jueves, 15 de noviembre de 2012

Triple asesinato causa espanto


Tres mujeres fueron halladas muertas: dos en el ensanche Evaristo Morales y otra en el parque Mirador NorteFamiliares de Teresa Batista, de 83 años, asesinada en el Evaristo Morales, lloran en la puerta de la residencia donde ocurrió el crimen. El esposo de la víctima también fue agredido.Tres mujeres, una de ellas de 83 años, fueron asesinadas ayer en un hecho que se presume tuvo que ver con el robo a una residencia en el sector Evaristo Morales, en la capital. Dos de ellas fueron halladas a las 6:30 de la mañana.Han sido identificadas como Teresa Batista y su trabajadora doméstica Josefina Suero Contreras. Doña Teresa tenía 83 años y era la dueña de la casa. Fue estrangulada y, además, esta anciana presenta golpes contuso, dijo la Policía.
Josefina, de 44 años, fue ultimada a puñaladas y aparentemente fue duramente golpeada y torturada.
La tercera mujer muerta es Lourdes Valenzuela, quien también laboraba como doméstica en la casa de doña Teresa. Esta dama, de unos 49 años, apareció más tarde en el parque Mirador Norte, por los predios de la puerta número seis.

Debido a que su cadáver no apareció en la casa del Evaristo Morales, esto llamó la atención de los investigadores, que enseguida iniciaron su búsqueda.
El hallazgo del tercer cadáver despertó la curiosidad no solo de los investigadores, sino de los reporteros asignados al cuartel general de la Policía.
No cesaban de preguntar por qué Lourdes no estaba junto a los cuerpos de Teresa y de su compañera de trabajo. Las especulaciones crecieron cuando el vocero de la Policía, Máximo Báez Aybar, oficializó su aparición.
Ramón Castillo, sobrino de la anciana, dijo que a las 3:00 de la tarde del pasado martes, la señora Valenzuela salió a visitar su familia, en San Juan, de donde proceden las otras dos mujeres.
Pero las investigaciones determinaron que la mujer nunca llegó a esa provincia sureña. Ahora la Policía investiga por qué no fue encontrada junta a los cadáveres de Batista y Suero Contreras.
Las dos mujeres halladas en la residencia ubicada en la calle José Brea Peña número 92, del Evaristo Morales, tenían cintas adhesivas en su rostro.
El cadáver de Lourdes tenía las mismas características y eso hizo pensar a los agentes adscritos a Investigaciones Criminales que se trataba de la pieza que faltaba para ayudarles a armar este rompecabezas. Se dijo que cuando fue encontrada sin vida, esta mujer tenía ya unas 12 horas de fallecida.
elCaribe supo que la Policía analiza una llamada perdida que recibió Lourdes a su teléfono celular, para ver si guarda relación con el crimen del que también fue víctima mortal.
El señor José Vicioso, esposo de Teresa, también recibió golpes y sus brazos fueron severamente lastimados, por lo apretada que estaba la soga que usaron sus atacantes para dejarlo amarrado.
Una fotografía mostrada por los parientes de este señor, muestran a un José Vicioso con los brazos visiblemente maltratados y ensangrentados.
Figura sentado en una silla, aturdido y como si estuviera inconsciente. Vicioso no sabe explicar cómo logró sobrevivir  o por qué fue perdonado por las personas que irrumpieron la tranquilidad de su hogar y le quitaron la vida a la mujer a quien había dedicado gran parte de su dilatada existencia.
Su estado era delicado, por la edad y lo cansado de su cuerpo. Tuvo que ser intervenido de urgencia en un centro hospitalario.
Confesiones
Vicioso pudo narrar a la Policía que cerca de las 10:00 de la noche del pasado martes se disponía a ver por televisión la alocución del ex presidente Leonel Fernández, cuando de repente vio entrar a su casa a tres jóvenes que enseguida le vendaron los ojos.
Contó que aunque no la vio llegar con los hombres de aproximadamente 21 años de edad, ya sin poder presenciar lo que pasaba a su alrededor, escuchó la voz de una muchacha. Dijo que los maleantes que cargaron con más de 15 mil dólares despedían un olor a ron.
Los cadáveres de Teresa y Josefina fueron descubiertos por la hija de la primera, Sandra Vicioso.
En un intento por revivir a su madre y poniendo en práctica su profesión de médico, al ver el cuerpo inerte de su progenitora, Sandra intentó darle respiración artificial, pero sus esfuerzos fueron en vano, porque ya doña Teresa había muerto. No respondía a su asistencia.
Además de esta mujer, la pareja también procreó a Enrique Vicioso. El señor Castillo dijo que fue a él a quien le correspondió llamar a la Policía para reportar la tragedia.
Castillo dijo que recientemente la pareja de esposos vendió un solar cerca de su casa, por una apreciable cantidad de dinero. Este hombre no asegura ni descarta que el móvil del robo y muertes de estas tres mujeres esté directamente ligado al negocio que hicieron con este inmueble.
Vínculos
Dijo que Josefina fue traída desde San Juan por el matrimonio Vicioso Batista, para trabajar en su casa, porque la pareja quería contar con los servicios domésticos de personas conocidas y de su entera confianza.
Y era tal la familiaridad que incluso ambas mujeres vivían en la residencia donde ganaban el sustento de sus familias en San Juan.
Doña Teresa, farmacéutica de carrera, era hermana de Lina Batista, quien durante los gobiernos del fenecido Joaquín Balaguer fue gobernadora de la provincia San Juan. Junto a su esposo, que es médico oftalmólogo, residieron por muchos años en Puerto Rico, donde vivieron de sus profesiones.
Muchas preguntas, pocas respuestas sobre el caso
Para determinar el origen del crimen, las investigaciones apuntan ahora hacia los datos que pueda arrojar cualquier situación relacionada con la señora Lourdes, quien fue descubierta por un empleado del ayuntamiento de Santo Domingo Norte.
Aunque es oriunda de Nagua, Lourdes viajaba con frecuencia a San Juan, donde reside su esposo.
Falta por saber también qué tipo de información encuentre la Policía en la llamada perdida de su teléfono móvil y qué arrojarán los resultados de la autopsia realizada por Patología Forense a los tres cadáveres. La escena del crimen igual podría aportar elementos reveladores.
Los restos de Josefina fueron sacados de Patología Forense por su esposo Francisco Mateo, quien partió rumbo a San Juan para darle sepultura a su compañera.

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