El tamaño de la caravana -que las Naciones Unidas estima está integrada por más de 7.000 personas- no parecía haber mermado cuando la multitud partió en la oscuridad de la madrugada ocasionalmente iluminada por linternas o los focos de la policía municipal que la escoltaba. Foto de archivo.México.– Los miles de centroamericanos que avanzan lentamente por el sur de México pidieron al gobierno que los ayude a llegar a la Ciudad de México, mientras un grupo menos numeroso de migrantes cruzó la frontera posiblemente con la intención de unirse a la caravana.
Agotados por la larga marcha y frustrados por el lento avance, algunos migrantes decidieron regresar a sus países o pedir protección enMéxico. Conscientes de esta frustración, sus representantes demandaron un transporte seguro y digno hasta la capital tras su llegada a Niltepec, en el estado de Oaxaca.
El martes por la mañana Levin Guillén, de 23 años y de Corinto, Honduras, estaba parado debajo de un farol en Niltepec esperando subirse a algún vehículo para avanzar en la carretera. Guillén ha estado solo desde que su madre murió de cáncer.
Su padre fue asesinado unos 18 años atrás y recientemente los responsables del asesinato empezaron a amenazarlo.
El granjero de voz suave dijo que tiene una tía en Los Ángeles y que solo quiere tener la oportunidad de trabajar y vivir en paz. Agregó que estaría agradecido si el gobierno mexicano cumpliera con la demanda de lacaravana de proporcionar transporte a la Ciudad de México. “Queremos nada más un paso para llegar a nuestro destino, que es la frontera”.
En la carretera varios migrantes lograron colarse en camiones mientras otros corrían al lado de vehículos de doble remolque tratando de agarrarse y subirse. Los migrantes tienen planeado el martes atravesar los campos de turbinas eólicas de La Ventosa para llegar a Juchitán, unos 51 kilómetros al oeste.
El gobierno mexicano no se ha mostrado dispuesto a ayudarlos, a excepción de la agencia de protección de migrantes que durante el fin de semana trasladó a algunos rezagados a la siguiente localidad en la ruta hacia el norte.
Pueblo Sin Fronteras, un grupo que apoya a la caravana, dijo que espera reunirse con legisladores y autoridades federales en la Ciudad deMéxico y con representantes del gobierno electo para discutir los derechos de los migrantes y el futuro de la caravana.
Pero parece que las autoridades mexicanas solo están pendientes de cómo se deshace el grupo mientras avanza hacia Estados Unidos.
El gobierno suele anunciar regularmente el número de migrantes que solicitaron refugio o pidieron regresar a sus países.
El lunes la policía federal intentó de forma agresiva que un segundo grupo de cientos de migrantes diesen la vuelta mientras cruzaban el río Suchiate para entrar a México desde Guatemala.
Un helicóptero sobrevoló a baja altura mientras los migrantes vadeaban las turbias aguas del río en grandes grupos, aparentemente intentando desalentarlos con la corriente de aire de las hélices.
Una vez del lado mexicano, los migrantes fueron rodeados y escoltados por agentes en medio de sirenas. Este encuentro en la margen del río ocurrió luego de una confrontación violenta en el puente el domingo por la noche, cuando los migrantes agredieron con piedras y palos a la policía mexicana.
Un migrante falleció de una herida en la cabeza durante la confrontación, pero no se sabe con precisión la causa. El grupo es mucho menor que la primera caravana y se encuentra en la localidad fronteriza mexicana de Ciudad Hidalgo.
Este segundo contingente se ha mostrado más ingobernable que el primero. El Ministerio del Interior de Guatemala dijo que agentes resultaron heridos cuando los migrantes rompieron las vallas fronterizas en el lado guatemalteco del puente.
Dos hondureños de 17 y 22 años fueron detenidos el lunes cuando uno de ellos intentó disparar a un policía cerca del paso fronterizo de Hidalgo, explicó el Departamento de Interior de México en un comunicado.
La pistola no se disparó y ningún agente resultó herido, agregó la nota. Por su parte, la agencia de inmigración de El Salvador dijo que unos 500 salvadoreños, entre los que había varias docenas de niños y adolescentes, cruzaron ilegalmente la frontera de Guatemala el domingo.
Con el primer grupo aún a unos 1.600 kilómetros de distancia de su objetivo, el Pentágono anunció el envío de 5.200 soldados para “endurecer” la frontera con México. Ya hay más de 2.000 elementos de la Guardia Nacional brindando asistencia en la frontera.
El anuncio se produjo mientras Donald Trump centra su atención en el contingente para animar a su base electoral, a una semana de los comicios legislativos. Respecto de la orden de Trump de enviar soldados a la frontera, de la que no había oído, Guillén dijo que “no seremos nada bien recibidos, pero vamos haciendo la lucha”.DE AP
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