La cumbre Rio + 20, que congregó esta semana a 193 gobernantes o sus representantes para discutir un futuro más sustentable para el planeta, llegó el viernes a su conclusión con una sensación de disconformidad generalizada en torno al acuerdo final adoptado por los gobiernos.
El texto que debe ser adoptado por los países posteriormente el viernes refleja las discrepancias y las dificultades de alcanzar consensos entre países dispares, que llevó a organizaciones no gubernamentales a decir que la conferencia arrojó resultados por debajo de lo esperado.
"El texto acordado simplemente no tiene la fuerza para hacerle frente a los desafíos ambientales y de desarrollo de nuestro tiempo. Esta fue una oportunidad perdida para reforzar el diálogo global y conducir una mayor acción en torno a la sustentabilidad", comentó a periodistas Manish Bapna, presidente de la organización ambientalista World Resource Institute.
El presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, marcó el tono de la disconformidad en su discurso ante el plenario, donde advirtió que el mundo avanzó poco desde la histórica cumbre Eco 92, celebrada 20 años atrás en Rio de Janeiro.
"Al igual que muchos, nos sentimos desilusionados porque durante las últimas dos décadas, a pesar de algunos adelantos, no se ha progresado con la celeridad que el mundo reclama y la conclusión de este cónclave no parece estar a la altura de lo que, para su reparación, nuestra madre tierra exige", declaró Fernández.
Reconoció que la crisis financiera global que golpea especialmente a los países ricos les impidió adoptar los compromisos financieros necesarios para impulsar un nuevo modelo de desarrollo para el mundo.
Rio+20 surgió como una continuación de Eco-92 que puso el tema del desarrollo sustentable en la agenda mundial, propició la creación de ministerios encargados del medio ambiente en todos los países y arrojó las convenciones sobre cambio climático y de biodiversidad.
La ministra brasileña de Medio Ambiente Izabella Teixeira criticó a los países ricos por no comprometerse con financiamiento, mientras que fueron los países pobres los que asumieron metas más ambiciosas.
"Es muy fácil decir que (la declaración final) fue poco ambiciosa, pero yo no vi a los países ricos comprometer financiamiento, fueron los países pobres los que asumieron compromisos de sustentabilidad", manifestó en conferencia de prensa.
Su comentario pareció una respuesta a declaraciones hechas entre bastidores por delegaciones europeas que se quejaron de la falta de definiciones en torno a temas que consideraron relevantes, como el concepto de economía verde, que quedó reducido a lo que cada país considera posible hacer para adoptar un modelo productivo más amigable con el ambiente.
La ministra destacó que el acuerdo arroja avances importantes, como la adopción de un plan de 10 años para promover un consumo sustentable, la decisión de establecer metas de desarrollo sustentable a ser definidas por un grupo internacional de 30 expertos y la búsqueda de una nueva forma de medir el producto interno bruto (PIB) que incluya variables ambientales.
Señaló también como positivo un acuerdo para la protección de los océanos que prevé la elaboración de un nuevo tratado internacional para su preservación.
"El avance de Rio+20 es que salimos de un mundo de posiciones hegemónicas con divisiones claras entre norte y sur... con una actitud más multilateral", opinó Teixeira.
Activistas consideraron que la congregación de unas 50.000 personas en Rio de Janeiro tuvo mejores resultados en los múltiples eventos que rodearon el pabellón donde se reunían los delegados gubernamentales.
"La cumbre fue una decepción aquí adentro (sede de las reuniones), pero allá afuera ocurrieron muchas cosas", comentó Marcello Furtado, director de Greenpeace en Brasil, quien citó como ejemplo una iniciativa empresarial para generar energía limpia en comunidades pobres que podrían obtener beneficios económicos en el proceso.
En el mismo tono, Jim Leape, director del World Wildlife Fund, citó un acuerdo adoptado por alcaldes de 40 grandes centros urbanos para mejorar el manejo de desechos sólidos para reducir en 40% sus emisiones de gas metano, uno de los causantes del calentamiento global.
"Este es el tipo de iniciativa que podrá marcar la diferencia en el mundo", manifestó Leape a The Associated Press.
Coincidió con esta visión el colombiano Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, quien destacó que la cumbre ayudó a propiciar encuentros entre diferentes sectores para generar alianzas y entendimientos que ayudarán a generar prácticas innovadoras.
"Nadie puede pretender que los gobiernos resuelvan todo. El hecho de que haya en una reunión de éstas tantas organizaciones de la sociedad civil, instituciones privadas e instituciones multilaterales, permite que surjan asociaciones en las que cada uno pone un poco de esfuerzo y de ahí se crea ese nivel energía de gente que busca soluciones. Esos resultados no se ven inmediatamente, sino que se ven en el tiempo", comentó Moreno a la AP.
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