Casi dos años después uno de los afectados aclara que el detonante no fue alimenticio, sino que se rompió una bálbula de cianuro
El 14 de marzo de 2010 alrededor de 300 empleados de la multinacional Barrick Gold en Pueblo Viejo, Cotuí, supuestamente se intoxicaron después de ingerir alimentos dentro de la mina. 19 meses después uno de los afectados aclara que el detonante no fue alimenticio, sino que se rompió una bálbula con cianuro.
El obrero Winston Figuereo visitó El Gobierno de la Tarde para demandar de la empresa minera que le cubra un tratamiento médico que necesita para controlar una infección en la sangre que le provocó el cianuro derramado mientras laboraba.
Figuereo dijo que por el incidente vomitó sangre y cayó en desmayado. Al despertar estaba en una clínica dependiente de la Barrick Gold y dos días siguientes regresó a la mina para salir 24 horas después por empeorar su salud.
“Cuando regreso, como a los cinco días, me sacan cuatro chilenos bajo la orden del jefe de seguridad y me quitan la identificación para que no entrara otra vez. Me tiraron 500 pesos y me advirtieron no regresar más”, contó.
Narró que cuando visitó una sucursal del Banco del Prrogreso para cobrar su salario de casi dos meses que trabajó, su cuenta apareció sin saldo. “Tenía cuatro mil pesos y ni eso me dejaron”.
Hasta la fecha Figuereo no ha vuelto a laborar formalmente porque desde el accidente la presión se le torna irregular, presenta infecciones en los riñones y una infección en la piel que los médicos no han podido descifrar.
“Yo entré sano a la Barrick y me sacaron vuelto una etcétera. Exijo que me devuelvan, por lo menos, mi salud”, apuntó.
Al momento de ocurrir el accidente los ejecutivos de la minera declararon que sus empleados sufrieron una “leve intoxicación alimentaria” después de ingerir unos alimentos.
Según el centro médico donde atendieron a la mayorría de los intoxicados, “dicha intoxicación fue producida por una enterotoxina que afecta al sistema digestivo, la cual una vez expulsada del organismo no presenta ninguna amenaza a la salud del paciente”.
El obrero Winston Figuereo visitó El Gobierno de la Tarde para demandar de la empresa minera que le cubra un tratamiento médico que necesita para controlar una infección en la sangre que le provocó el cianuro derramado mientras laboraba.
Figuereo dijo que por el incidente vomitó sangre y cayó en desmayado. Al despertar estaba en una clínica dependiente de la Barrick Gold y dos días siguientes regresó a la mina para salir 24 horas después por empeorar su salud.
“Cuando regreso, como a los cinco días, me sacan cuatro chilenos bajo la orden del jefe de seguridad y me quitan la identificación para que no entrara otra vez. Me tiraron 500 pesos y me advirtieron no regresar más”, contó.
Narró que cuando visitó una sucursal del Banco del Prrogreso para cobrar su salario de casi dos meses que trabajó, su cuenta apareció sin saldo. “Tenía cuatro mil pesos y ni eso me dejaron”.
Hasta la fecha Figuereo no ha vuelto a laborar formalmente porque desde el accidente la presión se le torna irregular, presenta infecciones en los riñones y una infección en la piel que los médicos no han podido descifrar.
“Yo entré sano a la Barrick y me sacaron vuelto una etcétera. Exijo que me devuelvan, por lo menos, mi salud”, apuntó.
Al momento de ocurrir el accidente los ejecutivos de la minera declararon que sus empleados sufrieron una “leve intoxicación alimentaria” después de ingerir unos alimentos.
Según el centro médico donde atendieron a la mayorría de los intoxicados, “dicha intoxicación fue producida por una enterotoxina que afecta al sistema digestivo, la cual una vez expulsada del organismo no presenta ninguna amenaza a la salud del paciente”.
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