El impacto de pólvora y su envoltura de metal, disparados por armas de fuego, ya se han cobrado la vida de 13 dominicanos en los primeros 37 días de 2020.
La violencia con armas de fuego en República Dominicana constituye una dolorosa tragedia recogida cotidianamente en medios y redes sociales, siendo este un caso que afecta a la vida de las personas y familias enteras en todo el país.
Tras vencer sin dificultad el acceso a las armas de fuego, legal o ilegal, cayendo incluso en manos de menores, los portadores de estos artefactos las han convertido es uno de los principales motores del flagelo de la violencia en todo el ámbito nacional.
Cada día, los espacios de medios impresos, digitales y redes aparecen con sucesos de violencia que parecen muestrarios de tormento para consumo público, y las armas de fuego son una especie de “fuente inspiradora” de este mal, como demuestran los últimos hechos de personas asesinadas, incluyendo delincuentes, desde enero de este año hasta la fecha.
Estos sucesos han tenido lugar en Santo Domingo Este, Santiago de los Caballeros y Bávaro.
El hecho más reciente ocurrió el pasado miércoles, cuando dos presuntos delincuentes fueron ultimados por miembros de la Policía durante un intento de asalto a una estación de gasolina en la intersección de las avenidas Venezuela y Las Américas, en Santo Domingo Este.
Durante este suceso, una tercera persona herida de perdigones y arma blanca fue ultimado por agentes del cuerpo policial que le propinaron varios disparos, en medio de un alegado intento de fuga cuando trató de desarmar a un agente de seguridad del hospital.
El 2 de enero, dos miembros de una familia murieron a tiros en una riña en Gurabo, de Santiago, luego de que el padre de un adolescente acudiera al lugar a indagar las razones de una bofetada a su hijo.
El 7 de enero, un hombre fue encontrado muerto con dos disparos en la cabeza en el interior de un vehículo que volcó en el tramo carretero Nagua-San Francisco de Macorís.
Otros casos
El 11 de enero, el vigilante privado William de la Cruz, de 49 años de edad, resultó muerto durante un atraco en una estación de gas licuado de Santiago.
Diez días después, el 21 de enero, falleció la ejecutiva bancaria Julissa Margarita Campos, de 34 años de edad, tras recibir un disparo que le hizo uno de cuatro individuos, hoy bajo prisión preventiva por ese hecho, como medida de coerción, tras penetrar en horas de la madrugada a la residencia donde residía la mujer con su esposo y tres hijos.
El 23 de enero, una trifulca en un establecimiento comercial en el sector Don Pedro, en la parte este de Santiago, terminó en tragedia con la muerte de un joven y varias personas heridas.
El 26 de enero, la fecha cuando el país celebraba el 207 aniversario del nacimiento del Patricio Juan Pablo Duarte, dos jóvenes fueron encontrados muertos dentro de una yipeta en el Bulevar Turístico de Punta Cana, quienes presuntamente fueron atacados desde un vehículo en marcha. El 30 de enero, un hombre de 26 años fue hallado muerto, amarrado y con numerosos orificios en el sector El Valiente, del distrito municipal La Caleta.
La violencia con armas de fuego, según afirma Amnistía Internacional, “puede conducir a la conculcación del derecho más fundamental, el derecho a la vida. Los países tienen la obligación de proteger a la población frente a la violencia con armas de fuego tomando medidas para combatir las amenazas, reales o previsibles, contra sus vidas”.
Lo que dice AI sobre las armas
Mensaje Amnistía Internacional dice que “los gobiernos tienen la obligación de proteger el derecho a la vida y, por consiguiente, la responsabilidad de proteger a la población frente a la violencia con armas de fuego”, y que la gente “puede desempeñar un papel esencial en la labor de campaña y protesta para dejar claro a los gobiernos que una regulación deficiente de la posesión y utilización de las armas de fuego conduce a la violencia...”.
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