Santo Domingo, 18 ago.- El ministro dominicano para Políticas de Integración Regional, Miguel Mejía, defendió hoy el proceso electoral celebrado en Venezuela y criticó posturas de la oposición contra la democracia en ese país suramericano.
En declaraciones a Diario Libre, Mejía, también líder del Movimiento Izquierda Unida (MIU), afirmó que el pueblo de República Dominicana siempre aboga por una política de paz, la cual debe fomentar en el mundo.
«República Dominicana debe continuar su rol como facilitador de soluciones pacíficas y negociadas en conflictos regionales», puntualizó.
Refirió que Venezuela tiene sus normas y su Constitución, y en base a ellas debe actuar. Cualquier insatisfacción debe gestionarse dentro de ese marco y con pleno respeto a la soberanía del país», dijo.
Subrayó la importancia de respetar la autonomía de los pueblos y los procesos internos de cada nación, con el argumento de que cualquier conflicto o discrepancia que surja en Caracas debe resolverse dentro de su propio marco legal e institucional.
Precisó que «ninguna fuerza exterior, por grande o poderosa que se considere o que sea, tiene el derecho de inmiscuirse en eso».
Rechazó, según sus palabras, a quienes en nombre de la paz y la soberanía cometen el error de quitarle solemnidad a ese escenario comicial y caen en una posición de injerencia.
Recordó que las elecciones del pasado 28 de julio fueron arbitradas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo competente para determinar quién ganó y quién perdió.
En la entrevista con Diario Libre, Mejía indicó que desde el momento en que 10 partidos de oposición van a un proceso electoral y aceptan como árbitro al CNE le están dando legitimidad a los resultados comiciales, «por lo que no pueden venir ahora a inhabilitarlo porque las cifras no le son favorables».
No obstante, insistió en que cualquier desacuerdo o insatisfacción con los resultados debe ser tratado de acuerdo con las leyes venezolanas y sin intervención externa.
El ministro argumentó que los países amantes de la paz deben defender una solución pacífica dentro del marco de la soberanía y de la institucionalidad de Caracas. Sea el diálogo, sea la parte diplomática, «abogar por un proceso de paz y de buen entendimiento».
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