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A Marina solo se le veía cuando llegaba a su residencia casi en la medianoche.
Allí en la calle La Fuente del sector Guachupita, un callejón con “policías acostados” y asfalto deteriorado, nadie recuerda haber cruzado palabras con ella o por lo menos haberla saludado. Solo era vista al salir a tempranas horas de la mañana y regresar por la noche, cuando el día estaba a punto de fallecer.
Ningún vecino quiso decir su identidad y pocos se atrevieron a hablar sobre el modo de vida que llevaba Lisa Marina Elia García, nombre completo de la implicada en la agresión realizada el pasado 27 de mayo a Domingo García Sugilio, jefe de seguridad de los suegros del presidente Danilo Medina.
“Ella siempre llegaba a las 12:00 de la noche, venía en un motor con un tipo y él la dejaba y se iba. Nadie le hacía caso a ella porque imagínese, cada quien tiene sus problemas. A donde iba a pensar yo que esa mujer era tan mala”, dice un señor que no quiso dar su nombre por temor a que la Justicia deje libre nuevamente a la criminal.
Marina pasaba desapercibida en su sector porque nadie sabía con exactitud a que se dedicaba, ni siquiera que estuvo presa durante cinco años por haber participado en un atraco que terminó con la vida de una persona. Ahora ya lo saben y se enteraron porque intentaron atracar a los padres de la primera dama de la República, Candy Montilla de Medina, según las propias palabras de sus vecinos.
Ella había sido condenada a 10 años pero debido a un trato con el Ministerio Público, pudo salir a la mitad de su pena.
Solo bastaron ocho meses para que volviera a ser apresada por lo mismo, esta vez con sus compañeros de crimen Osmil Lamber García (a) “Tiqui Tiqui” y Luis Alexander Lamber (a) “Falacia”.
“Tiqui Tiqui” murió ultimado por agentes de la Policía Nacional durante un alegado “intercambio de disparos”; mientras que “Falacia” se entregó ayer al enterarse de la suerte que había corrido su colega de delitos.
Contrario a “Falacia”, quien se mostró tembloroso y horrorizado ya que supuestamente su vida corría peligro en manos del cuerpo uniformado, Marina se presentó totalmente fría y cómoda ante las cámaras.
Ella narró parte de sus actos criminales durante un interrogatorio que le hiciera la Policía Nacional con una naturalidad que ha escandalizado a la sociedad dominicana. Incluso utilizando frases y términos que básicamente son utilizados en las notas de prensa que envía el organismo del orden.
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