Aquí lo que hay es pena. Con esta frase define el agricultor Marino Recio Nova la situación que viven las familias cuyas pequeñas y medianas fincas han sido inundadas por el lago Enriquillo. La foto muestra el estado de los terrenos de Tierra Colorá que estaban siendo preparados para llevar a los afectados con la crecida del lago. El tractor está averiado.
Lago Enriquillo. Aquí lo que hay es pena. Con esta frase define el agricultor Marino Recio Nova la situación que viven las familias cuyas pequeñas y medianas fincas han sido inundadas por el lago Enriquillo.
La víspera de Noche Buena y Navidad es sombría para los habitantes de las comunidades afectadas por la crecida del lago, ubicado en el suroeste del país.
Lejos de fiestas y abundancia de alimentos, allí lo que hay es miseria, hambre, tristeza, impotencia e indignación por el abandono estatal.
Los agricultores y sus familiares se quejan de que el Gobierno no ha ido en su ayuda y que las entregas de cajas con alimentos se están politizando. Mientras que en los terrenos donde se ubicarían los afectados sólo se aprecia el desmonte de árboles y que nuevas plantas han crecido ya. Un tractor averiado está allí desde hace un tiempo.
Las comunidades agrícolas de las provincias Bahoruco e Independencia se encuentran anegadas por las aguas hipersaladas del lago Enriquillo, que lleva varios años creciendo sin parar.
Entre las zonas afectadas están Villa Jaragua, Postrer Río, Las Clavelinas, Los Ríos, Boca de Cachón, Las Baitoas, Vengan a Ver y algunas de Duvergé.
Chantaje. Los afectados denunciaron que cuando a veces llevan fundas con alimentos, solo se las entregan a los partidarios del Partidarios de la Liberación Dominicana (PLD).
“Cuando a mi casa fueron a poner el afiche (de Danilo Medina, candidato del PLD) mi hermana dijo que no pongan eso ahí y entonces dijo uno: ah pues no va recibir cajas”, denunció Flor Florián, residente en Boca Cachón, provincia Independencia.
Igual denunciaron los agricultores Recio Nova, Rufino Rubio, Octavio Medina y otros.
Mientras que la señora Tomasina Nova aseguró que el Gobierno ha estado ayudando a los afectados con la entrega de comida, pero señala que se necesita una intervención mayor y sostenida. “Estamos de limosna. Tengo el viejo con parálisis, un hijo enfermo y tres conucos con el agua del lago adentro”, señaló, con el rostro marcado de amargura. Ella y sus vecinos están viviendo con el temor de que el lago llegue a sus casas, pues no deja de crecer.
Volver a sembrar. Es el anhelo de los afectados, pues esa es la única actividad en la que tienen experiencia. “Nosotros somos campesinos y lo que sabemos es sembrar para buscar la comida”, dice Recio Nova.
Mientras que Medina indicó que antes de las inundaciones esos pueblos eran autosuficientes, pues cosechaban tanto para su consumo como para comercios. Se queja de que por la situación aparecen muchas promesas y mentiras en los medios de comunicación y nada se concreta.
Con relación a la reubicación anunciada en varias ocasiones, los afectados afirman que no han sido contactados y desconocen donde serían trasladados.
La crecida del lago ha permitido un aumento de la pesca, tanto porque al estar más grande hay más peces, como por un tipo de jaiba que ha aparecido en el cuerpo de agua. Sin embargo, muy pocos de los que han perdido sus predios se están dedicando a pescar.
Reubicación
El pasado mes, mediante decreto, el Poder Ejecutivo declaró de emergencia los trabajos de desmonte y preparación de tierras, la instalación de una red de riego y construcción de cercas para evitar los daños a los cultivos por el desborde del lago Enriquillo, así como cualquier trabajo necesario para la reubicación de los desalojados por el desbordamiento que sigue aumentado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario