lunes, 19 de agosto de 2024

El Cachón de la Rubia, entre el abandono y florecer de la naturaleza

 

El Cachón de la Rubia está ubicado en las inmediaciones de los sectores Los Mina, Lucerna y Cancino, en el municipio Santo Domingo Este, siendo un brazo del río Ozama que alimenta los manantiales del lugar con sus aguas subterráneas.

Niños y adolescentes disfrutan de las aguas cristalinas de un manantial en El Cachón de la Rubia.

Niños y adolescentes disfrutan de las aguas cristalinas de un manantial en El Cachón de la Rubia.LEONEL MATOS/LD                                                                                                                                                                                                                          El Parque Manantial Cachón de la Rubia, conocido como “El Cachón de la Rubia”, área de recreación y lugar de diversión para los turistas, hoy luce con una mirada triste ante el medio ambiente. Quienes aún visitan la zona la califican como “una belleza perdida”, ya que se encuentra sumergida en el descuido y arropado por la delincuencia.

El Cachón de la Rubia está ubicado en las inmediaciones de los sectores Los Mina, Lucerna y Cancino, en el municipio Santo Domingo Este, siendo un brazo del río Ozama que alimenta los manantiales del lugar con sus aguas subterráneas. Este es uno de los pulmones medioambientales más grandes del Gran Santo Domingo.

Un lugar donde las aves crean un ambiente natural; árboles que transforman el aire en un florecer fresco y relajado con el verde de las hojas. La naturaleza en su máximo esplendor para quienes lo visitan.

Una belleza sin igual: tres manantiales con agua cristalina con poca profundidad, lo que asegura mayor seguridad para los niños, en tal majestuosidad donde reposa la naturaleza. Además, posee una gran variedad de árboles que generan el oxígeno que trae vida a los ciudadanos; algunos de estos son Caoba, Javilla, Campeche, Ceiba, Grallumo, Guama, Palma Real.

Cada árbol en su diferente clasificación aporta el oxígeno que tanto necesita la humanidad; el cantar de las aves se escucha donde se forma un túnel de grandes arbustos, creando un lugar mágico que a los moradores les apena que pueda perderse por el descuido de las autoridades.

Dentro de su fauna se pueden mencionar el Pato de Agua, La Gallareta, El Martín Pescador, El Hurón, La Cigua Palmera, La Rolita y el Pájaro Carpintero. También en los manantiales podemos encontrar la tilapias, guabinas, truchas, camarones, cangrejos y jaibas.

El Cachón de la Rubia conserva sus bellezas naturales, pero los visitantes se han alejado por la delincuencia.

El Cachón de la Rubia conserva sus bellezas naturales, pero los visitantes se han alejado por la delincuencia.LEONEL MATOS/LD

Los residentes y turistas temen visitar el lugar a ciertas horas del día por la cantidad de atracos y diversos delitos que se han producido en el área. Temen ser víctimas de algún atraco por parte de los antisociales.

Es el caso de Juan Montero, quien suele visitar el parque para refrescarse y disfrutar del aire puro que emana de los árboles, pero contó que se siente inseguro por la ola de atracos y crímenes que se han producido.

“El puentecito que había lo quemaron porque unos atracadores se llevaron unos motores por ahí, entonces la seguridad vino y le pegaron fuego. El encargado de esto no quiere invertir ni un peso y han descuidado los árboles. Esto está demasiado descuidado y con este calor que está haciendo la gente pudiera venir, pero tienen miedo de venir aquí”, expresó Montero con descontento por la arrabalización del entorno.

Montero estimó que El Cachón de la Rubia era hace unos años “una de las mejores atracciones turísticas”, siendo este uno de lugares con mayor flujo de personas y seguro para todos.

“Los manantiales eran vigilados por unos guardias para cualquier cosa; pero se han olvidado de esto”, explicó.

Además, dijo que antes era un área donde se respiraba mejor aire puro, pero al dejar perder muchos de sus árboles el ambiente ha cambiado y no es lo que era antes, cuando la naturaleza aún tenía vida en este lugar que, aunque mantiene el verde de algunas de sus hojas, ha perdido el color vivo que conocieron sus visitantes. El Cachón de la Rubia necesita la intervención del Ministerio de Turismo, el Ayuntamiento de Santo Domingo Este y el Ministerio de Medio Ambiente, para que este lugar sea un área segura y pueda recuperar su atractivo que en su momento llamó a tantos turistas.

“Los siete seguridades que habemos aquí no damos abasto para un lugar tan grande; los delincuentes se aprovechan y cuando vienen turistas los brechan y le roban sus pertenencias”, manifestó Ángel Miguel, seguridad en una de las entradas del Cachón.

Para dirigirse a los manantiales “es una odisea”, así lo describen los visitantes, ya que el lugar no cuenta con calles o caminos que faciliten.

Quienes aún se arriesgan a ser atacados por depresivos son los niños de los alrededores, quienes cada día van a visitar su lugar de diversión. Sin temor a nada estos pequeños van a darse “un chapuzón”. Para éstos el peligro no es un límite para disfrutar.

Un poco de historia

No fue hasta 1982 cuando el presidente Joaquín Balaguer declaró este lugar como parte del “cinturón verde” que rodea la ciudad de Santo Domingo y también lo calificó como uno de los pulmones de la ciudad.

Su nombre recae en que en ese lugar vivía una señora rubia de origen norteamericano, quien era la administradora del antiguo ingenio de molino y que por uno de los manantiales de ese lugar transportaba el agua hacia el río Ozama la producción del ingenio para exportación. Lo de cachón, porque un chorro o cachón de agua pura y cristalina alimenta el río Ozama.

El Parque Manantial Cachón de la Rubia fue creado por decreto 207-02 el 20 de marzo de 2002. Este parque urbano cuenta con una superficie de 1,9 kilómetros cuadrados; nace en San Isidro y desemboca en el río Ozama.

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