El doctor Paul Thompson, de la UCLA ( University of Californis, Los Angeles) en su trabajo científico llamado “Structural MRI and Brain Development”, publicado en el 2005, utilizó imágenes de resonancia magnética funcional para determinar qué partes del cerebro se utilizan durante el aprendizaje en las diferentes etapas de la vida.
Thompson estableció que en los primeros años de vida, los niños utilizan la parte del cerebro emocional más primitivo, la que es responsable de los procesos de asimilación de conocimientos sin pasar por la razón. Es decir, los niños, al aprender, no analizan, solo almacenan los datos obtenidos por repetición o por imitación, asumiendo que todo lo que se les dice es real y verdadero. Se somete a las palabras de los adultos y las adopta como propia, sin analizarlas o depurarlas. Pueden fácilmente probarlo: intenten decir a un niño de cuatro años, a quien apenas han conocido, algo absurdo como lo siguiente: “¿Sabes?, yo tengo cuatro años igual que tú”. El niño, al escucharte, te va a mirar y, sin dudarlo, te va a creer lo que le has dicho. Por eso, facilmente creen también en los Reyes Magos, en el Hada del Diente y en todas las fantasías que deseemos presentarles.
De esta manera, a temprana edad, la repetición de una es la raíz del aprendizaje y eventualmente de la conducta en los niños.
A partir de que inician los cambios puberales, el cerebro reorganiza su tráfico de neuronas, elimina las que no se utilizan mucho y refuerza las que son de mayor uso. A esto le llamamos poda sináptica. Es por esto que los adolescentes cambian mucho de humor. En la mañana pueden estar contentos, al mediodia no desean hablar, se enfadan fácilmente, toman posturas de comportamiento extremas y le dan importancia al grupo social sobre la familia.
Por otro lado, en esta etapa de crecimiento pondo-estatural exagerado, las necesidades primarias como son: comer, beber, dormir y actividad sexual, correspondientes al área cerebral del Mesolimbo, igualmente se acentúan por la presencia de un neurotransmisor llamado dopamina que literalmente crea una urgencia en el animo del adolescente para satisfacer estas necesidades. Como el circuito está en ensayo, los adolescentes tienden a comer mucho o rayan en dietas restringidas como vegana o incluso llegan al extremo de la anorexia. Duermen mucho o no hay forma de hacerlos dormir temprano. Igualmente, desean experimentar en la sexualidad.
Todos comemos, bebemos para hidratarnos y dormimos. Pero, en relación al sexo, aun estén presentes el deseo y la urgencia para satisfacer esta necesidad al igual que las demás, que son consideradas de supervivencia de la raza humana, algunos adolescentes van a moderarse gracias a las reglas previamente aprendidas.FUENTE LISTIN DIARIO
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