Caracas, 11 nov (EFE).- El secuestro del beisbolista Wilson Ramos le ha puesto rostro a un delito creciente en Venezuela, donde, según cifras oficiales, se registraron 686 casos en 2010, aunque informes extraoficiales hablan de un promedio de cinco raptos a diario. La noticia de que el receptor de los Nacionales de Washington y de los Tigres de Aragua fue retenido el miércoles por cuatro sujetos en la ciudad de Valencia (noroeste) puso el dedo sobre un problema que, a juicio de expertos, se produce a diario, pero que a veces pasa inadvertido por el temor de las víctimas a denunciar.
Cifras del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CIPC), suministradas a Efe por el Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec), indican que el secuestro en Venezuela se multiplicó por más de diez entre los años 2000 y 2009, cuando pasó de 67 a 730 casos denunciados.
La estadística disminuyó un 6,02 % entre 2009 y el año anterior, mientras que en lo que va de 2011, según fuentes consultadas por Efe, no se conocen registros actualizados.
Para el diputado opositor Ricardo Sánchez, el secuestro "se ha convertido en uno de los negocios negros más rentables para la delincuencia" y advirtió que cifras de la Comisión de Política Interior a la que pertenece indican que en el país operan unas 18.000 bandas dedicadas a todo tipo de delitos.
Señaló que esas organizaciones hoy ven en el secuestro una "modalidad delictiva mucho más rentable", especialmente en el tipo exprés o de menos de 24 horas.
Detalló que registros del Observatorio Venezolano de la Violencia dan cuenta de cinco secuestros al día, cuatro de los cuales son exprés y 25 % del promedio global tiene lugar en Caracas.
Sánchez opinó que se trata de un delito cuyo modus operandi se "importó" de Colombia y México, y recordó que en el país "hasta hace varios años" el secuestro no era prioridad en las cifras de inseguridad, debido a su escasa ocurrencia.
"Hoy en día es noticia un tema de secuestro en Venezuela porque (...) Wilson Ramos, un grandeliga venezolano, sale a la palestra, pero, sin duda alguna, todos los días vemos (...) que la familia venezolana, los que tienen y los que menos tienen, están siendo víctimas de este delito", apuntó.
Los expertos advierten que uno de los puntos que dificulta el combate de este delito es la falta de denuncia por parte de los afectados, muchas veces por temor.
El coordinador de investigación de Incosec, Carlos Santos, explicó a Efe que en los secuestros "se maneja el miedo" y en muchos casos "desde la primera llamada" se le advierte a la familia de que si se hace la denuncia matan a la víctima.
Y aunque el de Ramos es el primer secuestro en el béisbol venezolano, las familias de los deportistas no han quedado al margen de las estadísticas delincuenciales.
En 2005 la madre del lanzador Ugueth Urbina fue secuestrada y rescatada tras pasar cinco meses y 18 días en cautiverio, y una situación similar sufrió el lanzador y exgrandeliga Víctor Zambrano en 2009, cuya madre estuvo retenida tres días.
Otros casos de secuestros han sido recordados por los medios, entre ellos el de los hermanos John, Kevin y Jason Faddoul y su chofer, quienes fueron secuestrados por funcionarios policiales en 2006 y sus cadáveres fueron hallados 40 días después.
El Gobierno venezolano ha garantizado que trabaja las 24 horas con los mejores equipos de investigación para el rápido esclarecimiento del secuestro de Ramos, cuyos captores no han contactado a sus parientes por lo que no se conocen sus demandas, aseguraron hoy fuentes cercanas a la familia a medios locales.
"Nosotros tenemos confianza y tenemos fe no solo en el organismo (CICPC), sino en el esclarecimiento rápido de este caso", dijo hoy el viceministro de Seguridad Ciudadana, Edwin Rojas, a la televisión estatal, quien pidió no sacar provecho del dolor ajeno. EFE
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