¿Sabía usted que existe una iglesia en el país que no cuestiona la homosexualidad y, por el contrario, la acepta? Pues sí, hay una y se denomina Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), perteneciente a una fraternidad mundial de entidades cristianas, con una postura “positiva ante la diversidad sexual y comprometida en ser inclusiva, afirmativa y afectuosa, como testimonio del amor no excluyente que le tiene Dios a toda la humanidad”.
Según explica su reverendo, Wilkin Lara, la peculiar iglesia surgió por la necesidad que tiene el ser humano de vivir su sexualidad de la mano con su espiritualidad, aunque muchas tradiciones acostumbran a desvincularla. “Hoy hasta la ciencia apunta a que la sexualidad entra en todos los renglones del ser humano incluso en la espiritualidad”, dijo.
El ministro de ICM Santo Domingo cuenta que la primera congregación con esta visión fue fundada en 1968 en Los Ángeles por el reverendo Troy Perry, activista de derechos humanos reconocido internacionalmente, en un momento en que las actitudes cristianas eran “abrumadoramente contrarias a la homosexualidad”.
Pero, ¿puede una sociedad como la dominicana tolerar que haya una iglesia que acepte la relación entre personas del mismo sexo? Aunque muchos consideran que no, la realidad que se vive en la actualidad expresa más apertura a tratar el tema.De acuerdo a su portal, la ICM nació en este país a raíz de una visita por vacaciones de dos miembros de la filial de Washington, que vieron la necesidad de formar una en Santo Domingo para enfrentar el acoso a los homosexuales por parte de la Policía, la homofobia y las frecuentes condenas de otras denominaciones religiosas.
Al regresar a los Estados Unidos, los vacacionistas contaron su experiencia a la reverenda Candace Shultis, quién inmediatamente encabezó una misión a República Dominicana.
El reverendo Lara afirma que muy a pesar de lo que piensa la gente la ICM no es una congregación solo para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (GLTB).
“Acostumbran por ahí a decir es la iglesia de los gays y las lesbianas. Ninguna iglesia la llamamos iglesia de los heterosexuales, las iglesias son eso y es lo que nos dicen las escrituras en el libro de Ezequiel nos recuerda que debe ser una casa abierta y de oración para todos los pueblos, ese es el sentido que deben tener todas las iglesias.
La nuestra tiene la particularidad que al ser la primera, por así decirlo, que acoge a todo tipo de persona sin discriminación, entonces esas personas se sienten más acogidas y son las que llegan más pero no es que la iglesia es exclusiva para, tenemos dentro de nuestra congregación gente de toda la diversidad sexual desde heterosexuales, bisexuales, asexuales, tenemos todo tipo de gente”, sostiene.
Asegura que la iglesia nunca ha estado oculta y muy al contrario está a plena luz pública en un barrio céntrico y concurrido de la ciudad con las puertas abiertas para todo el que desee visitarla.
Lo que ofrece. Entre los servicios comunitarios de la ICM están: servicios espirituales y funerales, orientación, consejería, bautizos, bendición de parejas, misiones, estudios, ceremonias, talleres/charlas y círculos de oración.
“Nosotros celebramos el ritual de la santa unión de parejas o la bendición de parejas, no es una figura legalmente constituida en el país, como para nosotros decir textual matrimonio. ¿Nosotros qué hacemos? Mediante una ceremonia sagrada bendecimos esa unión que de alguna manera Dios ha venido actuando a lo largo de su experiencia como novios y quieren dar el paso.
¿Por qué ICM hace esto? Precisamente por la gran necesidad que tiene el ser humano de patentizar, de garantizar y legalizar su estatus evidentemente la carencia de políticas públicas que garanticen que personas del mismo sexo puedan optar por los mismos derechos que una pareja heterosexual, estas parejas deciden ir a la iglesia y a través de su fe las unimos en compromiso como lo es vivir la vida en pareja”, detalla Lara.
Los vecinos. El religioso apunta que la ICM nunca ha tenido incidentes con personas homofóbicas y que sus vecinos han asumido un compromiso de fe cristiana, se han identificado y apoyan las actividades de la iglesia, incluso son visitantes de la capilla.
“En los siete años que tenemos aquí en la República Dominicana realmente hemos sido muy bendecidos porque de eso se trata, de dar testimonio, y cuando Jesús es parte del trabajo que vienes a realizar de alguna manera interpela a las demás personas y se abren a las posibilidades”, dice Lara.DEL PERIODICO HOY.COM
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