En una zarandeada intervención en el programa El Gobierno de la tarde de la Z 101, Ranfis Domínguez Trujillo, nieto del ajusticiado dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, logró leer la exposición que preparó para las vistas públicas que propició la Cámara de Diputados para discutir un proyecto de ley sobre la instalación en San Cristóbal de un museo en que se exhiba la obra del régimen despótico de 31 años.
Domínguez Trujillo fue echado del salón de la Cámara de Diputados donde se ventilaba el proyecto de ley del diputado perredeista por San Cristóbal Leivin Guerrero sin que iniciara su intervención luego que familiares y víctimas directas de las atrocidades de la satrapía se enaltecieran y se caldearan los ánimos en el auditorio.
Con notoria precariedad, contrariado por sucesivas intervenciones de comentaristas de la Z 101 y de ciudadanos que lo hicieron por la vía telefónica, el hijo de Angelita, la hija menor de Trujillo Molina, confesó que se ha reunido varias veces con el diputado Guerrero para procesar el proyecto de ley en procura de que aprobado y convertido en ley.
A continuación, el documento que intentó leer el nieto del dictador Trujillo Molina.
“Distinguido miembros de la Comisión de Cultura, Sr. Manuel Jiménez, e invitados:
Es incuestionable la importancia que tiene el ante-proyecto de ley, que ha sometido el Sr. Diputado Leivin Guerrero, para que se establezca en la ciudad de San Cristóbal, un Museo con fines de información y educación histórica, sobre la Era de Trujillo; esto, sin subestimar el aporte económico que dicho museo proporcionaría a la comunidad sancristobalance, como un atractivo turístico nacional e internacional.
Pero me motiva a presentarme aquí hoy, el hecho de que se viene llevando a cabo una injusta campaña pública, con la finalidad de desnaturalizar, y de tergiversar la verdadera finalidad de ese proyecto.
Un museo de historia, ha de ser integro, equitativo; y jamás puede servir de instrumento para ensalzar o denigrar; ni para promover simpatías ni odios contra nadie. Su función consiste en representar, con la mayor fidelidad y pureza, los eventos y objetos que mejor ofrezcan el perfil histórico de una era.
Al día de hoy, no existe en el territorio dominicano una sola institución que ofrezca al pueblo dominicano, una narración sin apasionamiento, objetiva, académica e histórica; que presente todos los matices, las luces y las sombras de la Era de Trujillo.
El escritor español George Santayana escribió: “aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla”. A los 49años de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo Molina, podríamos aseverar que no conocemos enteramente esa historia ya que aún quedan muchas incógnitas por responder y muchas revelaciones que el pueblo dominicano también merece saber. Porque hablan por sí solos de la grandeza del pueblo dominicano.
Yo soy un convencido de que el museo que propone el diputado Levin Guerrero, sería una respuesta idónea y provechosa al interés común, que reclama cada día y con más ímpetu, su deseo de conocer y aprender acerca de la denominada Era de Trujillo.
En ese pensamiento, y para ofrecer la mejor representación histórica; sobresale, la Caoba, que fuera la casa campestre predilecta de Trujillo, como el local más idóneo, por ser el que más se identifica con la compleja personalidad de mi abuelo.
Deseo, además, dejar constancia, que mi familia, mis padres y yo, no estamos de acuerdo con todo el contenido de este proyecto, pero lo apoyamos, porque promete ser de carácter intrínsecamente histórico-educativo, regido por un patronato rector compuesto de diferentes sectores gubernamentales, y de carácter histórico/intelectual, lo que garantizaría la integridad institucional de dicha galería.
Ahora, en vista de algunos rumores infundados y malintencionados, que han llegado hasta nosotros, me siento en el deber de desmentir pública y categóricamente esas calumniosas aseveraciones.
Jamás la Fundación Rafael Leonidas Trujillo Molina, ni la Familia Trujillo, ni yo directa o indirectamente hemos tenido nada que ver con las motivaciones que indujeron al distinguido Diputado Leivin Guerrero a presentar este proyecto de ley, que nace de su libre albedrío, y en interés de ofrecer todo lo que juzgue de bien para su comunidad. Es su deber como servidor público.
Sin embargo, el diputado Leivin Guerrero, goza y gozará siempre de mi respeto y mi afecto, por la encomiable labor realizada, en su desempeño como funcionario público.
Ya para concluir, quisiera reiterar que este proyecto de ley, como está concebido, no es para juzgar al régimen de Rafael Leonidas Trujillo Molina, ni tampoco para señalar criterios personales, que si fue bueno o si fue malo. La democracia en que vivimos exige la tolerancia, y el libre concurso de las ideas. Son muchos los países donde han imperado regímenes, que por una razón u otra, han dejado huellas indelebles en sus respectivos países, y sin apasionamiento, han construido sus museos donde exhiben de manera tangible, su memoria histórica.
Al museo de la Era de Trujillo, le recaería la responsabilidad de presentar la historia de manera fidedigna, con sus luces y sus sombras, sus virtudes y sus deficiencias pero simplemente, la historia que el pueblo dominicano y el mundo merece conocer.
¡Si distinguidos miembros de la Comisión de Cultura, ustedes tienen en sus manos esa histórica legislación!
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