El ingeniero dijo que en el país hay 34 represas para almacenamiento de agua, para acueductos y para canales de riego, y 3 represas para almacenamiento de colas mineras. Todas estas han operado perfectamente bien desde el 1974 cuando entró en operación la represa de Tavera para abastecer al Cibao occidental, y desde 1975 cuando empezó a funcionar la represa de colas de Mejita, destinada a las operaciones mineras de oro y plata de la Rosario Dominicana.
- ,
El ingeniero y geólogo, Osiris de León, dijo hoy que ninguna represa ha fallado a lo largo de 50 años de historia de construcción y operación de represas para diferentes fines en la República Dominicana, ni las que almacenan agua para acueductos y canales de riego, ni las que guardan colas mineras.
El también miembro de la Academia de Ciencias del país, y quien desde 1982 hasta el presente ha estado realizando estudios para diseños y construcción de represas en el país, recalcó que las represas se han visto expuestas durante el huracán David, la tormenta Frederick en el 1979, el huracán Georges en 1998, el terremoto de Puerto Plata en el 2003, y durante las tormentas Noel y Olga en el 2007. Lo que indica que todas las represas dominicanas han operado de manera segura por contar con buena ingeniería.
El ingeniero dijo que en el país hay 34 represas para almacenamiento de agua, para acueductos y para canales de riego, y 3 represas para almacenamiento de colas mineras. Todas estas han operado perfectamente bien desde el 1974 cuando entró en operación la represa de Tavera para abastecer al Cibao occidental, y desde 1975 cuando empezó a funcionar la represa de colas de Mejita, destinada a las operaciones mineras de oro y plata de la Rosario Dominicana.
Esto se debe a que las represas dominicanas están cimentadas sobre rocas de excelente calidad con una resistencia a la compresión superior a 420 kilogramos por centímetro cuadrado.
Dicha resistencia se duplica a la del hormigón de uso tradicional en el sector construcción. Sus muros se construyen para resistir los máximos empujes hidrostáticos que se puedan generar al alcanzar su máxima cota operacional y para soportar la máxima aceleración sísmica que puede producirse durante un terremoto de gran magnitud. Además de que se les instalan piezómetros, inclinómetros y acelerómetros para su monitoreo y garantías de su seguridad operacional.
Osiris aclara que las exigencias geológicas, geofísicas, geotécnicas, hidrogeológicas y sismogeotécnicas de la fase de estudios del emplazamiento para un represa de colas mineras son más rigurosas que para las represas para almacenamiento de agua, para acueductos y canales de riego. Y los muros de las represas de colas mineras se diseñan con un factor de seguridad que es superior al factor de seguridad usado en las represas convencionales. Todo esto es diseñado y supervisado por equipos de profesionales extranjeros y nacionales con larga experiencia en estudios, diseños y construcción de represas.
Pero la ingeniería del emplazamiento y del proceso de construcción de represas es un tema totalmente distinto a los estudios de impacto ambiental para caracterizar el emplazamiento de una represa y su entorno ambiental, porque ambas fases tienen objetivos distintos, abordajes distintos, y participan equipos profesionales completamente distintos, pues el equipo de ingeniería busca que la obra funcione bien y nunca falle, mientras el equipo ambiental intenta que el proyecto nunca contamine durante su operación diaria, y esas son tareas distintas.
El ingeniero dijo que se ha construido un mito durante décadas sobre que las represas de colas representan pasivos ambientales de por vida, lo cual no es así, pues las represas de colas reciben diariamente una mezcla de arenas finas y aguas químicas del proceso metalúrgico. Pero en pocas horas los sedimentos arenosos se asientan en el fondo de la represa y las aguas clarificadas son bombeadas de nuevo al proceso metalúrgico, porque su contenido de agentes químicos disolventes de minerales ayudan a consumir menos agentes disolventes en el proceso de molienda y tratamiento químico del mineral. Por lo que la represa se va llenando de arenas finas hasta alcanzar su cota máxima operacional, y cuando se llena de arena ya no hay líquidos contaminantes en la misma ni empujes sobre el muro.
“Cualquier persona puede comprobarlo en la represa de colas mineras de Mejita y en la represa de colas mineras de Las Lagunas, donde las inspecciones de los organismos oficiales se hacen caminando sobre esos sedimentos secos y muestreando esos sedimentos secos, cosa que nosotros hemos hecho en varias ocasiones para estudios ambientales encargados por la Unión Europea y donde la dirección de los estudios ha sido encargada a científicos del BRGM, que es el Buró de Recursos Geológicos y Mineros del Gobierno francés, una institución del más alto nivel de prestigio mundial en el tema geológico-minero”, indicó de León.
En ese sentido, continuó diciendo que el país debe y tiene la obligatoriedad de seguir construyendo más represas para almacenamiento de agua para acueductos y para canales de riego, y represas de colas mineras para almacenar las colas activas de los procesos mineros. Porque es un riguroso requisito ambiental que las colas mineras activas sean almacenadas en lugares seguros hasta que la radiación solar degrade los agentes químicos residuales, degradación que muchas veces se acelera en corto tiempo mediante la adición de cal, agua oxigenada, ozono e hipoclorito de sodio.
Por eso las estaciones de monitoreo de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas en el distrito minero muestran que no hay contaminación atribuible a operaciones mineras, estando claro que la mayoría de ríos del país tienen más contaminación que los ríos cercanos a las operaciones mineras, y basta muestrear las aguas y analizarlas.DE NOTICIAS SIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario