El papa Francisco apoyó ayer a los inmigrantes, con una mención especial a los hispanos en su aspiración a establecerse en Estados Unidos, país donde dijo que “encontrarán” su lugar y al que ayudarán a renovarse.
“Ustedes traen muchos dones a su nueva nación. No se avergüencen nunca de sus tradiciones”, les dijo el pontífice en un acto multitudinario en Filadelfia (EE.UU.) en el que les alentó a no desanimarse ante los retos y dificultades.
“Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar”, les dijo el papa.
Les recordó que “están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir como tantos que vinieron antes provechosamente a la vida de las comunidades en que viven” y apeló a la “vibrante fe” que muchos de ellos poseen, “en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han heredado”.
“Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro”, aseguró Jorge Mario Bergoglio, quien hoy llegó a Filadelfia, la última etapa de su viaje a Estados Unidos, desde donde partirá el domingo de regreso a Roma.
Más temprano, el Papa dijo que los laicos y las mujeres tienen en sus manos el futuro de la Iglesia. El pontífice destacó el papel que tienen los laicos precisamente en una archidiócesis que tiene un porcentaje del 37 % de católicos, muy por encima de la media nacional en Estados Unidos, que es de poco más del 20 % según los últimos datos.
Jorge Mario Bergoglio dijo en la catedral de Filadelfia: “Sabemos que el futuro de la Iglesia, en una sociedad que cambia rápidamente, reclama ya desde ahora una participación de los laicos mucho más activa”. Y elogió la historia de esta ciudad, “que nos habla de generaciones y generaciones de católicos comprometidos que han salido a las periferias y construido comunidades para el culto, la educación, la caridad y el servicio a la sociedad en general”.
Alabó el “gran legado” que significan los más de dos siglos en los cuales sacerdotes, religiosos y laicos “han atendido a las necesidades espirituales de los pobres, los inmigrantes, los enfermos y los encarcelados. E instó en su homilía de la misa en la Catedral de san Pedro y san Pablo a “enriquecer y transmitir” esa herencia.
El pontífice dejó claro en sus palabras que “todo cristiano, hombre o mujer, en virtud del bautismo, ha recibido una misión”.
El papa argentino consideró que “uno de los grandes desafíos de la Iglesia en este momento es fomentar en todos los fieles el sentido de la responsabilidad personal en la misión de la Iglesia y capacitarlos para que puedan cumplir con tal responsabilidad como discípulos misioneros”.
Aprovechó para recordar que “hermanos y hermanas religiosas han enseñado a los niños a leer y a escribir, a amar a Dios y al prójimo y a contribuir como buenos ciudadanos a la vida de la sociedad estadounidense”. Vinculó así su homilía con el concepto de libertad religiosa, el tema del encuentro que mantendrá hoy por la tarde en la ciudad y que le proporcionará la ocasión de reunirse con miles de miembros de la comunidad hispana de Estados Unidos.
El año pasado había en el país 76.7 millones de católicos, de los cuales 29.7 millones son hispanos, según la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
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MILES ESPERAN AL SUMO PONTÍFICE
FILADELFIA (EFE).- Más de cien personas marcharon ayer al alba en Filadelfia (EEUU) con velas, pancartas y entre cánticos eclesiásticos para pedir al papa Francisco que tienda su mano a los millones de inmigrantes indocumentados del país y alce su voz para frenar las deportaciones.
MILES ESPERAN AL SUMO PONTÍFICE
FILADELFIA (EFE).- Más de cien personas marcharon ayer al alba en Filadelfia (EEUU) con velas, pancartas y entre cánticos eclesiásticos para pedir al papa Francisco que tienda su mano a los millones de inmigrantes indocumentados del país y alce su voz para frenar las deportaciones.
La marcha, promovida por la organización defensora de los inmigrantes “Juntos”, partió a las 04.30 hora local (08.30 GMT) del Parque Dickenson, en el sur de la ciudad, y alcanzó casi dos horas más tarde el centro de Filadelfia, ciudad a la que llegó hoy el santo padre para clausurar el Encuentro Mundial de las Familias.
“¿Dónde está el pueblo? ¿El pueblo dónde está? ¡El pueblo está en la calle exigiendo libertad!” o el conocido “¡sí, se puede!” fueron algunos de los cánticos que las decenas de inmigrantes profirieron a su paso por las calles de Filadelfia, desiertas de madrugada y que comenzaron a llenarse a medida que avanzó el día.
Sus cánticos reivindicativos en defensa de los derechos de los inmigrantes se fundieron con canciones de iglesia como “Alabaré” y pancartas de colores con diferentes mensajes en favor de un mundo más abierto y justo con los inmigrantes, como “Por un mundo sin muros” o “Freedom” (“Libertad”, en inglés).
“Queremos que el papa nos ayude con nuestras familias.
No es justo que se esté celebrando la institución de la familia, en el Encuentro Mundial de las familias y que, mientras, las familias de los inmigrantes estemos cada vez más separados”, dijo a Efe Alba López, mexicana con tres hijos, de uno, 11 y 13 años.
López cuenta que su marido, que llegó al país en 1979, está recluido desde el 5 de mayo en la prisión del condado de York (Pensilvania), donde hay encerrados varios inmigrantes a la espera de ser deportados, según denuncian organizaciones como “Juntos”.
Al comienzo de su visita a EEUU, el papa argentino se presentó ante la Casa Blanca como el “hijo de una familia inmigrante” y ayer convirtió a los “ciudadanos sin derecho a serlo” en los protagonistas de la misa celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York.DE EFE
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