domingo, 22 de febrero de 2015

Quirino metido en un trance

César Medina
Especial para Listín Diario
Organismos de seguridad y agencias internacionales investigan el fondo de la denuncia aparatosa de Quirino Paulino para determinar si forma parte de un plan macabro que implicaría su eliminación física para salpicar al expresidente Leonel Fernández y sacarlo de la carrera presidencial.
Lo que se sospecha es que Quirino se ha prestado a un juego sucio que implica su renuncia al Programa de Protección de Testigos, de los Estados Unidos, con el fin de retornar al país por su cuenta y riesgo, escudado en el escándalo contra el expresidente Fernández para tratar de salirse del punto de mira de la mafia.
Quirino ha quedado entrampado en su propia red porque al negociar delación por libertad con la justicia norteamericana violó un código cardinal del narcotráfico internacional: la Omertá o Ley del Silencio que se paga con la vida al peor estilo de la mafia siciliana.
Su denuncia contra Fernández tiene el propósito de evitar que se ejecute una sentencia inapelable contra los delatores en los bajos fondos del crimen organizado, partiendo de una pregunta primaria en investigación forense: ¿a quién beneficia el crimen?
Un plan bien calculado
Al asociar su destino a la imagen de Leonel Fernández, Quirino y sus mentores calculan que ese puede ser su mejor seguro de vida. Los expertos en ese tipo de investigación, sin embargo, consideran que en ese juego Quirino pudiera estar acelerando un desenlace fatal.
Los enemigos de Leonel pueden estar pensando en que la muerte de Quirino tendría un impacto devastador en su imagen, y en ese punto se concentran las pesquisas que llevan a cabo el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), agentes locales de la DEA e investigadores policiales al servicio del Ministerio de Interior y Policía, bajo la orientación directa del ministro Monchy Fadul.
Sería un escenario parecido al que provocaron los enemigos de la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, con la muerte del fiscal Alberto Nisman, encontrado en su apartamento con un tiro en la cabeza en aparente suicidio pero que algunos sospechan se trata de un crimen que salpica a la jefa del Estado.
El propósito de Quirino de regresar al país se fundamenta “en los tormentos” que le provoca el confinamiento y la distancia con sus familiares y amigos, además de que alega “no se cumplieron cabalmente” los compromisos que asumió la justicia norteamericana a cambio de su testimonio.
A partir de esa debilidad es que se sospecha ha comenzado a moverse “la mano peluda” que dirige la trama contra Fernández, llevándose de encuentro a Quirino para que se le asocie con el crimen.
Cayeron “pejes gordos”
Gracias a las revelaciones de Quirino al Departamento de Justicia de los Estados Unidos, la DEA pudo ejecutar importantes apresamientos de figuras de alto nivel del narcotráfico internacional, tanto en República Dominicana como en Colombia y en Haití, una de las rutas que sigue la droga introducida clandestinamente a Norteamérica.
Incluso, se dice que sus delaciones condujeron al desmantelamiento de uno de los cárteles más activos y poderosos de la droga colombiana hasta 2008, conocido como “El Cártel de El Valle”, cuyos cabecillas fueron arrestados y extraditados a los Estados Unidos. Esa gente condenó a muerte a “El Don”, como se conoce a Quirino en ese mundo de la mafia.
La situación de Quirino se complica aún más porque se tienen informes de que, por lo menos, cuatro enlaces fundamentales de ese cártel en Haití también fueron extraditados a los Estados Unidos y un quinto apresado en Madrid hace dos años y desde entonces se gestiona su deportación.
Gracias a las delaciones de Quirino, en Haití también se desmanteló otra poderosa red que se ocupaba del transporte de la droga, lo mismo que en República Dominicana con Toño Leña, que operaba como enlace en la región Este y fue perseguido hasta la frontera colombo-venezolana, donde fue arrestado y extraditado a Puerto Rico.
El servicio prestado por Quirino como informante de la DEA se consideró vital en esa fase de la lucha contra el narcotráfico internacional, por lo cual fue excarcelado y protegido por agentes federales hasta que él decidió salirse del programa de protección de testigos.
Abatido por tedio y soledad
Quirino renunció por voluntad propia a la protección que le ofreció la justicia norteamericana después que reveló todo lo que sabía a cambio de salir en libertad, que le devolvieran parte de sus bienes incautados, que trasladaran su familia a Estados Unidos y que le garantizaran la vida.
Todo se cumplió a cabalidad: Quirino dijo lo que dijo que sabía, su familia fue llevada a Estados Unidos, le devolvieron algunos bienes y sólo pasó nueve años preso por conspiración para llevar 35 toneladas de cocaína a Estados Unidos, delito que conlleva prisión de por vida. El problema vino después.
El Programa de Protección de Testigos que negoció Quirino con los fiscales neoyorquinos implicaba el cambio de personalidad y su aislamiento permanente, modificación de la fisonomía-- que se cumplió en parte--, y la eliminación de todos sus contactos incluyendo familiares cercanos.
La Tecla recibió informes de que ese plan comenzó a ejecutarse desde mediados del pasado año cuando una mañana temprano Quirino desapareció de la prisión sin dejar rastros. Poco después al país llegaron informaciones de que había sido libertado, pero sin ofrecerse mayores detalles, y en el mes de agosto “una fuente” desmintió la versión al señalar que el reconocido narcotraficante seguía recluido en prisión.
Pero ciertamente se encontraba en libertad y protegido las 24 horas del día por agentes federales.
Ya en el mes de octubre Quirino había comunicado a las autoridades que deseaba regresar al país, y oficialmente se le explicó el procedimiento que debía seguir para renunciar al programa de protección de testigos. Cumplió el procedimiento y en noviembre se presentó al consulado dominicano en Nueva York reclamando sus documentos de identidad: pasaporte y cédula. Se lo negaron.
Esa vez llegó a la oficina consular dominicana, acompañado de dos agentes de seguridad del gobierno norteamericano que estuvieron todo el tiempo a su lado y lo protegían con marcado celo.
Desde entonces el Consulado está en consulta para expedir los documentos.
LA OMERTÁ Y LA HISTÓRICA MAFIA SICILIANA
La Omertá o Ley del Silencio es un código de honor de la mafia siciliana más antigua. 
Es un vocablo de origen español que significa “hombredad” y que empezó a aplicar como código de honor al silencio en el Sur de Italia hace más de cuatro siglos. 
En la cultura de la mafia, violar la Omertá se paga indefectiblemente con la vida. El narcotráfico internacional aplica el código del silencio, y por ello la justicia norteamericana brinda protección y garantías a sus informantes, pero éstos tienen que acogerse a una regla básica: total anonimato y vida clandestina. A eso es que se ha negado Quirino. Con ello marca su destino.César Medina
Especial para Listín Diario

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