lunes, 18 de octubre de 2010

Banco Mundial y Unicef ven corrupción frena desarrollo RD

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los representantes del Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el país coincidieron en que esta ha sido la nación latinoamericana de mayor crecimiento económico en los últimos 50 años pero que ha fallado de manera alarmante en la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales.

Roby Senderovich y Yacxs Vargas dijeron que paradójicamente mientras el país crece en cifras que reconocen todos los organismos internacionales que miden la economía, ese crecimiento no se refleja en los bolsillos de los ciudadanos, con un notorio crecimiento de la pobreza.

Reconocieron que el fraude bancario que conmovió la economía dominicana en el 2003 perjudicó los proyectos destinados a disminuir la pobreza dentro de las Metas del Milenio, pero que la corrupción ha sigo un factor más determinante en el fracaso debido a que las inversiones que deben hacerse en áreas como la salud, la educación y la vivienda van a parar a las arcas de quienes participan en la corrupción pública y privada.

Abogó por la unificación de las cuentas bancarias de las instituciones públicas en República Dominicana bajo el criterio de que la proliferación de las mismas dificultan la optimización de los recursos estatales en los planes de desarrollo. Dijo que mientras los países desarrollados solo tienen una cuenta del Estado, aquí existen unas seis mil.

Entrevistados en el programa El Despertador, del grupo SIN, Senderovich y Vargas aseguraron que en los últimos veinte años la brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado, lo que refleja un freno en el desarrollo del país.

Senderovich puso como ejemplo de atraso las deficiencias del sector eléctrico, lo que según dijo constituye motivo de preocupación para los organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Deploró que la población para enfrentar las deficiencias del servicio energético recurra a salidas individuales como la adquisición de una planta eléctrica o un inversor mientras los más pobres se ven en la obligación de iluminar sus casas con velas o lámparas de Kerosene.

Junto a los males que provocan estas soluciones por la contaminación ambiental, “todo esto representa un desafío a la competitividad”, de acuerdo con Senderovich. Como un dato perturbador sobre lo que ocurre en el sector eléctrico mencionó los robos de energía, con un 40 por ciento de la electricidad que se inyecta al sistema sin ningún retorno por esa situación.

Otra paradoja observada por el funcionario del Banco Mundial es que la mayoría de los robos de energía provienen de las clases más ricas y que los pobres son los que menos luz roban.

De su lado, el representante de Unicef en el país dijo que la corrupción evita que los ciudadanos se interese por contribuir con el desarrollo general de la nación debido a la falta de confianza en las instituciones. “Si los ciudadanos y las ciudadanas no creen en las instituciones no hay forma de que puedan involucrarse en la solución de los problemas”, dijo Vargas.

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