Para poder decir algo así, debemos tener evidencias”, comentó. “Estos ataques han sido llevados a cabo con una multitud de drones”.
Zaporiyia se encuentra en territorio controlado por Rusia en el sureste de Ucrania, y cuenta con seis reactores nucleares.
Los temores de una catástrofe nuclear han estado presentes desde que las fuerzas rusas ocuparon la planta poco después de la invasión, en febrero de 2022. Los continuos combates entre las fuerzas de Rusia y Ucrania, así como la delicada situación de suministros en la nucleoeléctrica, han elevado la posibilidad de un desastre.
Ucrania y sus aliados culparon nuevamente a Rusia el lunes por los riesgos en la instalación. Estados Unidos acusó que “a Rusia no le importan estos riesgos”.
“Si le importaran, no seguiría controlando la planta por la fuerza”, dijo el embajador adjunto ante la ONU, Robert Wood, al Consejo de Seguridad, el cual se reunió a iniciativa de Estados Unidos y Eslovenia.
Rusia, por su parte, señaló que Ucrania era el responsable de los ataques.
“El informe de la OIEA no señala cuál parte es la responsable de los ataques”, dijo el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vassily Nebenzia. “Sabemos muy bien quién es”.
“Durante los últimos meses, este tipo de ataques no sólo se han reanudado, sino que se intensificaron significativamente”, añadió.
El embajador de Ucrania ante el organismo, Sergiy Kyslytsya, calificó los ataques como “una operación de bandera falsa bien planeada por la Federación Rusa”, la cual —aseguró— tiene como objetivo distraer al mundo de la invasión a su vecino.
La central de Zaporiyia es una de las 10 nucleoeléctricas más grandes del mundo y la más grande de Europa. Los combates en el sur de Ucrania, donde se encuentra la planta, han elevado la posibilidad de una catástrofe nuclear como la que ocurrió en Chernóbil en 1986, cuando uno de los reactores explotó y esparció radiación por una vasta zona.
Ninguno de los dos países ha registrado avances significativos en los últimos meses a lo largo de los 1,000 kilómetros de frente que atraviesan el este y sur de Ucrania. Drones, artillería y misiles han sido las principales armas en lo que se ha convertido en una guerra de desgaste.
Rusia y Ucrania han intercambiado acusaciones frecuentemente en torno a la central de Zaporiyia.
Los ataques más recientes no pusieron en riesgo a la instalación, la cual está diseñada para resistir el impacto directo de una aeronave comercial, indicó la OIEA.
Los seis reactores de la central han estado apagados durante meses, pero aún se requiere de energía y personal calificado para operar los vitales sistemas de enfriamiento y demás funciones de seguridad.
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