El economista y comentarista de radio Jaime Aristy Escuder analizó el discurso de este viernes del presidente Leonel Fernández develando una serie de detalles que ubican al mandatario, no en un escenario de magnanimidad -como se hizo ver-, sino en el de un líder que huye de su propio fracaso.
Con la gasolina tipo premium a 214 pesos el galón, y de ellos 68 pesos son de impuestos, altos niveles de inflación y desempleo, es el contexto en el que ubica Aristy Escuder la alocución de anoche del mandatario.
El economista no cree en que Fernández no se repostulará porque es respetuoso de la Constitución, la democracia y la institucionalidad, sino porque nos deja una “herencia maldita... porque sabe que tiene un lío económico grande montado”.
Aristy Escuder organizó su análisis de la siguiente manera:
En las finanzas públicas
“Leonel Fernández ha generado un deguañangue fiscal de tal magnitud que ahora mismo tenemos en República Dominicana un déficit anualizado de 80 mil millones de pesos. Ya es un déficit que atenta contra la estabilidad fiscal y del tipo de cambio. Y eso significa que se está gastando por encima de las posibilidades del pueblo dominicano, que hay un despilfarro”.
¿Por qué no se ha devaluado la tasa de cambio? Se preguntó, y la respuesta es porque en ese período de altos déficits el Gobierno ha tomado préstamos, incrementando la deuda pública en más de un 100 por ciento en seis años. De agosto de 2004 a diciembre de 2010 la deuda pública pasó de 9,700 millones de dólares a 21 mil millones de dolares y se estima que en agosto de 2012 estará entre 22 y 23 mil millones de dólares.
“Esto significa un volumen, en términos del PIB, de más del 40 por ciento, es decir, que de cada 100 pesos de ingresos que recibe el Gobierno más de 40 pesos se va a pago del servicio de la deuda pública... por eso es que él no se presenta”.
El alto costo de la vida
Para Aristy Escuder, en este aspecto la situación es altamente preocupante, y dice que los precios están dos o tres veces más altos que en 2004.
Entiende que esto es así por la política impositiva del Ejecutivo: aumento del Impuesto Sobre la Renta, al ITEBIS, el selectivo al consumo, entre otros. Entonces, las empresas han visto su flujo de efectivo disminuido por lo que han recurrido a aumentar los precios de sus servicios y productos para subsistir.
El economista asegura que esa política impositiva voraz es consecuencia del alto endeudamiento.
A esta situación hay que sumarle una alta tasa de desempleo. Si bien se habla de una tasa de entre 15 y 19 por ciento, en el sector joven y femenino, ese porcentaje aumenta.
“Los jóvenes tienen pocas probabilidades de conseguir empleo, a pesar de estar graduados, la tasa en ese sector ronda entre el 20 y el 30 por ciento, y ni se diga en el caso de la mujer, que también se le hace difícil conseguir trabajo”.
Ahí los espera el trabajo informal, en el que dijo también han incurrido los sectores productivos, para evitar así los impuestos.
“Hay segmentos de población tienen serias dificultades para conseguir un trabajo, en especial trabajos formales... -también-, esto ha obligado a los sectores productivos a irse a la informalidad”, explicó el comentarista de Consulta Económica.
Un círculo vicioso que incluye una mala educación
Jaime Aristy Escuder parafraseó un informe que sitúa a República Dominicana entre los países con peores sistemas educativos, y en ese contexto se cuestionó: ¿Cómo es posible que Leonel Fernández haya ido a Estados Unidos a decir que está promoviendo una revolución educativa? Si tampoco quiere cumplir con el 4 por ciento a la educación.
“No es posible que ante la solicitud de la sociedad dominicana de que se cumpla la Ley General de Educación y de que se erogue el 4 por ciento a la educación, dice que aunque brinquen y pataleen no va el 4 por ciento a la educación”.
Mucho menos se puede explicar esta actitud, si “la única forma de mejorar las exportaciones y poder crear crecimiento sostenido es a través del aumento de la calidad de la educación en República Dominicana”.
No dejó de mencionar el sistema de salud, el cual calificó de desastre, a excepción de algunos puntos luminosos en algunos hospitales públicos, pero con financiamiento internacional.
Y recordó, como le enseñara un profesor, que “todo crecimiento económico basado en endeudamiento termina en lágrimas”.
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