Recibieron la solidaridad y felicitaciones de otras nacionalidades que se unieron a la euforia NUEVA YORK._ Cientos de opositores al gobierno de Hosni Mubarak, se lanzaron a las calles de La Pequeña Egipto en Astoria (Queens) para celebrar la renuncia del presidente de su país, celebrando hasta el amanecer con bailes, música, comidas, pitos, bocinas de vehículos y en restaurantes, la caída del dictador.
Los egipcios residentes en el área, conocida por ese nombre porque allí reside la mayoría de esos nacionales radicados en Nueva York, bailaron hasta más no poder por la emoción de haber escuchado que el mandatario cedía a la presión del pueblo y decidió renunciar, aunque muchos criticaron que dejara el mando en manos de las Fuerzas Armadas.
Invadieron con algarabía las principales avenidas y calles, enarbolando la bandera de Egipto y gritando consignas a favor de la libertad, entre las que sonaban “Mubarak, vete al infierno”. Entre los manifestantes había visibles grupos de niños y ancianos. Los transeúntes compartían la celebración y hacían sonar las bocinas de sus carros en señal de apoyo y felicitación.
A ellos, se unieron los egipcios americanos cuyo vecindario en Bay Bridge (Brooklyn) fue escenario de celebraciones similares. Banderas y cánticos egipcios, fueron parte de las principales notas de la manifestación de alegría.
La celebración en Nueva York siguió a las mismas expresiones que se desarrollan en calles y plazas de Egipto en celebración del final de los 30 años de gobierno de Mubarak. Saleen Noureldin de cuatro años de edad, besaba una bandera del país de sus padres y gritando de alegría, repetía incesante, la señal de la paz. “Nos encanta la libertad”, vociferaba la niña.
Muchos de los manifestantes son exiliados, obligados a abandonar su país por el régimen de mano dura de Mubarak. Carteles y banderolas con la fotografía del ex mandatario y la palabra “Vete al infierno”, fueron exhibidos en vitrinas y postes públicos de La Pequeña Egipto. “¡Egipto, Egipto, Egipto!”, gritaba en un coro estridente, gritaban los egipcios que en el transcurso de las horas recibían las felicitaciones de gentes de otros países que se les unían a la euforia.Sahar Amir, una egipcia de 47 años de edad y que participaba en la demostración dijo que la salida de Mubarak hay que compararla con el renacimiento. “La sensación que tenemos es la de cuando uno ve un recién nacido por primera vez y en Egipto, ha nacido la libertad”, dijo.
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