Santo Domingo.- Los jueces del Segundo Tribunal Colegiado de San Francisco de Macorís dictaron 30 años de prisión contra Marlon Martínez y cinco años para Marlin Martínez por la muerte de la adolescente Emely Peguero de 16 años.
El tribunal condenó a Marlon por los actos de aborto, homicidio involuntario y actos de barbarie, mientras que
Marlin por sustracción de menores y ocultamiento de cadáver.
Marlin por sustracción de menores y ocultamiento de cadáver.
Marlon deberá cumplir la pena en la cárcel de Salcedo y su madre en la Rafey Mujeres en Santiago. El tribunal les impuso además el pago de 20 millones de pesos de indemnización a los familiares de la víctima.
Los jueces del tribunal afirmaron que no fue accidental el golpe que recibió Emely en la cabeza, como había establecido la defensa de Marlon Martínez, sino que la intención era quitarle la vida a la adolescente.
“La actuación de Marlon no la podemos ver como una reacción propia del momento. Es una actitud fría. Esta persona no merece la más mínima consideración”, dijo el juez Víctor Inoa durante la lectura del fallo del caso.
El magistrado agregó que la actuación de Marlon Martínez fue calificada por el tribunal como “un acto de barbarie. Un acto propio de las bestias”.
En cuanto a Marlin Martínez, el tribunal explicó que el Código Penal no contempla la complicidad con posterioridad al hecho, sino el ocultamiento de cádaver.
Tribunal señaló que Marlin no mandó a su hijo Marlon a ultimar a Emely por el hecho de utilizar la frase “resuelve ese problema”.
“¿Puede un reclamo constituir un hecho de complicidad? Creemos que no”, sostuvo el magistrado Inoa.
La presidenta del tribunal dijo que “esta es la decisión del tribunal, no de una sola persona, es una decisión por consenso”.
Emely tenía en su vientre el bebé mutilado
Marlon Martínez y su madre Marlin Martínez tuvieron oculto el cuerpo de la adolescente Emely Peguero en la finca de un amigo de la familia y llegaron a proponerle al Ministerio Público que revelarían su paradero a cambio de que a la mujer no le dictaran prisión como medida de coerción.
Los ahora imputados movieron en por lo menos dos ocasiones el cuerpo de Emely luego de que ésta falleciera cuando el propio Marlon le estaba practicando un aborto destrozando en el vientre la criatura de seis meses de concebida.
El aborto fue practicado en un apartamento propiedad de Marlin, donde falleció Emely como consecuencia de una hemorragia.
Marlon entonces introdujo el cadáver de su novia en un saco y la metió en el baúl del carro, tirando el cuerpo debajo del puente Colón, en Cenoví, San Francisco de Macorís.
En la conocida como bomba de Cenoví, Martínez utilizó el celular de Emely para enviarle un mensaje de texto a la hermana de la víctima para hacer creer que ésta aún estaba viva.
Según las investigaciones preliminares, posteriormente vuelve a recoger el cadáver y lo llevan a la finca donde permaneció oculto y lo introducen entonces en una maleta para lanzarlo en otro lugar.
Cuando la familia de Emely empieza a darla por desaparecida, Marlon acompaña a la hermana de la víctima dizque para ayudarla a buscar. Después de eso vuelve al apartamento a tratar de ocultar las evidencias del aborto y la muerte, pero los investigadores, utilizando químicos especializados, encontraron los indicios de sangre humana tanto en el apartamento como en el baúl del carro.
Los investigadores han determinado que la madre de Martínez habría participado en los intentos de encubrimiento de la acción de su hijo y en querer desaparecer el cadáver y es quien planifica llevarlo a la finca donde estuvo escondido.
Cuando las autoridades empezaron a hacer los allanamientos en búsqueda del cuerpo, entonces alguna persona hasta ahora desconocida sacó la maleta de la finca y la tiró a la orilla de la carretera que va a Cayetano Germosén, provincia Espaillat, donde finalmente fue encontrada.
Los investigadores sospechan que la maleta con el cuerpo fue tirado ahí a eso de las 8:00 de la noche.
Los investigadores sospecharon de inmediato que se trataba de Emely, pero para confirmarlo debieron llevar el cuerpo al Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Santiago para hacerle las pruebas de rigor.
Sin embargo, en la misma escena el médico legista que hizo el levantamiento detectó que se trataba del cuerpo de una mujer embarazada.
Con la autopsia se determinó que Emely aún tenía en su vientre parte de la criatura que había sido mutilada con objetos cortantes.
También tenía la ropa que llevaba puesta cuando salió por última vez de su casa y un pequeño guillo en la muñeca, lo que facilitó que la familia la identificara.
El cuerpo de Emely estaba en posición fetal dentro de la maleta, donde fue introducida sin ser mutilada debido a que era una adolescente de baja estatura.
El cadáver muestra algunos golpes, pero se realizan nuevos estudios para determinar si los mismos le fueron producidas estando Emely viva o si son “post morten.”
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