Cinco meses atrás, cuando Yenifer Peguero dio a luz a su hija Amaia, jamás imaginó lo que le traería el destino. Aunque nació prematura, siempre tuvo la esperanza de verla recuperada. Pero a los siete días de nacer, el pediatra le advirtió: “Mira, algo no anda bien con Amaia”.
Le hicieron un ecocardiograma porque se estaba congestionando y poniéndose “moradita”. El estudio determinó que padece una cardiopatía congénita compleja, o sea, transposición de grandes arterias.
El médico fue dramáticamente claro al momento de decirle por qué necesitaba una cirugía urgente: “Tu hija no vivirá más de seis meses”.
En ese momento, Yenifer se dio cuenta del tortuoso y difícil camino que le esperaba, pero asegura que no tiró la toalla. Se puso en contacto con Lorainne Gómez, la madre de Astrid Montero, un caso similar al de ella, y que hace unos meses conmocionó a toda la sociedad dominicana.
Lorainne la ayudó a ponerse en contacto con el hospital infantil de Boston, en Estados Unidos, donde le dieron esperanza y el visto bueno para una operación. Pero los problemas continuaron. Según Peguero encontró dificultad a la hora de enviar los estudios realizados, debido a la negativa del centro médico donde atendían a Amaia, “porque ellos no devolvían expediente”. Tuvieron que hacerle de nuevo todos los análisis en otra clínica, de esa manera atrasando todo el proceso.
A la fecha han gastado más 30,000 pesos en estudios. “Todo el tratamiento ya nos ha salido bastante caro”, admite Peguero.
Antes de que la enfermedad tocara su hogar se dedicaba a hacer faciales en una estética, pero tuvo que abandonarlo todo y ahora solo cuenta con los escasos ingresos que su esposo reúne trabajando como mecánico. Además de Amaia, tiene otro niño de cuatro años al que ha tenido que descuidar para poder atenderla a tiempo completo.
Aunque tiene la ayuda de su madre, quien trabajaba como manicurista y también lo abandonó, Yenifer solo duerme una hora al día y no da abasto.
Su hija llora y se irrita mucho, debido a su condición, no come bien y solo se calma en sus brazos. Cada viaje al médico es un “pasadía” mientras ve que la salud de su hija se deteriora.
El pasado viernes 9 de noviembre, el Boston Children’s Hospital le mandó una carta informándole que el costo de todo el proceso y la intervención quirúrgica asciende a 246,325 dólares. Sin contar gastos de pasaje y que deben depositar 15 días antes de la primera cita, a principios de diciembre en Estados Unidos. Por lo tanto, solo les queda una semana para recaudar el dinero. Es su única esperanza. “Necesitamos mucha ayuda” ruega Yenifer, quien espera la mano solidaria del gobierno y de la sociedad en general para que Amaia tenga una vida plena, dichosa, y sobre todo, larga.
Para cualquier aporte, pueden colaborar mediante la página https://www.gofundme.com/unidos-por-amaia donde cualquier persona puede donar para entre todos llegar a la meta y salvar la vida de su pequeña. También pueden ayudar depositando en la cuenta de ahorros del Banco Popular #792487134 a nombre de Yenifer Peguero o llamar al teléfono 809-440-0318.
Amor profundo. Yenifer Peguero muestra toda su compasión y ternura, con un beso sobre la frente de su amada hija, la pequeña Amaia, afectada de una cardiopatía congénita compleja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario