El doctor Nelson Rodríguez Monegro, ex director Nacional de Salud, presentó su renuncia al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por considerar que se perdieron los valores, principios y fines en la organización creada por el profesor Juan Bosch.
En una carta dirigida a Reinaldo Pared Pérez, en su condición de secretario general del PLD, el doctor Rodríguez Monegro dice que su renuncia, también como miembro del Comité Central de esa organización, no tiene que ver con los acontecimientos del momento, al referirse a la salida de Leonel Fernández.
En la misiva hace un recuento de cómo ingresó al PLD, a través del círculo de estudios, cómo fue nombrado funcionario en el sector salud y cómo alcanzó una curul den la Cámara de Diputados.
“Se perdieron los valores, principios y fines, que distinguían al PLD. Muchos de los altos dirigentes sufrieron una metamorfosis, se transformaron, dejaron en el camino sus utopías. Se adosaron al “pragmatismo”. Abrazaron de manera personal el Neoliberalismo, donde se prioriza lo individual sobre lo colectivo: “bien yo, luego me importa que entre el mar”.
A continuación texto íntegro de la renuncia del doctor Rodríguez Monegro
Moca, Prov. Espaillat, 30 oct 2019
Dr. Reynaldo Pared Pérez
Secretario General del Partido de la Liberación Dominicana (PLD)
Su Despacho
Distinguido Secretario General
Cuando me decidí a participar en política partidaria de manera activa, ya era un profesional de la medicina, en el campo de la pediatría, exitoso. Con amplias y fluidas relaciones sociales, miembro de organizaciones de desarrollo en la provincia Espaillat, de clubes sociales, deportivos y culturales, con programa de televisión donde se trataban temas de salud y generales. Conocido simpatizante del pensamiento de Juan Bosch.
Fue en el 1994, cuando surgió un movimiento llamado “Cambio 94”, que algunos dirigentes del PLD se me acercaron, conocedores de mis simpatías políticas, para que formara parte de ese movimiento externo, que apoyaba la candidatura presidencial del PLD. No lo pensé mucho y acepté. En esa ocasión el PLD alcanzó a penas un 13 % de las votaciones, si mal no recuerdo.
Está presente en mi mente, como en esas circunstancias Danilo Medina hizo un periplo por todas las provincias tratando de levantar el ánimo de los peledeistas que habían quedado devastados.
Se me otorgó la membresía como consecuencia del trabajo realizado, cosa que rechacé, pues conocía la idiosincrasia del peledeista. Preferí entrar a un Círculo de Estudio. Al cabo de dos años me “gradué” como miembro (1996).
Tuve un ascenso rápido en el partido, ya en 1998 era miembro de la Dirección Municipal, y en el 2001 fui elegido miembro del Comité Central, ratificado en 2005. De ahí a la fecha no se han hecho nuevas elecciones, con excepción de para algunos miembros del Comité Político.
A raíz del triunfo del PLD en 1996, la dirección del partido me propuso para director del Hospital Dr.Toribio Bencosme, en Moca. Se hizo una gestión para la historia.
En 1998 ya entendiendo que con los recursos con que se contaba había hecho lo posible, por mi deteriorada economía, renuncié. Al momento ya era secretaria de salud la Dra. Altagracia Guzmán Marcelino, quien unas semanas después me llamó para ofrecerme el cargo de Director Provincial de Salud, dependencias de reciente creación. Traté de escabullirme pero al final terminé aceptando, a pesar del rechazo de mi familia.
En 2002 me presento como candidato a diputado, sin el apoyo de las estructuras municipales y provinciales del partido, hice una campaña sin recursos, creando estructuras paralelas de compañeros y compañeras en todo el territorio de la provincia, y, sobre todo, con todas las organizaciones sociales. El propio Danilo Medina apoyaba a otro candidato. Aun así gané el escaño. Fui el único diputado por el partido en la provincia. Pase 4 años en la Cámara de Diputados. Ahí empecé realmente a conocer el verdadero poder desde sus entrañas. Me di cuenta por qué son tan difíciles los cambios estructurales en este país. Ahí no pasa nada que sea beneficioso para el pueblo, si afecta intereses. Como existen vasos comunicantes de esos poderes fácticos y el poder político.
En 2006 aspiré a senador por la provincia Espaillat, aunque me enfrentaba al presidente del senado en ese momento, sabía que lo podía derrotar. Pero iniciaba con un hándicap, no era el favorito para la candidatura del presidente Fernández. Pues como diputado había tenido unas diferencias con él, cuando le asignó aquellos 25 millones de dólares al HOMS, hice una resolución rechazándolo ya que el Hospital José María Cabral y Báez estaba colapsado, siendo el centro donde iba la población más vulnerable; lo cual no me perdonó. Derroté a su candidato (67 a 33 %). Desde luego nunca me apoyó y terminé perdiendo por 1.5 %. Por los medios que todo el mundo sabe.
En el 2006, fui llamado por el Dr. Bautista Rojas, Secretario de Salud, para que le asumiera la Subsecretaria de Salud Colectiva, le puse algunos requisitos para aceptar, coincidiendo conmigo. Me dio plena libertad para desarrollar mi trabajo. En diferentes momentos ocupé importantes posiciones dentro del ministerio, así como representaciones ante organismos nacionales e internacionales. Todo lo agradezco porque esto me permitió crecer como persona y aumentar el acervo de conocimientos en el ámbito de la salud. Terminé siendo Director Ejecutivo del Servicio Nacional de Salud. Creo que desde ahí muchos conocen la historia.
En todos los cargos que ocupé siempre hubo personas del propio partido que instaban a mi destitución o cancelación por no asumir actitudes clientelares, populistas o politiqueras.
Siempre he sido un crítico del PLD y el gobierno, hacia dentro y hacia afuera. Creo en la auto-crítica. Muchas veces al salir de algún programa en entrevista, me decían, usted no parece un funcionario del gobierno. Creo se puede administrar una verdad, pero jamás, jamás decir una mentira.
Se perdieron los valores, principios y fines, que distinguían al PLD. Muchos de los altos dirigentes sufrieron una metamorfosis, se transformaron, dejaron en el camino sus utopías. Se adosaron al “pragmatismo”. Abrazaron de manera personal el Neoliberalismo, donde se prioriza lo individual sobre lo colectivo: “bien yo, luego me importa que entre el mar”.
Siempre pensé que en algún momento el partido iba a reencauzarse dentro de la doctrina que él mismo se dio: El Boschismo. No pudo ser, y nunca será. ¡Que vergüenza!
Ya el PLD hace tiempo que es un partido más del sistema, con sus mismos vicios. No me siento representado. Sirva, pues, este escrito, como renuncia irrevocable al Partido de la Liberación Dominicana. Que conste que mi renuncia nada tiene que ver con los aconteceres del momento del partido.
Sin otro particular
Dr. Nelson Rodríguez Monegro.
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