martes, 8 de octubre de 2013

La Victoria: más que una cárcel es gran negocio entre reos y custodias

Los visitantes a la cárcel de La Victoria son sometidos a acoso y macuteo por parte de reclusos y del personal de seguridad que allí labora, quienes piden dinero a todo el que llega para facilitarle el acceso. También se exponen a ser atracados por los presos.  Los que llegan a ese centro penitenciario son asediados desde que entran, primero por agentes policiales y luego por los reclusos que le caen como enjambre, para que les den dinero. Cobran para llevar al visitante a la celda del recluso que busca, y los que están en el área conocida como “la plancha” claman a los que por ahí pasan: “mi papá, dame algo para comer”. Agentes de la Policía y de la Dirección Nacional de Control de Drogas apostados en la puerta revisan a los visitantes por todas partes. En el recinto se hacen todo tipo de negocios lícitos e ilícitos con la anuencia de sus autoridades.
Vicisitudes
Reclusos se quejan de que cuando se va la electricidad tienen que abandonar sus celdas y comprar carbón para poder cocinar, el cual le venden las autoridades del recinto. Otra odisea que enfrentan los recluidos es cuando llueve, porque todo se inunda y para moverse usan botecitos de madera que ellos mismos fabrican. Narran que sólo tiene alegría cuando les llega un familiar. Villa Montero narra que en La Victoria se aprende lo que se desee, el que quiere buscar el bien lo consigue y el que quiere aprender actos delincuenciales también lo aprende.
Montero narra que sus tres años de reclusión le han servido para ser un mejor ciudadano con temor a Dios. Dice que en ese tiempo ha aprendido varios oficios como ebanistería, peluquería y que se ha acercado a la palabra de Dios. Condenado por violencia de género, aconseja a los jóvenes a evitar cualquier agresión contra las mujeres y reclamó su puesta en libertad, aduciendo que ha exhibido un comportamiento ejemplar en ese tiempo de cautiverio.
Drogas
En la Victoria, como en las demás cárceles del país existen privilegios para los reclusos que disponen de dinero para comprar seguridad, comida de buena calidad, teléfonos celulares, televisores y hasta drogas narcóticas. Esta situación obliga a inspecciones periódicas de las celdas.
Macuteo
Los agentes de seguridad, a propósito, dejan que se formen grandes filas en el interior del recinto para que la gente se desespere y tenga que pagar dinero para salir sin dilación. Al visitante se le pone un sello en las manos para diferenciarlos de los reclusos y se le retiene la cédula hasta que sale.
A los reos se les permite las visitas conyugales y hay mujeres que también van a buscarse su dinero manteniendo relaciones con ellos. Tienen también la oportunidad de practicar deportes, formarse técnicamente en diferentes disciplinas y se les permite tener teléfonos, televisor y otros utensilios.
A muchos se les permite salir de la cárcel hacia una escuela vocacional que hay fuera del recinto.
En el centro penitenciario de la cárcel hay mercados, colmados, peluquería, salón, compra venta, comedores, iglesias católicas, pentecostal y adventista del séptimo día, para los quieren buscar de Dios, así como todo tipo de negocios. La cárcel está ubicada en una comunidad de Santo Domingo Norte que lleva el mismo nombre. El negocio de venta y alquiler de cerdas no es sólo de La Victoria, también se da en otro recinto, como Hatillo, donde hay celdas que se venden hasta a medio millón de pesos.
Venden celdas
Las autoridades penitenciarias venden las celdas más cómodas a los presos con poder adquisitivo. Los reos que tienen dinero se reubican en el área conocida como Alaska donde las celdas se venden de 30 mil pesos en adelante y se alquilan hasta a dos y tres mil pesos mensuales. La mayoría de los reclusos de La Victoria viven en una forma inhumana por el gran hacinamiento que hay, como si se tratara de animales. En una celda que no tiene capacidad ni para una persona, duermen hasta tres.
El dato
Hacinamiento
La cárcel de La victoria fue construida por el Gobierno de Trujillo con capacidad para 800 reclusos; sin embargo, hoy alberga cerca de 8 mil.
Cada celda fue concebida para una persona, actualmente en una duermen tres y cuatro reos como si fueran saldinas.
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En La Victoria, como en las demás cárceles, se hace todo tipo de negocios.
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El hacinamiento es el principal problema de esta cárcel con 8 mil reclusos.DEL NACIONAL.COM.DO

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